A finales del pasado año había cerca de 400.000 personas que estaban apuntadas en las oficinas del paro que, sin embargo, no buscan realmente un empleo, según el Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo elaborado por Fedea y BBVA Research. Florentino Felgueroso, investigador de Fedea y codirector del Observatorio, ha realizado un análisis comparando por edades entre las cifras del paro de la Encuesta de Población Activa y el registro del Servicio Público de Empleo (Sepe). El economista concluye que en el tramo de mayores de 45 años existe una diferencia de 396.000 personas entre ambas fuentes laborales a favor del Sepe. Es decir, que hay 400.000 personas que están registrados en las oficinas del paro, pero que cuando los encuestadores del INE les preguntan, declaran que no están buscando un empleo.
Felgueroso concluye que se trata de personas que no están buscando activamente un empleo, porque de ser así, aparecerían reflejados en la EPA. Una parte de estos 400.000 estarían apuntados en las oficinas de desempleo con el fin de cobrar una prestación por desempleo, bien en forma contributiva, bien en forma de subsidio del paro. Sin embargo, el investigador de Fedea no tiene constancia de que se trate de personas que estén cobrando el subsidio de desempleo de los mayores de 52 años, unos 480.000 en total. Y matiza que los que cobran este subsidio tienen el compromiso y la obligación de buscar un empleo. Recientemente, el Gobierno español ha reformado el subsidio de desempleo, reforzando las medidas para favorecer la búsqueda de empleo de este colectivo, permitiendo compaginar el subsidio con un salario durante seis meses. Igualmente, se ha elevado en los 12 primeros meses la ayuda que reciben y los restantes meses, hasta un máximo de 30, seguirán en 480 euros para incentivar igualmente la búsqueda de trabajo.
Marcel Jensen, profesor de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid, investigador de Fedea, y autor del Observatorio, apunta que la reforma del subsidio de desempleo ha dado “pasos modestos” para estimular a los perceptores del subsidio de desempleo a buscar activamente su incorporación al mercado de trabajo. En este sentido, demanda mayores incentivos. Los empresarios, que no han apoyado la reforma pactada con UGT y CC.OO., han defendido la necesidad de ligar el subsidio a una búsqueda más intensiva de empleo, una postura que mantuvo la anterior vicepresidenta primera, Nadia Calviño, contraria a las tesis defendidas por el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz.
Según trimestres
No obstante, el volumen de personas que están registradas en el Sepe y, sin embargo, declaran no estar buscando un empleo, varía según trimestres. En concreto, según los datos que maneja Felgueroso, en el primer trimestre de este año el número se reduce a 311.000. Comparando con este mismo periodo de años anteriores, se aprecia un ligero repunte sobre los 298.000 de 2023, con un pico de 560.000 entre enero y marzo de 2021. No obstante, el nivel de mayores de 45 años que estaban inscritos en el paro, pero no aparecían en los datos de la EPA, era muy inferior antes de la pandemia, por debajo de los 250.000.
Felgueroso señala que los parados acuden al Sepe, sin importar la edad, mayoritariamente para cobrar una prestación o en demanda de cursos de formación, más que en búsqueda de trabajo. Los datos lo atestiguan. Según la EPA, está a la cola de los métodos usados por los parados y tan solo el 13% de los encuestados dice contactar con la oficina pública de empleo, por debajo de las oficinas privadas, las ETT. El principal método es preguntar a amigos y familiares, seguido de anuncios de empleo o colocar el currículo en Internet.
Con prestación y subsidio
Esto explica el alto volumen de personas apuntadas en las oficinas de desempleo que cobra una prestación: 4 de cada 10. Unos porcentajes que varían según la edad, pues casi uno de cada dos mayores de 45 años (47%) recibe algún tipo de ayuda económica; en el segmento de 25 a 44 años, el 35% cobra paro y los más jóvenes, de 16-24 años, solo perciben una prestación el 12%. La relación prestación y registro en el Sepe se pone, igualmente de manifiesto, al comprobar que el 90% de los parados mayores de 45 años declaran a los encuestadores de la EP estar apuntados al paro. El porcentaje se reduce al 78% entre los de 24 a 44 años y por debajo del 60% entre los más jóvenes.
Puesto que todos estos datos ponen de manifiesto que la intermediación de las oficinas públicas en la colocación es muy limitada, apenas el 3% de los que encuentran un empleo es gracias a ellas, los expertos en el mercado laboral señalan la importancia de cambiar las políticas activas de empleo, para formar mejor a los colectivos más vulnerables, especialmente los trabajadores de más edad con escasa formación. Este año, el Ministerio de Trabajo destina 600 millones de euros en políticas específicas para este colectivo de parados, y en los últimos años, ha invertido más de 3.000 millones en los jóvenes.