Pocos días antes de la cita electoral del 10-N se hizo popular la manifestación de tipo político de un futbolista de élite y exjugador del Barça, Pepe Reina. Más famoso por sus celebraciones en la selección española que por sus actuaciones en el terreno de juego, Reina se declaró fan absoluto de VOX, es decir: seguidor de un partido ultra, homófobo, negacionista de la violencia machista y que abraza a figuras fascistas con alegría y cero remordimientos. La salida del armario facha del jugador del Milán encontró su contrapunto en la cuenta de Twitter de otro portero de La Liga, el mallorquín Miguel Ángel Moyá, de la Real Sociedad de San Sebastián. Él, eso sí, no pretendía hacer ningún tipo de propaganda. Bien, quizás sí: propaganda de la normalidad, de empatía, valores, respeto. La propaganda buena, vaya. El vídeo en el que respondía a un niño sobre si entendía el euskera se hizo viral a toda velocidad por la lección inolvidable que enviaba a todos aquellos supremacistas que desprecian identidades, culturas y lenguas cooficiales en el estado español.

El mallorquín se convirtió en todo un referente de lo que podía haber sido España y, desgraciadamente, nunca será, gracias a la panda ultra de VOX y Reina. Lo hizo de la mejor manera posible, es decir: desde la normalidad más absoluta. Y Moyá lo ha vuelto a hacer: provocar una ovación generalizada en las redes, ganándose la admiración de miles de usuarios que se han encontrado con un mensaje  donde explica porqué aprende la complicada pero fascinante lengua vasca. "Cuando estaba en el Mallorca me hacía mucha ilusión y gracia que los jugadores de fuera de la isla se soltarán con algunas palabras en mallorquín. Que mejor manera de valorar ese "esfuerzo" haciéndolo yo mismo!". El gesto es sencillo, honesto y real, y sólo dice cosas positivas del futbolista.

Miguel Ángel Moya @M_A_Moya

Ojalá un Moyá (o 22) en cada equipo de Primera. España sería otra. Sí, Miguel Ángel, "ikusi eta ikasi" (mira y aprende).