La comparación entre fumar y vapear es un tema de debate continuo en el ámbito de la salud pública. Ambas prácticas tienen impactos significativos en la salud, pero es crucial entender las diferencias entre ellas y los riesgos asociados con cada una para tomar decisiones informadas.

 

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Los vapers también contienen sustancias tóxicas para la salud/ Foto: Unsplash

 

1. Composición y método de consumo

Fumar involucra la combustión del tabaco, lo que produce humo que contiene nicotina, alquitrán y una amplia variedad de químicos tóxicos. Estos incluyen carcinógenos conocidos como el benceno, el formaldehído y el amoníaco. La combustión del tabaco produce más de 7,000 químicos, muchos de los cuales son dañinos y aproximadamente 70 se sabe que causan cáncer.

Vapear, por otro lado, utiliza dispositivos electrónicos que calientan un líquido (generalmente llamado e-líquido o jugo de vapeo) para crear un aerosol que se inhala. Estos líquidos contienen nicotina, propilenglicol, glicerina vegetal y saborizantes. Aunque el vapeo no produce los mismos subproductos de la combustión que fumar, el aerosol aún puede contener sustancias tóxicas.

 

2. Impactos en la salud

Fumar está directamente vinculado a una serie de enfermedades graves, como el cáncer de pulmón, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el tabaquismo causa más de 8 millones de muertes cada año a nivel mundial.

Vapear es relativamente nuevo y sus efectos a largo plazo aún están bajo estudio. Sin embargo, investigaciones iniciales sugieren que, aunque es probable que sea menos dañino que fumar, no es seguro. El vapeo puede causar irritación de las vías respiratorias, dañar los pulmones y potencialmente contribuir a enfermedades cardiovasculares. Ha habido casos de lesiones pulmonares graves relacionadas con el vapeo, conocidas como EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de productos de vapeo o cigarrillos electrónicos).

 

El vapeo puede ser una alternativa menos perjudicial, pero no está exento de riesgos y no debe ser considerado completamente seguro

 

3. Dependencia y adicción

Tanto fumar como vapear implican la inhalación de nicotina, una sustancia altamente adictiva. La adicción a la nicotina puede dificultar enormemente dejar cualquiera de las dos prácticas. La entrega de nicotina a través del humo del cigarrillo es rápida y eficiente, lo que refuerza la adicción. Los dispositivos de vapeo también pueden administrar nicotina de manera efectiva, y algunos e-líquidos contienen niveles muy altos de esta sustancia.

 

4. Comparación de riesgos

Aunque fumar y vapear presentan riesgos para la salud, el consenso general en la comunidad médica es que fumar es significativamente más peligroso debido a la combustión del tabaco y la gran cantidad de químicos tóxicos producidos. Vapear podría ser una alternativa menos dañina para los fumadores que no pueden o no quieren dejar la nicotina, pero no es seguro ni libre de riesgos.

 

5. Políticas y regulaciones

Las políticas de salud pública a menudo tratan de desalentar ambas prácticas, aunque el enfoque puede diferir. Muchos gobiernos han implementado regulaciones estrictas sobre el tabaquismo, incluyendo prohibiciones de fumar en lugares públicos y altos impuestos sobre los productos de tabaco. Las regulaciones sobre el vapeo están evolucionando y algunas regiones han comenzado a implementar restricciones similares debido a los crecientes problemas de salud asociados con el vapeo, especialmente entre los jóvenes.

 

Conclusión

En resumen, tanto fumar como vapear presentan riesgos significativos para la salud, pero fumar es generalmente considerado más dañino debido a los subproductos de la combustión del tabaco. El vapeo puede ser una alternativa menos perjudicial, pero no está exento de riesgos y no debe ser considerado completamente seguro. La mejor opción para la salud es evitar tanto el tabaquismo como el vapeo. Para quienes buscan dejar de fumar, existen alternativas seguras y efectivas, como terapias de reemplazo de nicotina y medicamentos prescritos, que pueden ayudar en el proceso de cesación sin los riesgos asociados con el vapeo.