Entre los meses de marzo y abril, 880.600 autónomos recibirán una notificación de la Seguridad Social comunicándoles que les deben dinero, pues el año pasado cotizaron por debajo de lo que les correspondía en función de los ingresos que obtuvieron por su actividad profesional. En la misiva se les informará de cuánto cotizaron y cuánto deberían haber pagado y les comunicarán que tienen de plazo hasta el final del mes siguiente para abonar la diferencia. Fuentes del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social señalan que de media se calcula una deuda de 450 euros. Otros 991.600 recibirán también una notificación, si no que en esta ocasión se los informa de que es la Seguridad Social la que les adeuda dinero, pues cotizaron, por encima de lo que les correspondía, unos 600 euros de media. En este caso, el autónomo no tendrá que hacer nada, pues el abono lo hará la Seguridad Social de forma automática.

El pasado año fue el primero en el que los autónomos han tenido que cotizar a la Seguridad Social en función de los ingresos reales que obtienen por su trabajo, aunque en relación con los ingresos generados en 2023. Anteriormente, se permitía elegir la cantidad por la que cotizaban -con un mínimo que rondaba los 300 euros al mes-, sin importar si habían ganado mucho o poco. Eso sí, en función de su cotización, tendrán derecho a mayores o menores prestaciones en el momento de la jubilación o por una baja laboral. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Borja Suárez, ha presentado este miércoles el balance de este primer año.

A lo largo de 2023 hubo 3,7 millones de personas que cotizaron a la Seguridad Social por su actividad como autónomos en algún momento del año. De ellos, el 49,3% -1,85 millones- eligió cotizar por una base reguladora que se ha asemejado mucho a los ingresos que realmente ha obtenido el pasado año con su actividad profesional. De los que han errado en sus cálculos, el 26,8% (991.600) cotizó por encima del tramo que les corresponde según sus ingresos -y que recibirán un dinero en compensación- y otro 23,8% (880.600) lo hizo por debajo, por lo que deberán compensar la diferencia.

Proceso de regularización

El objetivo de cotizar por los ingresos reales, que se pactó con los agentes sociales en 2022 y se ha empezado a aplicar en 2023, partía de una dificultad evidente: los autónomos no podían conocer a priori cuánto dinero iban a facturar a lo largo del año siguiente. Así, se estipuló que, en función de sus previsiones, cada autónomo se acogiera a unos tramos de rendimientos entre un mínimo de 670 euros mensuales netos y un máximo de 6.000 con una correlación de la base de cotización que les correspondería abonar y una cuota mensual.

Los autónomos tenían la opción, una vez iba avanzando el año, de cambiar su cotización al alza o a la baja, ajustándose a los ingresos que iban recibiendo y preveían recibir. Y, cerrado el año 2023, los profesionales quedaban pendiente de lo que se ha denominado, proceso de regulación. Al año siguiente, en 2024, debieron presentar su declaración de la Renta en la que retrataban su actividad económica y, esos datos, Hacienda los ha puesto a disposición de la Seguridad Social a partir de octubre el pasado año, que ha cotejado con las cotizaciones de cada uno de los 3,7 millones de personas que cotizó al Reta en algún momento del pasado año.

Y de ese cruce se obtienen los datos expuestos y se ajusta lo abonado y lo legalmente exigible.