Esta mañana celebraban desde algunos medios que el presidente de Societat Civil Catalana, José Rosiñol, haya anunciado que pedirá una reunión con el president de la Generalitat y con las asociaciones Òmnium Cultural y ANC para intentar acercar posturas.
En sus declaraciones, Rosiñol ha señalado que la labor de las asociaciones como la suya es rebajar la tensión social sin inmiscuirse en los asuntos políticos. Dice que le pedirá a Torra que gobierne para todos los catalanes, porque teme que lo haga solamente para los independentistas. Se pone la venda antes que la herida, puesto que sin haber enviado todavía la carta para solicitar que le atiendan, ya anuncia que da por hecho que Torra le dará largas y que si esto sucede, ya significa que en realidad el president pasa de atender a los catalanes no independentistas. Sí, así se presenta su planteamiento de diálogo.
Llama la atención la manera en que se ha presentado la noticia, concretamente en la SER, como motivo de alegría, de buen gesto y de diálogo. Pero cuando una conoce las declaraciones que ha hecho el señor Rosiñol se da cuenta de que en realidad esto pretende ser una trampa —bastante burda, por cierto— para tirarse días dando la matraca y contándole una versión totalmente distorsionada a la gente.
¿Quién es Societat Civil Catalana?
El periodista y fotógrafo Jordi Borrás aborda este asunto en su libro: Desmuntant Societat Civil Catalana.
Esta asociación se crea en abril del 2014 y en su junta directiva convergen miembros del PSC y Ciudadanos; en sus filas siempre presentes también distintas personalidades del Partido Popular, Vox, la Fundación Francisco Franco y miembros del Movimiento Social Republicano (la delegación del partido de extrema derecha griego Amanecer Dorado).
Su primer presidente fue Josep Ramon Bosch, que lideraba al mismo tiempo como presidente, Somatemps.
Tuvo que dimitir por los vínculos con la extrema derecha y los insultos a los independentistas.
Ya en el momento de su fundación, las investigaciones realizadas por distintos periodistas, entre los que destaca Borrás, nos muestran que siendo 75 los socios registrados en la asociación y unos 4.000 colaboradores (que no están registrados), la asociación contaba con casi un millón de euros.
Según información publicada en 2015, fue el ahora conocido Enric Millo, del Partido Popular, quien medió con el Ibex35 y el gobierno del PP para que SCC recibiera un millón de euros.
También ha sido denunciado el trato de favor que SCC ha recibido por parte de empresas públicas muy conocidas, como fue el caso de Renfe, quien puso a su disposición billetes de tren a mitad de precio a 245 personas, regalando así un importe de casi 3.000 euros. Esta cuestión fue admitida por el Gobierno de España en respuesta a la pregunta formulada por el diputado en el Congreso Pere Macias.
Con estos datos y muchos más que no nos caben en un breve vídeo, podemos hacernos una imagen de quiénes son los que ahora dicen venir a rebajar tensiones. Tomemos nota: nada es casual. La reaparición de Aznar y la extrema derecha, como siempre disfrazada, tampoco.