Este viernes, el presidente del Gobierno dará a conocer el sustituto de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, que el 1 de enero se hará cargo de la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Hoy será, de facto, su último día como número dos del Ejecutivo. “Has aportado rigor, brillantez y audacia a la política económica del Ejecutivo. Por ello, te vamos a estar eternamente agradecidos”, ha señalado el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en la despedida pública a la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño (A Coruña, 1968), el pasado 20 de diciembre en sede parlamentaria. Gracias a “tu gestión, España se ha vuelto más competitiva, más próspera y más justa, y tu liderazgo ha sido clave en los logros de este Gobierno”, ha dicho Sánchez respecto a la labor de Calviño, que abandona el Gobierno para ocupar ir al BEI, el brazo financiero de la Comisión Europea para grandes proyectos.
Calviño ha estado siempre al lado del Sánchez, ascendiendo en el escalafón. En el primer gobierno del socialista, tras la moción de censura contra Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno la hace venir desde Bruselas (trabajaba en la Comisión Europea), con el objetivo de hacerse cargo de la cartera de Economía, puesto que ocupó entre junio de 2018 y enero de 2020. Con la victoria progresista en las elecciones de 2019, entra en el Gobierno de coalición en enero de 2020, ya como vicepresidenta tercera y ministra de Economía, para ascender a vicepresidenta segunda el 31 de marzo de 2021, cuando sustituye a Pablo Iglesias. Cuatro meses más tarde, en julio de ese mismo año, con la salida del Gobierno de Carmen Calvo, asciende a la número dos del Ejecutivo con el cargo de vicepresidenta primera.
Cargo que repite en el nuevo gobierno de coalición formado el 20 de noviembre de este año, aunque se descontaba que, con toda probabilidad, estaría poco tiempo en el cargo, por su previsible nombramiento como presidenta del BEI. Sin embargo, el último mes y medio del año ha sido crucial, en plena presidencia española de la Unión Europea, donde Calviño se apunta el éxito de aprobar las reglas fiscales que comprometerán a todos los países a partir de enero. Además, la vicepresidenta tenía que cerrar la petición de la cuarta entrega de los fondos Europeos una vez cumplido el compromiso con Bruselas de aprobar la reforma del subsidio de desempleo, negociación en la que participó activamente para bajar las pretensiones de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz.
Legislatura horrible
Calviño puede decir que ha participado en Gobiernos de tres legislaturas consecutivas, aunque su impronta queda en los últimos cuatro años. La propia vicepresidenta, en un post, hace balance de este duro periodo en términos económicos y sociales, que resume con las siguientes palabras: “Dejamos atrás una legislatura complicada, marcada por la respuesta a los grandes shocks vividos, desde la pandemia de la Covid a la erupción del volcán de La Palma, la crisis energética y de materias primas, el episodio inflacionario en Europa, la rápida subida de los tipos de interés, el impacto creciente del cambio climático y un contexto geopolítico cada vez más complejo y conflictivo. Una legislatura que, a pesar de todo, culmina con un balance positivo, claros avances en la corrección de los desequilibrios estructurales de nuestra economía y grandes proyectos transformadores en marcha para poner España en el mapa global de la nueva economía verde y digital”. Sus principales acciones se pueden concentrar, como ella misma señala, en cinco grandes parcelas:
Fondos Next Generation
La decisión de la CE de afrontar la salida de la crisis del Covid inyectando masivamente dinero a la economía comunitaria ha supuesto un reto descomunal, pues en estos años España deberá invertir 160.000 millones de euros hasta 2026. Sobre Calviño recayó el encargo de gestionar con Bruselas, un ambiente que conoce muy bien, la participación española en el reparto de los Fondos Next Generation, pero también en las negociaciones abiertas por las reformas legislativas exigidas por la Comisión. Se trata, sin duda, de la principal actividad que ha desarrollado en estos cuatro años.
Desde ciertos ambientes, especialmente el empresarial, pero también de la oposición política, se acusa a Economía de un retraso considerable en la ejecución. Desde el Gobierno han echado los balones hacia las comunidades autónomas, acusándolas del retraso en la puesta en marcha. Calviño no entra, en su particular balance, en los retrasos y se limita a destacar la importancia de los fondos para la economía española.
Cambio estructural
La transformación de la competitividad de la economía y las empresas españolas ha sido otra de las tareas que Calviño ha tenido estos años. En este paquete, su ministerio ha sacado adelante legislación como la Ley Crea y Crece, la Ley de Startups, la Reforma Concursal, la factura electrónica y el kit digital para pymes y autónomos, un programa con claroscuros, pues una parte importante de los recursos están todavía sin gastar. En su discurso de toma de posesión de la secretaría de Estado de Comercio, la gallega resaltó que todo esto se ha hecho con el diálogo social. Sin embargo, aunque los empresarios han acudido a la intermediación de Calviño en incontables conflictos, los sindicatos la han visto como un freno para muchas de sus aspiraciones. Es natural, pues en la naturaleza de todo ministro de Economía está imprimir mesura a los otros ministros económicos que están bajo su batuta de mando. Incluidos los ministros del otro partido de la coalición.
Sobre los resultados económicos, cabe destacar el superávit de la balanza de pagos con el exterior, muestra de que las empresas españolas han ganado competitividad y cuota de mercado en el exterior; el crecimiento del empleo, con la reforma de fondo, que ha conseguido el récord de 21 millones de afiliados. Sin embargo, desde la oposición y ciertos estamentos económicos, se señala que los contratos creados, a pesar de ser indefinidos, incluida la modalidad de fijo-discontinuo, no son tan estables como se presume desde el Gobierno.
Pero para la ya exvicepresidenta (cargo que ha abandonado este viernes), los logros no solo han sido económicos; también lo han sido sociales, con las subidas del SMI, la primera y más fuerte abordada en el primer Gobierno de Sánchez (con el PSOE en solitario); el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones o el Ingreso Mínimo Vital. “Además de la fuerte recuperación económica, uno de los logros más importantes ha sido la reducción de la desigualdad”, señala Calviño.
Transformación y modernización
Pero los fondos Next Generation han servido, además de para activar la economía, para transformar el tejido y el entorno empresarial. Calviño saca pecho al decir que ya están en marcha los 12 proyectos estratégicos (Pertes) para que España esté a la vanguardia en las tecnologías del futuro, apostando por el coche eléctrico, las energías renovables y el hidrógeno verde, los microchips, la industria naval, agroalimentaria y aeroespacial, la digitalización del ciclo del agua o la inteligencia artificial en español. Hay que recordar que la transformación hacia la digitalización y la inteligencia artificial ha recaído sobre ella, como responsable de la Transformación Digital. En esta materia, destaca los avances en el desarrollo del 5G, la ciberseguridad, la digitalización de la administración de las pymes, competencias digitales y en el campo audiovisual.