El éxodo de youtubers españoles a Andorra para no pagar impuestos ha provocado un intenso debate público. Los argumentos están llenos de egoísmo e insolidaridad, pero vaya: hay una enorme lista de VIPS españoles que abrieron esta vía hace mucho tiempo. Y no pasa nada. Lo que resulta patético, sin embargo, es comprobar el exhibicionismo de muchos integrantes de esta diáspora, quemando centenares de miles de euros en mansiones, coches de alta gama y todo tipo de caprichos que explican con precisión el tipo de personas de las que estamos hablando, así como el nivel de su educación.
Uno de estos personajes es Salvador Verdugo, 'Salva'. Es malagueño, tiene 22 años y se vanagloria de que "compro todo lo que toque mi perro" o "todo lo que mire mi novia". Este es el nivel. Hace 15 días hacía el fantasma en su canal presumiendo de su adquisición más flamante: un Aston Martin de lujo. Dice que ha pagado 160.000€ por el coche, pero que era una ganga, porque en su tierra natal hubiera desembolsado 200.000 o más. Estaba contentísimo, era el sueño de su vida. Su compra reforzaba su autoestima, como diciendo 'ahora soy un triunfador, arrodillaos.' Pero claro, del sueño a la pesadilla hay una distancia finísima. Y Salva la acaba de descubrir por la puerta grande.
Una de la madrugada de la noche del sábado al domingo. Erts, La Massana, Andorra. Salva y un compañero de fatigas han salido de fiesta, y, claro, lo hacen conduciendo el mencionado bólido. Por causas que no han quedado del todo claras, pierde el control del vehículo y se pegan un tortazo considerable. Bien, él dice que fue como consecuencia de esquivar a un animal salvaje que se había cruzado en su trayectoria. La existencia o no del animal es un misterio: lo que sabecon toda certeza la policía andorrana, sin embargo, es que Verdugo iba bebido: entre 0,5 y 0,8 gramos por litro de sangre, tal y como informan en el periódico digital del Principat Altaveu.com.
Afortunadamente, ambos ocupantes salierns más o menos bien parados. El coche, directo al desguace. Qué éxito. La cosa tiene su qué: horas antes del accidente, se quejaba amargamente de que alguien había dado un golpecito a su coche de James Bond cañí en un aparcamiento: "Tengo ganas de llorar". Se habrá pegado un hartón. No sabía, evidentemente, que el rasguño sería el menor de sus problemas.
¿Eres rico, joven e insolidario? No pasa nada, hombre. Adelante. El problema es ser una fantasma y un inconsciente. Ya puedes estar podrido de dinero, que esto no se arregla. Ahora puedes comprarte una docena de 'cochazos' más y hacerte el 'guay'. Pero vigila: si no es por tu integridad, hazlo por la del resto de andorranos que te han acogido. Y por la fauna y la flora local, que vale más que toda la fortuna que puedas amasar haciendo vídeos cutres.