Desde que Laura Borràs se presentó a las primarias de Junts para encabezar la lista a las elecciones catalanas del 14 de febrero ―en que quedó tercera, a un escaño del PSC, que ganó los comicios, y también a uno de Esquerra, que conquistó la segunda plaza y la pole en el espacio independentista― los pasos de la actual presidenta del Parlament han sido una combinación de su papel institucional y de marcar perfil político propio. Por más que ese segundo rol haya incomodado a más de uno, tampoco es ninguna sorpresa, ya que Borràs no tiene, ni por edad ―Miquel Coll Alentorn, Joaquim Xicoy, Joan Reventós o incluso Núria de Gispert― ni por capital político, un papel menor en la política catalana.

Quizás la única comparación posible al frente de la cámara catalana es la de Heribert Barrera, que compaginó la secretaria general de Esquerra Republicana (1976-1987) con el segundo cargo en importancia del país (1980-1984). Y, evidentemente, que hacía política de partido de primer nivel. Otra cosa es que la habilidad de Jordi Pujol le acabara engullendo y fagocitando su espacio político.

En la entrevista que hemos publicado este domingo con Laura Borràs hay tres ideas fuerza: una que verbaliza claramente: el retorno del president Carles Puigdemont a Catalunya, si el TJUE acaba dándole la razón y recupera su inmunidad absoluta y se rechazan las euroórdenes, tiene que servir para culminar la independencia y el Parlament estará donde se espera que esté. La segunda idea, y que es persistente en el independentismo, la necesidad de recuperar la unidad, al menos desde el punto de vista antirrepresivo.

El tercer mensaje, y sin duda el de mayor calado en el corto plazo, es su disposición si Carles Puigdemont acaba teniendo, como ha compartido con miembros de la cúpula de Junts, una posición política diferente y claramente menor en Junts per Catalunya. Algo que no tiene plazo, pero que sobrevuela cada vez con mayor insistencia en el seno de la formación y que tendría que ver con su decisión de concentrar su actividad en el Consell per la República. ¿Qué hará entonces Laura Borràs? ¿Optará al cargo? Es fácil deducir entre líneas que cuando llegue el momento dará, sin duda, el paso y se presentará a las primarias internas que oportunamente se convocarán.

¿Cuándo puede ser eso? En algunas semanas o en unos pocos meses es el calendario más probable que manejan los máximos dirigentes de Junts, aunque, con la decisión muy meditada por parte del president, las fechas son, en todo caso, de su exclusiva elección. Sobre Borràs pesa la causa judicial que tiene abierta en el TSJC, y que parece, por ahora, provisionalmente dormida en un cajón, pero que no debe impedirle desarrollar toda la actividad política que quiera y a la que siempre dijo que no iba a renunciar. De hecho, optó al cargo una vez constató que tendría mayor libertad de actuación para hacer política al frente de la presidencia del Parlament que como vicepresidenta del Govern que encabeza Pere Aragonès.