“Un mal relato de misterio se va haciendo cada vez más misterioso; uno bueno es misterioso y cada vez lo va siendo menos”

G.K. Chesterton. Cómo escribir relatos policiacos

 

Oigo y leo que ERC no decidirá su abstención en una eventual investidura de Sánchez hasta que no se conozca la decisión del TJUE sobre la inmunidad parlamentaria de Junqueras el próximo día 19 y la cuestión de las euroórdenes de Puigdemont y Comín o, incluso, que esperan la sentencia sobre la inhabilitación de Torra y la decisión de las juntas de tratamiento sobre la clasificación de los presos y saber si hay recurso de la Fiscalía, y me quedo un poco pasmada. Sí, me extraño de que después de habernos pasado los últimos años criticando la invasión del derecho penal y de los jueces en una cuestión de carácter eminentemente político, se vaya a supeditar ahora un acuerdo político al escenario que determinen de nuevo... los jueces y los fiscales.

No tendría ningún sentido. Por eso considero la idea de que no se trate sino de un bosque en el que esconder los árboles. Unas fechas en las que esconder otras fechas. En los mentideros madrileños cada vez se ven y se olfatean más conversaciones o confidencias sobre una posible investidura antes de final de año, incluso una serie de preparativos para esa eventualidad. Algo así como que los periodistas se preparen para trabajar en una investidura incluso el sábado 28. Cosas por el estilo. Aquello de evitar que las vacaciones te dejen en cuadro de personal. No se desestima en Madrid que la investidura se produzca en esas fechas que median entre la Navidad y la Nochevieja, y no se hacen ascos a tener que rematar la faena el Día de los Inocentes.

No carece de sentido. Esconder un árbol en el bosque o, como explicaría Chesterton, la mejor manera de ocultar el cadáver es entre otros muertos. Así que no sería extraño que la panoplia de fechas judiciales exhibidas oculte, de forma frondosa, entre unas y otras citas, la fecha del congreso que ERC debe celebrar el próximo día 21. Que si es mejor llegar a esa cita sin un acuerdo cerrado, no pasa nada por rodearlo de otro montón de fechas que, sin duda, también son muy importantes, aunque no veo cómo influirían en una decisión política entre dos partidos soberanos que no controlan, en ninguno de los dos casos, los resultados ni las consecuencias de tales convocatorias judiciales. La situación de los presos y los expatriados catalanes puede variar y mucho o quedarse como está. La gestión de cualquiera de los dos escenarios deberá producirse con un gobierno que no esté en funciones y que tenga capacidad política plena y tiempo por delante para no estar sometido a una permanente campaña electoral.

Siempre he sido amante de leer y de escribir buenas novelas policiacas o negras. Aprecio, pues, la destilada finura de un misterio que sostenido asegura el buen fin del relato y que, por ser bueno, será muy misterioso hasta que cada vez lo vaya siendo menos y nos conduzca a la solución. Hay tantas zancadillas tendidas para que este nuevo gobierno no salga que no sólo el dilatar en el tiempo la investidura es peligroso sino, incluso, dar los cuartos al pregonero sobre todo lo que se habla y todo lo que se acuerde es temerario. Yo confío en que hasta este nivel de misterio esté acordado.

No hace ninguna falta que las togas estén invitadas a esta mesa. Que sean los políticos y la política los que resuelvan este embrollo

Les decía que carece de sentido volver a conceder un poder a las togas que, en realidad, no poseen y ese poder ahora mismo es el de marcar el signo del gobierno. Dado que ni los socialistas ni los republicanos pueden controlar cuál será la torna de las decisiones judiciales que se esperen a fiar una investidura y un futuro gobierno que aleje las tesis represivas para instalar las del diálogo a lo que determinen los tribunales es tanto como ir a comprar el pacto a La Bruixa d’Or.

Ningún poder ni intervención tiene el gobierno en funciones en la decisión que tome el día 19 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Nada puede hacer para que ésta sea de un signo u otro. El informe favorable a la existencia de inmunidad parlamentaria para Junqueras del abogado general, y el calado de las tesis que la apoyan, hace pensar en que existen muchas probabilidades de que el TJUE acepte esa tesis y, por ende, las de Puigdemont y Comín, pero como ese mismo abogado general afirma que quizá sea mejor no pronunciarse, al existir ya una inhabilitación posterior por sentencia firme, puede que de este décimo sólo se consiga el reintegro, es decir, que haya que esperar hasta que se resuelva la cuestión presentada por estos últimos.

Tampoco puede Sánchez asegurar ninguna cosa respecto a la más que probable inhabilitación de Torra. No sólo porque jurídicamente es muy sostenible la desobediencia, que él mismo reconoció, sino porque ni siquiera las aspiraciones de Barrientos dependen de ningún político. Lesmes cabalga solo con los suyos en estos momentos. Lo mismo sucede con la Fiscalía del Tribunal Supremo y los posibles recursos a la calificación de grado de los reclusos por parte de la administración penitenciaria catalana. Que Segarra no va a hacer lo que el ejecutivo le pudiera decir, es más, que los fiscales de la sala no harían lo que les insinuara la fiscal general, es algo que ha quedado ya más que demostrado. El cambio de fiscal general es casi una apuesta segura si se conforma un nuevo gobierno progresista. Por último, la vista de las euroórdenes del día 16 en Bruselas aplazará la decisión hasta conocer el fallo del TJUE o eso se espera.

No alcanzo a entender, pues, cómo las decisiones judiciales que se tomen o no se tomen estos días pueden interponerse en el posible acuerdo de abstención entre el PSOE y ERC. Más bien creo que es más práctico salvar ese congreso y que, por tanto, las citas judiciales sirven muy bien como bosque para envolver y soslayar esta cita puramente política del partido independentista. Me parece bien. Todo me parece bien si se llega a buen puerto y ese buen puerto pasa por asegurar unos años de gobierno de fuerzas progresistas y dialogantes que estén dispuestas a abordar el conflicto catalán desde la política y con herramientas políticas.

No hace ninguna falta que las togas estén invitadas a esta mesa. Ya han acaparado demasiados convites. Que sean los políticos y la política, el más noble de los artes humanos, los que resuelvan este embrollo. Ninguna otra cosa puedo pedir al año entrante. Tanto, que ni voy a encargar décimo en Sort.