El nuevo gabinete de Donald Trump se ha reunido por primera vez y los protagonistas no han sido los secretarios que conforman el Ejecutivo, sino la nueva mano derecha del presidente republicano: Elon Musk. El propietario de compañías como Tesla y X (Twitter), no es miembro del gabinete, pero lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), hecho casi en medida por él. Musk opera bajo el opaco título de trabajador gubernamental especial, hecho que hace que sus acciones sean difíciles de fiscalizar. Sin embargo, Trump le cede cada vez más espacio y libertad y en este primer encuentro han llegado a compartir protagonismo. El presidente republicano ha insistido en su apoyo al multimillonario sudafricano afirmando en tono distendido ante el gabinete: "¿Hay alguien que no esté contento con Elon? Si es así, lo echaremos de aquí".
Musk no solo ha participado en la reunión, algo ya extraño al no tener un cargo formal en el gabinete, sino que ha sido el primero a hablar. El responsable de DOGE ha defendido su tarea, afirmando que es puramente de "asistencia técnica" y que si DOGE deja de hacer su trabajo y no se abordan los recortes, "los Estados Unidos caerán en bancarrota".
Concretamente, Musk ha hablado de su polémico correo electrónico a millones de funcionarios exigiendo que explicaran cuáles rascas hacían a la semana. Musk ha justificado que este mensaje no quiere ser una revisión de cumplimiento, sino una revisión de "polvo" o prueba que estos empleados federales verdaderamente existen, cosa que repitió Trump. "Hay individuos ficticios que están recibiendo una nómina", ha repetido Musk.
Más poder para Musk
"(Musk) está sacrificando mucho. Y está recibiendo muchas alabanzas, pero también le están cayendo muchos golpes", ha defendido Trump, quien todavía le ha entregado más poder al magnate. El republicano ha firmado una orden ejecutiva que otorga más autoridad. La medida, en la práctica, expande el poder de Musk para intervenir en la Administración pública a través de su tarea en DOGE y obliga a las agencias a colaborar.
En concreto, el texto instruye a las agencias a colaborar con el equipo de DOGE para revisar contratos y subvenciones, con el fin de reducir, modificar o incluso cancelarlos, según el texto del orden. El proceso para modificar o anular contratos ya vigentes empezará "inmediatamente" y se dará prioridad a aquellos vinculados a "instituciones educativas y entidades extranjeras en casos de despilfarro, fraude y abuso", de acuerdo con el orden.