El partido de segunda división entre el Rayo Vallecano y el Albacete se suspendió en el descanso, ya que los jugadores del equipo manchego decidieron no volver al campo por los insultos de los aficionados madrileños contra el ucraniano Roman Zozulya. Zozulya es blanco, no era por racismo. Zozulya es heterosexual, tampoco era homofobia. Zozulya ha dado apoyo y practica la apología de grupos neonazis, tamp... ah no. Eso sí que no. Llamarle nazi a alguien que simpatiza con nazis. Intolerable. Motín del equipo visitante y el árbitro, con el visto bueno de la Liga de Fútbol toma una medida 'ejemplar': suspender el partido de manera inmediata. Al hombre se le vio muy afectado abandonado el terreno de juego. Su historia con el Rayo viene de lejos, cuando el equipo de Vallecas le contrató y despidió en cuestión de días después de la presión de sus aficionados al descubrir sus adhesiones y aficiones. El partido en Madrid no era uno más.
"Zozulya, eras un puto nazi", le cantaban los 'Bukaneros' y parte del estadio, donde también se vio una pancarta. El debate está en la calle: ¿Libertad expresión? ¿Es nazi un insulto? ¿Y sobre todo, es más grave esta palabra que llamar "etarra" a un asesinado por ultras, o mofarse de un independentista muerto a manos de neonazis? ¿Amenazar con violar a una futbolista, o gritarle "puta"? ¿O decirle "mono" a jugadores de raza negra? ¿Utilizar "maricón" como insulto? Todo eso se escucha en los estadios españoles cada fin de semana. ¿Cuántos partidos se han suspendido por ese motivo? 0. Es lo que ha reflejado Gabriel Rufián a través de un tuit que define perfectamente el baremo del fútbol español y su sensibilidad, una de las centenares de reacciones indignadas que se pueden leer en las redes.
La Liga de Fútbol Profesional de Javier Tebas, de pasado falangista en Fuerza Nueva, acaba de poner el listón muy alto. O mejor dicho, muy bajo. Todo depende de su sensibilidad. VOX también manda en el fútbol español.