El efecto de la actual coyuntura económica sigue haciéndose notar en el entorno empresarial. En esta ocasión, y siguiendo los datos que ha publicado esta misma mañana la oficina estadística comunitaria, Eurostat, la Unión Europea cierra el curso con 123.355 declaraciones de quiebra de empresas, el nivel más elevado desde que existe este registro. En concreto, las bancarrotas aumentaron un 26,8% durante el cuarto y último trimestre de 2022 con respecto al tercer trimestre del mismo ejercicio.

El entorno empresarial sigue notando el efecto de la elevada inflación y, sobre todo, del endurecimiento monetario que mantiene el Banco Central Europeo. Pese a que las subidas de tipos de interés se han convertido en la mejor arma para rebajar el IPC de la eurozona, estas también están acarreando varios problemas en el entorno empresarial, sobre todo a los sectores más vulnerables.

Ante el endurecimiento monetario, y una crisis energética que ha obligado a elevar los costes en las empresas, varias compañías se han visto empujadas a declararse en quiebra. Y así lo recoge la oficina estadística comunitaria, que ha registrado las notas más elevadas de bancarrotas desde 2015, año en el que comenzó a recopilar datos con esta estadística.

España registra un 63,6% más de declaraciones de quiebra

España es uno de los países dónde se han dado miles de bancarrotas empresariales. Concretamente, el país ibérico ha registrado 9.606 declaraciones de bancarrota durante 2022, un 63,6% más que las registradas en 2021. De esta forma, el número de quiebras registras en España durante el pasado curso es el nivel más elevado desde que la Unión Europea recopila estos datos.

Hasta antes de este curso, el dato más elevado correspondía al ejercicio 2021, en el cual se notó de lleno el efecto de la crisis sanitaria. Cabe destacar que durante la pandemia, varios negocios se vieron obligados a cerrar debido a la falta de actividad, la cual elevó el endeudamiento de varias compañías, a la vez que tumbó la rentabilidad de varios negocios. Pese a ello, el pasado curso fue más dañino en el entorno empresarial que 2021. En 2020, España registró 3.658 declaraciones de bancarrota.

El transporte y el almacenamiento, los más afectados

Por sectores, el de transporte y el de almacenamiento fueron los más afectados durante 2022. Ambos registraron el mayor número de declaraciones de quiebra empresarial, con un aumento del 72,2% con respecto al tercer trimestre del mismo curso.

La hostelería, el alojamiento y la alimentación han sido los segundos sectores que más declaraciones de bancarrota han registrado en un ejercicio marcado por la volatilidad, la inestabilidad financiera y la incertidumbre empresarial. En el último tramo de 2022, estos sectores registraron un aumento de las quiebras del 39,4% con respecto al tercer trimestre del curso.

La educación, la salud y las actividades sociales fueron sectores que cierran el podio de los que más declaraciones de quiebra han acumulado en el cuarto trimestre de 2022, con un incremento del 29,5% con respecto al trimestre anterior.

2022 ha sido peor que 2019

Una de las conclusiones más esclarecedoras que dejan estos datos es que la actual coyuntura económica ha sido más perjudicial que el tramo de pandemia para el entorno empresarial. Y es que, según Eurostat, el número de declaraciones de bancarrota en el último tramo de 2022 fue superior en la mayoría de los sectores económicos de la UE que los registrados en el último trimestre de 2019, el año anterior al estallido de la pandemia de la covid-19.

Con respecto a dicha fecha, los sectores que han registrado mayor número de declaraciones de quiebra en el cuarto trimestre de 2022 han sido la hostelería, el alojamiento y restauración, con un alza del 97,7%. Le suceden el transporte y el almacenamiento, los cuales ha registrado un incremento del 85,7% con respecto al tramo final de 2019.

Según Eurostat, solo en tres sectores hubo menos declaraciones de quiebra en el cuarto trimestre de 2022 respecto al mismo período de 2019 anterior a la pandemia: la industria (-17,6 %), la construcción (-9,2 %) y la información y comunicación (-4,0 %).

El escenario económico visto en el anterior curso parece que se mantendrá, al menos, en los primeros compases del nuevo ejercicio. La inflación, pese a que ha ido cediendo poco a poco, sigue estando en unos niveles elevados. Por su parte, el Banco Central Europeo ha dejado claro que acometerá nuevas subidas de tipos de interés en los próximos meses, algo que podría mermar un poco más si cabe la dinámica comercial de las empresas y los bolsillos de los consumidores. Está por ver si este curso termina siendo más favorable, o a la inversa, más dañino que el anterior.