El verano es la época del año donde más viajes o escapadas hacemos. Grandes ciudades, islas, o lugares secretos, son algunos de los destinos que escogemos para disfrutar de las vacaciones, pero si ya estás cansado de eso y quieres descubrir un lugar diferente, desde nuestra relajante sección de La Tumbona de ElNacional.cat te revelamos cuál es el pueblo más pequeño de Catalunya para poder visitar cualquier día del verano.

🤿 Descubre la mejor playa de la Costa Brava para practicar snorkel: ¡un fondo marino de ensueño!

 

👀 5 hábitos que te delatan como catalán cuando viajas y no te das cuenta

 

¿Cuál es el pueblo más pequeño de Catalunya?

Durante años, esta categoría fue atribuida en Sant Jaume de Frontanyà, al cual Gisclareny robó el trono en 2018, pero actualmente el pueblo más pequeño del país es Puigdàlber, al Alto Penedès. Solo ocupa una superficie de 0,4 kilómetros cuadrados rodeados de viñas, una localidad tan pequeña que según nos indica Google Maps, que lo puedes recorrer en 10 minutos. La pandemia favoreció este diminuto pueblo, donde sorprendentemente hay 555 personas empadronadas.

¿Qué podemos hacer en Puigdàlber?

A pesar de su pequeña superficie, Puigdàlber cuenta con todos los equipamientos que podría tener una gran localidad: campo de fútbol, jardín de infancia, escuela, médico, centro cívico y una sala polivalente. Además, también tiene un bar, una iglesia e, incluso, dos casas rurales. Las pequeñas dimensiones del pueblo hacen que todas las viviendas se concentren en torno a la iglesia de Sant Andreu, el edificio más importante de la localidad. Se trata de una construcción relativamente joven, porque se levantó en 1942 como sustitución de un templo gótico que se encontraba en el mismo lugar. El Ayuntamiento es un edificio de diseño moderno con detalles futuristas, abierto a una plaza dura triangular.

En Puigdàlber hay varias cosas a visitar, la más famosa de todas, es la casa de Josep Parellada, que es conocida como uno de los edificios más simbólicos de la población. Aunque, sin duda, el edificio más antiguo del pueblo es Can Ferran, cuyo origen fecha del siglo XV y cuenta con grandes ventanales de arco de medio punto e impresionantes columnas. Puigdàlber también concentra una intensa actividad relacionada con la vitivinicultura. Por eso una de las mejores actividades que podéis hacer si os habéis desplazado hasta este pequeño pueblecito es visitar cualquier bodega donde poder degustar el mejor vino de la zona.

Los secretos de Puigdàlber

Explica la leyenda que en este pueblo se encontró dos campanas llenas de oro procedentes de la ciudad romana de Malta. Además, Puigdàlber también es famoso por la fabricación de persianas de caña que son exportadas a Francia. El 63% de los cultivos del pueblo corresponden en viñas, en su mayoría de las variedades macabeo y moscatel y en menor proporción parellada y variedades negras. Entre las industrias derivadas de la agricultura, hay que mencionar la de los vinos de cava. Hasta finales de la década de los 80, Puigdàlber contaba con explotaciones pecuarias de ganado porcino y granjas canículas y avícolas, hoy, todas ellas, desaparecidas.