El aceite de oliva, por los aires. El precio del aceite de oliva se disparó un 62,3% en agosto con respecto al año anterior, el virgen extra se encareció un 60,1%, mientras que el virgen subió un 61,8%. Sin embargo, el aceite de girasol redujo su precio un 39,9%. A pesar del incremento de su precio, este producto aumentó su volumen un 5%, principalmente por el crecimiento del 20% en volumen del aceite de girasol y del 40% del virgen de oliva, frente a las caídas del 6% del virgen extra y del 10% de oliva.

El estudio realizado por NIQ y publicado este martes refleja que, entre los productos más inflacionistas en el octavo mes del año, el azúcar continuó siendo el que más subió su precio respecto a un año antes, con una subida del 33,4%; el aceite escala precios hasta ser un 27,9% más caro, mientras que las verduras congeladas y el arroz, fueron un 22,2% más caras. Otros incrementos notables fueron los alimentos infantiles (+19,6%); la parafarmacia de gran consumo (+19,1%); el queso tradicional (+15,7%); las conservas vegetales (+14,2%) y los helados y los cereales para desayuno, ambos con un precio un 14,2% mayor.

Según el informe, los españoles incrementaron su gasto en la cesta de la compra en un 12% en agosto con respecto al mismo mes de 2022, con un repunte del 2,7% en las ventas en volumen y un incremento del 9,1% en lo que respecta a los precios promedio.

Alimentación, el sector que más desembolso supone para los españoles

Desglosado por las tres secciones principales, de nuevo la alimentación supuso el mayor desembolso para los españoles en agosto, debido a un incremento en las ventas en valor del 13,8%, aunque también fue la categoría que experimentó un mayor repunte de la demanda, con un aumento del 4,1% de las ventas en volumen. Por su parte, tanto droguería y perfumería, como bebidas, registraron alzas más moderadas en las ventas en valor de un 9,7% y un 8,8%, respectivamente, mientras que bebidas subió su demanda en un 1,3%, y droguería y perfumería incrementó sus ventas en volumen en un 2,2%.

En lo que respecta solo al precio, por secciones, la alimentación incrementó su precio en un 9,3%, mientras que bebidas lo hizo en un 7,4% y droguería y perfumería fue un 7,3% superior respecto a agosto del año anterior.

La demanda mejora sus cifras respecto a un año antes y las cifras van relacionadas con el turismo. Estos datos quedan reflejados en el volumen de ventas de productos asociados al verano, como los relacionados con el tratamiento facial, que avanza en volumen de ventas un 21%. Le sigue la protección solar, con un 13,7% más, los productos dietéticos (+13,1%) o los insecticidas (+7,6%).

Sin embargo, también se encuentran artículos asociados a comidas y aperitivos estivales como el queso rallado (+15,2%), los quesos blancos pasteurizados (+11,8%) o los quesos de pasta blanda (+10,4%). Por el lado contrario, entre las categorías menos demandadas, destaca la parafarmacia de gran consumo, que cayó un 20% en agosto.

Las marcas de distribución pisan el acelerador

En cuanto a la diferencia entre marcas, la situación fue similar a periodos anteriores, con un incremento de las ventas en valor de las marcas de distribuidor del 17,8%, frente a la subida del 8,1% de las marcas de fabricante, mientras que las ventas en volumen se elevaron en un 6,3% para las primeras y disminuyeron un 0,9% para las segundas.

La directora general de NIQ para el Sur de Europa, Patricia Daimiel, ha señalado que los consumidores, no solo de España, sino de todo el mundo, se enfrentan a "otro fin de año obstaculizado por el alto coste de la vida".