El señor Bruno Bimbi es, según dice él de sí mismo "Periodista, narrador y doctor en Estudios del Lenguaje (PUC-Rio). Vivió durante diez años en Brasil, donde fue corresponsal para la televisión argentina. Ha escrito los libros 'Matrimonio igualitario' y 'El fin del armario'". El sábado el señor Bimbi publicó en "Contexto y acción" el artículo titulado "¿Cómo se dice xenofobia en catalán? El autor cuenta su experiencia como alumno de un curso de la Universidad de Barcelona". Es este artículo que le adjunto para que se lo lea y pueda saber de primera mano cuáles son los argumentos y, sobre todo, los hechos.
La pieza empezó a circular por twitter y generó muchas reacciones. Incluidos insultos. Inadmisibles. E injustificables. Ahora bien, si tú vas de generador de debate y empiezas diciendo que los otros son unos xenófobos, reconozcamos que lo que puedes generar, así de entrada, no serán precisamente unos juegos florales. Y menos en twitter. Pero también hubo comentarios donde se le decía que lo que explicaba quizás no era cierto. La respuesta el señor Bimbi fue girar el argumento y acusar de xenófobos también a los que redactaban sus tuits en catalán. Aunque se le recordaba que existe una cosa que le llaman "traductor".
Posteriormente se añadieron al debate otras personas que no sólo afirmaban que quizás lo que explicaba con tanto detalle el señor Bimbi no era cierto sino que directamente decían que mentía. Y lo podían afirmar con rotundidad porque estaban presentes al momento en que se produjeron los hechos relatados en el artículo:
Todos nos equivocamos. Pero si lo hacemos, lo reconocemos y punto. Y si somos periodistas y mentimos y, además, eso queda demostrado públicamente, es que no hay alternativa. O rectificas y pides perdón o para siempre lo acompañará la sombra de la duda. Ah, y hablando de dudas... ¿Por qué lo ha hecho esto el señor Bimbi? ¿Qué pretendía? Y lo más desconcertante de todo, ¿se creía que en un mundo donde todo se sabe y donde cualquiera puede publicar su versión de unos hechos, sus compañeros de clase callarían?
El mundo está lleno de gente que se muere por automarginarse y poder decir que lo persiguen. Están en su derecho, naturalmente. Ahora bien, para cumplir su sueño no hace falta que se inventen la realidad.