En plena resaca de la Declaración de Independencia en Catalunya de hace dos años, en las postrimerías de 2017, los parlamentos vasco y catalán empezaron a trabajar en un proyecto compartido en defensa de la paz en el País Vasco. Este lunes por la tarde la iniciativa ha visto finalmente la luz, en un acto solemne con los presidentes de las dos instituciones, que se ha traducido en una declaración en memoria a todas las víctimas, "con la mirada puesta al futuro, alejada de actitudes vengativas", como es, dicen, la política de dispersión de presos de ETA.
La casualidad ha querido que el acto haya coincidido con el día que Euskadi acapara la mayoría de cabeceras, con el anuncio por parte del lehendakari de elecciones autonómicas para el próximo 5 de abril. La declaración -suscrita por JxCat, ERC, PSC, comunes y la CUP y de la cual se han desmarcado el PP y Cs- se arraiga en los vínculos históricos que unen Catalunya y el País Vasco y pone el énfasis en la necesidad de "verdad, justicia y reparación de todas las víctimas del terrorismo", es decir, incluidas las del GAL. Para avanzar en la reconciliación, invita a los presos a reconocer el daño causado" y a "profundizar en el reconocimiento mutuo entre las diferentes víctimas del conflicto". En la clausura de los discursos, Roger Torrent ha llamado a "no hacer distinción entre las víctimas", porque "todas ellas son personas que merecen ser atendidas mejor de lo que se ha hecho".
Asimismo, el texto señala la necesidad de promover "la aplicación de una política penitenciaria de acercamiento a prisiones próximas a los lugares de origen de los presos y de residencia de sus familiares y gente próxima, que ofrezca un trato humanitario a los presos que sufren enfermedades, tal como establecen la legislación europea y los estándares de derechos humanos". En palabras del presidente del Parlament catalán, "mantener alejados a los presos, en estos momentos, en esta nueva etapa, sólo se puede entender como una medida de venganza, que no sólo castiga a las personas condenadas, sino también y sobre todo, castiga sus familias y su entorno"
En abril de 2017, mientras Catalunya se adentraba en la fase final del camino cabe al 1-O, ETA anunció su desarme. Un año después, la banda se disolvió definitivamente.
Las víctimas, ofendidas
Durante el acto celebrado en el despacho de audiencias del Parlament de Catalunya ha tomado la palabra la hija de una víctima mortal del atentado de Hipercor. Y ha aprovechado la intervención para criticar con contundencia el poco cuidado que, según ha denunciado, han tenido las administraciones con muchos de ellos. "Nos hemos sentido solos y despreciados", ha afirmado Rosa Maria Cabré, que ha explicado como desde el Estado les han trasladado que no pueden reconocer su responsabilidad civil subsidiaria en la masacre de Hipercor porque los hechos han prescrito. "Eso me ofende", ha sentenciado.
Ante la cuarentena de asistentes presentes en la ceremonia, ha relatado cómo todavía hay víctimas "pidiendo tratamiento psicológico" y otras que no han sido reconocidas "por ejemplo las del GAL". Y ha rematado su parlamento con un llamamiento: "que todos asuman su parte de responsabilidad", porque "reparación no sólo son medallas y monumentos que aprovechan algunos políticos de turno, sino estar al lado de las víctimas y empatizar". A lo largo de todos estos años, ha dicho, "ha habido mucha reparación retórica, pero poca de real".