Un equipo de investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Warwick ha analizado la relación entre la genética y la preferencia de las personas por ser matutinos o vespertinos. En el estudio, se han creado unos perfiles por los cuales una persona matutina se asocia a aquella que se despierta generalmente a las 6 de la mañana, hace ejercicio y comienza a trabajar a las 9 de la mañana, mientras que una persona nocturna se siente más productiva por la noche.
El estudio, que lleva por título Personality traits relate to chronotype at both the phenotypic and genetic level (Los rasgos de personalidad se relacionan con el cronotipo tanto a nivel fenotípico como genético) ha sido publicado en el Journal of Personality, y analiza la relación entre el tiempo de sueño (cronotipo), la preferencia por la mañana o la noche y los rasgos de personalidad a nivel fenotípico y genético.
Los expertos han descubierto que la relación entre la personalidad y el matutino-vespertino se debe en parte a factores genéticos. Utilizando una muestra a gran escala de participantes, los investigadores realizaron una serie de cuestionarios sobre sus horarios de sueño y personalidad. También pudieron calcular las correlaciones genéticas a través de estadísticas resumidas de grandes estudios de asociación de todo el genoma de la personalidad y las preferencias de sueño.
Los investigadores encontraron que las personas menos directas, pero más autodisciplinadas tenían más probabilidades de tener cronotipos matutinos. Los descubrimientos han ayudado a idear dos posibles vías de cómo se conforma nuestro cronotipo. Por un lado, los rasgos de personalidad y por otro la genética. Los hallazgos de las correlaciones genéticas apoyan este punto de vista, aunque los expertos dicen que son necesarios más estudios para comprender mejor los mecanismos genéticos compartidos.
Según el profesor Anu Realo, del Departamento de Psicología de la Universidad de Warwick, “no solo hemos demostrado que existe una relación entre el cronotipo, la personalidad y parcialmente sus genes, nuestros hallazgos también sugieren que podría ser posible cambiar el cronotipo o al menos entrenarse en un patrón de sueño diferente y más conveniente socialmente”.
De esta forma, las personas nocturnas que normalmente experimentan una peor salud podrían aprender a acostarse más temprano, lo que también podría acelerar la liberación de melatonina. La melatonina también está influenciada por la luz artificial, por lo que apagar las luces con regularidad en las primeras horas también puede llevar a quedarse dormido en las primeras horas de la noche. Sin embargo, los estudios futuros deberán investigar si tales intervenciones para mejorar el autocontrol darían como resultado un cambio permanente o, de hecho, promoverían una mejor salud.