La última campaña de excavación en la Cova dels Tritons de Senterada (Pallars Jussà), a principios de este septiembre, ha servido para constatar la presencia de Homo sapiens hace más de 24.000 años. De hecho, se han recuperado herramientas que así lo demuestran y las piedras con las cuales las hacían son indicativas de una población consolidada y bien establecida en el territorio circundante en el Congost d'Erinyà. Hasta ahora, se pensaba que los primeros Homo sapiens, al detenerse en el Pirineo, lo hicieron hace unos 20.000 años, después del periodo de máximo frío del final del Pleistoceno.

Sin embargo, se trató de visitas cortas y ocasionales a la cueva, ya que, en el Paleolítico superior, en el lugar se refugiaban los leopardos y los osos hibernaban. Ruth Blasco, investigadora del Institut Català de Paleontologia (IPHES) y codirectora del yacimiento, detalla que hasta ahora se sabía que la Cova dels Tritons "había actuado como refugio de los carnívoros de la zona". En este sentido, apunta: "Ha sido una sorpresa, ya que la presencia humana no nos la esperábamos".

Una presencia intermitente

La población humana en los valles del Pirineo y del Prepirineo siempre ha estado condicionada por las condiciones climáticas. Durante la Prehistoria, la sucesión de periodos extremadamente fríos con otros de más templados, hicieron que la presencia humana no fuera continua, sino que hubiera largos periodos de desocupación. Según Maite Arilla, investigadora de centro y codirectora de las excavaciones, se ha encontrado "un nivel con industria lítica hecha con piedras locales, claramente asociable a los momentos de los primeros Homo sapiens en Europa". Se trata de una tecnología de láminas. "Desgraciadamente, con los datos actuales no podemos decir si se trata de una tecnología propia del periodo Gravetiano o Aurinyaciano, pero este es un misterio que se resolverá con las dataciones que se están realizando y con nuevos descubrimientos", apunta.

El estudio del poblamiento prehistórico en los valles pirenaicos y prepirenaicos siempre ha sido un tema debatido y mal estudiado, apuntan desde el centro. Las causas principales son la mala conservación de los pocos yacimientos que hay, debido, sobre todo, a los efectos del glaciarismo del Paleolítico superior. Y es que la llegada del Holoceno, que comportó un aumento considerable de las temperaturas, hizo que las nieves perpetuas y los glaciares se retiraran hacia puntos más elevados. El deshielo aumentó significativamente el caudal de los ríos y de los barrancos y, por lo tanto, incrementó su fuerza erosiva. El encaje de los ríos, que en la mayoría de casos se calcula en unos 12 metros, desmanteló muchos de los lugares que contenían restos de poblamiento humano anterior a este fenómeno, como terrazas fluviales, paleosuelos o abrigos rocosos. Así, solo algunas cuevas conservaron intactas los vestigios.

Más próximos en el tiempo a los neandertales

"Hasta ahora sabíamos que los pobladores más antiguos del Pallars fueron los Neandertales" explica Ruth Blasco. "Los tenemos localizados en diferentes momentos en la Cova de les Llenes (Conca de Dalt), en los Nerets (Talarn) o a la Cova dels Muricecs (Llimiana). No obstante, no está claro que este poblamiento fuera continuo en el tiempo, sino que muy probablemente estuvo marcado por flujos y reflujos ligados a las variaciones climáticas tan características del Quaternari"."Aquest problema de desocupación del territorio se hace muy evidente con la extinción de los Neandertales", dice Maite Arilla. "Sabemos que, desde que esta especie humana se extinguió, ahora hace unos 36 000 años, hasta la llegada de los primeros Homo sapiens, hay un vacío de población. Ahora, la Cova dels Tritons nos está diciendo que este periodo de desocupación no fue tan largo y que como mucho duró unos 10 000 años. Por eso es importante seguir excavando esta cueva y prospectar las de los alrededores".

La Cova dels Tritons se empezó a excavar el año 2016 por investigadores del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social y la Universitat Rovira i Virgili. Estas investigaciones son financiadas a través del proyecto de la Generalitat de Catalunya titulado "Competència, Coevolució i Comensalisme: l’Ús d’Ambients Càrstics per Humans i Carnívors durant el Paleolític Mitjà" y tiene el apoyo del Ayuntamiento de Senterada.