Cerca de tres millones de personas mueren anualmente en el mundo a causa de la obesidad, que es uno de los mayores males de nuestro tiempo. Además de los 2.000 millones de humanos que tienen sobrepeso, casi 700 millones sufren de obesidad.
Recientemente un grupo de científicos afirma haber realizado el primer estudio en humanos que muestra cómo una taza de café puede tener consecuencias directas en las funciones de la grasa marrón.
Grasa marrón y grasa blanca
La ciencia distingue entre dos tipos de grasa en el cuerpo humano y las etiquetan con los colores marrón y blanca. La grasa marrón es la que muchas veces popularmente se llama grasa buena y que ayuda al cuerpo a convertir los nutrientes en energía. Por el contrario, la grasa blanca es la que surge como consecuencia de un exceso en el almacenamiento de calorías. La blanca está relacionada con padecimientos como la diabetes y la obesidad, mientras que, sin embargo, la marrón puede ayudar a conseguir un peso saludable.
Asimismo, hay que señalar que la grasa marrón metaboliza los alimentos en energía activando la llamada proteína desacoplante UCP1, que está en las mitocondrias del tejido adiposo marrón.
Entre los numerosos estudios que se han realizado en los últimos años, alguno ha buscado la relación entre el consumo de cafeína, la pérdida de peso y un mayor gasto de energía. Sin embargo, aún no se había estudiado el vínculo entre el café y la activación de la proteína UCP1.
La grasa marrón y el café
Hace unos meses, un equipo de científicos de la británica Universidad de Nottingham se decidió a investigar la posible relación entre el consumo de café y la UCP1. Liderados por el profesor Michael Symonds, los científicos se lanzaron a estudiar el efecto de la cafeína en la generación de calor de la grasa marrón, también conocido como termogénesis, tal y como se ha reflejado en un estudio publicado en la revista Scientific Reports.
Para empezar, sometieron los adipocitos –las células que almacenan la grasa– a los efectos de la cafeína in vitro y comprobaron que la exposición de este alcaloide a las células aceleró el metabolismo de las mismas y aumentaron los niveles de la UCP1.
Después, los investigadores buscaron validar los hallazgos en humanos. Utilizando una técnica de imagen térmica, localizaron las reservas de grasa marrón en el cuerpo y evaluaron sus capacidades de generación de calor.
Los investigadores compararon los efectos de beber una taza de café con los del agua y descubrieron que beber café, pero no agua, estimulaba la temperatura de la región supraclavicular, que corresponde al área donde se acumula la grasa marrón en los humanos, y que es indicativo de termogénesis.
En la opinión de Symonds y su equipo, los resultados fueron positivos y ahora quieren comprobar si es la cafeína, como uno de los ingredientes del café, la que estaría actuando como estímulo, o si es algún otro componente el que favorece la activación de la grasa marrón.
Según los científicos británicos, cuando se haya comprobado cuál es el componente del café responsable del citado efecto, podría utilizarse como parte de un régimen de control de peso o como parte de un programa de regulación de la gluso para ayudar a prevenir la diabetes.
Symonds ha declarado que se trata del primer estudio en personas que muestra que una taza de café puede tener un efecto directo en las funciones de grasa marrón y que las posibles implicaciones de sus resultados “son bastante grandes” en las mejoras en problemas de salud como la obesidad y la diabetes.