La eurozona, incluida España, y Estados Unidos entran en una semana clave. El próximo 14 de diciembre y 15 de diciembre tendrán lugar las reuniones de tipos de interés de la Fed y del BCE, respectivamente. Ambas instituciones realizarán las que serán las últimas variaciones en lo que a política monetaria se refiere. Tanto el organismo liderado por Jerome Powell como el presidido por Christine Lagarde cerrarán un año marcado por la incesante inflación y la incertidumbre económica.

Aunque todavía hay dudas sobre el alcance de las subidas de tipos, lo que es seguro es que ambas instituciones moverán ficha de nuevo. La Fed parece que aminorará la agresividad que viene mostrando a lo largo de todo el año. Los temores de una paralización económica en Estados Unidos han obligado al organismo monetaria a reducir su presión sobre la inflación en el país americano, la cual se situaba sobre el 7,8% en octubre.

El BCE, a por la cuarta subida de tipos

El cantar del BCE es otro. El banco central de la eurozona no cesará en su labor de reducir la inflación del Viejo Continente. El último dato referido al IPC de Europa es del pasado noviembre, cuando la inflación se situó sobre el 10%. Dicha marca dista del objetivo fijado por el BCE de situar el IPC de Europa sobre el 2%. De ahí que la institución monetaria haya entonado un discurso hawkish en la segunda mitad del año, y ser más restrictivo.

Hasta el momento, la institución europea ha elevado los tipos en tres ocasiones, ubicando la tasa de interés en un 2%. La del próximo 15 de diciembre será la cuarta variación en lo que a política monetaria se refiere. La única duda reside en si el alza será de 75 puntos básicos, como vienen siendo, o de 50 puntos básicos. Pese a que la opción de una subida del 0,75% ha ganado fuerza en los últimos días, desde ING creen que el BCE elevará los tipos en 50 puntos básicos. De ser así, Europa cerraría 2022 con unos tipos de interés en 2,50%.

“Incidencia negativa en el consumo”

Indistintamente de la envergadura de la subida, esta tendrá un efecto directo sobre el bolsillo de los consumidores, del mismo modo que afectará de lleno sobre las empresas. Antonio Castelo, analista de iBroker.es, considera que “es obvio que la subida de tipos tiene una incidencia negativa en el consumo, sobre todo sobre aquellos productos que sean susceptibles de tenerse que financiar”.

En este apartado, el negocio hipotecario de la banca, el cual se ha convertido en un filón para gran parte de las entidades bancarias, pasa a un primerísimo plano. Con el crecimiento del euríbor, el cual ha ascendido en paralelo a las subidas de tipos de interés del BCE, se antoja difícil hacerse con una hipoteca actualmente. “Todas aquellas hipotecas que estuvieran contratadas a tipo de interés variable crecerán las cuotas mensuales debido al crecimiento del euríbor”, explica Castelo.

Pese a que desde el organismo monetario ven necesaria la subida de tipos, hay que tener en cuenta que el alza de tasas de interés podría perforar las carteras de los consumidores, lo que a medio plazo podría desembocar en un estancamiento del comercio. “Aquellas personas que estén pendientes de adquirir algo, se van a encontrar mayores dificultades por parte de las entidades bancarias para darle financiación”, considera Antonio Castelo, analista de iBroker.es. Al fin y al cabo, este tipo de variaciones monetarias traen consigo una menor capacidad de pago. Es decir, con un mismo sueldo, se deben afrontar pagos mayores.

El euríbor, en máximos desde 2008

Ante este escenario, surge la duda de sí es un buen momento para hacerse con una hipoteca. La primera respuesta va acorde a las necesidades de cada persona. Lejos de aspectos cotidianos, a nivel macroeconómico, el momento no es propicio para entrar en una hipoteca. El euríbor cerró noviembre sobre el 2,828%, es decir, máximos desde diciembre de 2008. Los analistas están alineados en que podría tocar la zona del 3% antes de finalizar el año. De llegar a darse tal circunstancia, el euríbor tocaría máximos de los últimos 12 años.

Uno de los puntos clave que ha ganado fuerza en el presente ejercicio es el de contratar una hipoteca a renta fija. “Si se hace a tipo variable, el riesgo radica en que sigan subiendo los tipos de interés de referencia, aumente la cuota y crezcan las dificultades para el pago”, expresa Antonio Castelo.

Las subidas de tipos también mermarán a la Bolsa

Además de la contratación de las hipotecas, con una inflación como la actual y una política monetaria restrictiva, parece seguro que el consumo sufrirá una retrotracción aún más profunda. "Si por la circunstancia que se hay, el consumidor debe adquirir un automóvil, realizar un viaje, o hacer una reforma en su hogar…esos gastos que antes eran más baratos, ahora, con los tipos de interés elevados, serán más costosos”, explica Castelo. Los economistas dan por hecho que el ritmo de consumo irá disminuyendo, ya que habrá más trabas para afrontar los pagos.

Añadido a esto, las próximas subidas de tipos tendría un efecto directo sobre empresas e índices bursátiles. Y es que aquellas compañías que estén más endeudadas tendrán mayores dificultades a la hora de asumir los pagos. Del mismo modo, y en línea con lo que viene sucediendo a lo largo del año, los principales mercados de valores notarán un descenso en el volumen de negociación. Al fin y al cabo, las subidas de tipos, al erosionar las carteras de los inversores, harán que estos rebajen su interés por la negociación bursátil.