"La única esperanza es que sus militantes lo rechacen. Solo su voto en la consulta puede parar la investidura de Salvador Illa y la deriva de su dirección". Así de contundente se muestra la Assemblea Nacional Catalana (ANC) sobre el preacuerdo entre el PSC y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que investirá president de la Generalitat a Salvador Illa si las bases no lo impiden votando no a la propuesta de la ejecutiva del partido. La ANC, cuyo presidente es Lluís Llach, ha hecho público este miércoles un comunicado en que expresa su gran preocupación por las "funestas consecuencias" que este preacuerdo tendrá "para Catalunya, para el movimiento independentista y para Esquerra Republicana".
Sin implicación socialista
El pesimismo de la ANC con respecto al futuro que le espera al país queda patente en este comunicado y consideran el preacuerdo como un brindis al sol, que ni siquiera Esquerra cree que se acabe cumpliendo. La razón que esgrimen es que, para que se pueda cumplir, "es imprescindible cambiar las leyes españolas", cosa que están convencidos de que no pasará, y recuerdan el ejemplo del Estatut del 2006. "No es posible la solución al conflicto con el estado español solo con un amplio consenso en Catalunya. El Estatuto de Autonomía del 2006 lo tenía y fracasó porque fue desnaturalizado por el Tribunal Constitucional. Sin la implicación de los socialistas españoles, los puntos más relevantes del preacuerdo son simples buenos deseos". La ANC, además, afirma que los socialistas "saben que se trata de una operación de marketing político para ganar la consulta; una vez alcanzada, incumplirán los acuerdos".
Fuertes críticas a los dirigentes de ERC
El comunicado de la ANC pone el foco también en la responsabilidad que tendrán los dirigentes de Esquerra si hacen president a Illa. "La historia juzgará con severidad a los dirigentes que han aprobado votar como president de la Generalitat a una persona que defendió la brutalidad policial de la Policía Nacional y la Guardia Civil contra pacíficos ciudadanos el Primero de octubre de 2017 y dio apoyo a la intervención de la Generalitat y la disolución del Parlament en la aplicación del artículo 155". Otro de los motivos de la desconfianza en la ejecutiva de ERC es que "al mismo tiempo que aprobaba el preacuerdo, ratificaba que el partido pasaba a la oposición", hecho que, según la ANC, "demuestra que no creen que los numerosos apartados del preacuerdo, entre los cuales el Concierto Económico Solidario, se hagan realidad. Supone esperar que el gobierno de Salvador Illa llevará a cabo el programa de ERC. Con este paso a la oposición, los hipotéticos réditos políticos del fabuloso preacuerdo se los llevaría el partido socialista".
La Asamblea asegura en el comunicado que "los dirigentes republicanos han puesto el foco en el 'concierto económico solidario', que no sacará nuestro país del sistema de financiación autonómica común". Y comparan "esta glorificación" con la que hicieron los dirigentes de ERC del sistema autonómico del 2009, que tenía que aportar 3.900 millones de euros y solo comportó grandes recortes los años siguientes en sanidad, inversiones y, en general, en nuestro estado del bienestar".
La ANC también acusa a los actuales dirigentes de ERC de mantener su compromiso "con la normalización institucional, política y social" que propugnan los socialistas españoles, lo cual es "una rendición", porque supone "el acatamiento de la ridícula autonomía que han dejado las sentencias del Tribunal Supremo español contra la voluntad de los catalanes expresada en referéndum. Esta opción supone una "fractura profunda en el movimiento independentista" que la Assemblea llama a superar.
Grave división del independentismo
Esta fractura es otra de las consecuencias del preacuerdo, que "agudiza la división del independentismo", una división que solo se podría reponer si los militantes de Esquerra votan no a la consulta. Una división acentuada por la decisión de la ejecutiva de ERC de investir a Illa cuando el president Carles Puigdemont, que se ha comprometido a asistir a la sesión de investidura, "será detenido a causa del golpe de estado judicial del Tribunal Supremo español tergiversando el concepto de malversación". La ANC asegura que ya se están preparando para darle "el más amplio apoyo" al president que fue destituido "ilegítimamente" y que ha pasado "siete años en el exilio".
Dignidad o ignominia
Por último, el comunicado argumenta que los dirigentes de ERC podían escoger "entre la dignidad de unas nuevas elecciones o la ignominia de aprobar la investidura de Salvador Illa", pero han escogido la segunda opción por miedo a la repetición electoral y "el miedo a unos resultados peores que los obtenidos". La ANC advierte que a pesar de escoger "por la vergüenza", se pueden encontrar con unas elecciones españolas a finales de año, porque una detención de Puigdemont haría imposible la normalización-rendición y repercutiría "en la calle y en el Congreso de los Diputados". Eso tendría todavía peores consecuencias electorales, porque "en estos nuevos comicios se agudizaría la bajada de los resultados electorales de ERC".