La Agencia Internacional de Energía ha valorado positivamente todas las medidas tomadas por la Unión Europea para desquitarse de la dependencia energética rusa. La organización presidida por Faith Birol ha ensalzado los logros energéticos de la comunidad europea, resaltando la menor dependencia del gas ruso, y la mayor apuesta por las energías renovables. La AIE entiende que esto, en unas circunstancias como las actuales, es una gesta. Pues Rusia era uno de los principales agentes del mercado energético del Viejo Continente.
“La Unión Europea ha movido montañas; estamos muy contentos y apoyamos sus esfuerzos”, ha señalado el presidente de la Agencia. A lo largo de 2022, la UE ha trabajado en implementar medidas para combatir la crisis energética originada por la invasión de Rusia en Ucrania. Pese a que esta situación persevera, la realidad es que los Estados miembro se han ido aprovisionando para pasar un invierno caliente, en el que puedan satisfacer la demanda energética.
“Hay un exceso de confianza” en Europa
No ha sido sencillo, ya que Rusia era el principal suministrador de varios países europeos, sobre todo los del norte del continente. De cualquier forma, estos están pudiendo combatir la temporada invernal y, según las estadísticas, cuentan con las reservas de gas en niveles aceptables. El Viejo Continente se ha valido del buen aprovisionamiento, de la inversión en nuevos proyectos, y se ha beneficiado de unas temperaturas mejores de lo esperado.
Pese a ello, y habiendo ensalzado el papel de la UE, la Agencia Internacional de la Energía ha advertido de un “exceso de confianza” de cara al próximo invierno. Pese a que varios oradores de los Gobiernos, como Teresa Ribera en España, han asegurado que el suministro está garantizado de cara al próximo invierno, la AIE insiste en que podría haber dificultades. Birol, presidente de la Agencia, ha lanzado el mismo mensaje que dio en el evento de Breaktrough Energy a Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea: “no hay tiempo para la autocomplacencia en la preparación para el próximo invierno”.
La aparición de China puede mermar la llegada de GNL
Birol ha destacado que el poco gas ruso del que aún depende la UE “puede desaparecer”. Además, el máximo mandatario ha señalado que la cuota de gas natural licuado que llegue al mercado europeo el próximo invierno será “pequeña”, ya que hay que tener en cuenta la reincorporación de China al mercado energético. Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, explicó en una entrevista a LaSexta que “China podría ser el factor que tensará los precios energéticos”. En línea con esas declaraciones recogidas por ON ECONOMIA, el país asiático es uno de los agentes más demandantes de energía.
Tras su salida de las políticas ‘cero covid’, que trae consigo la reactivación económica, la maquinaria china se pondrá de nuevo en marcha, solicitando grandes volúmenes de energía, sea petróleo o sea gas natural licuado. Esto podría mermar la llegada del hidrocarburo al Viejo Continente. Y es que Europa ha encontrado en el GNL la solución más inmediata para paliar la dependencia de Rusia.
Sea como fuere, Birol ha advertido de que “esto puede significar que el próximo invierno puede ser mucho más difícil que este”. Además, el presidente de la AIE ha mostrado su preocupación por el “exceso de confianza” generalizado en la UE, después de “haberse librado de algunos golpes económicos y sociales” en la actual crisis energética.
La Agencia ha puesto fin al instrumento de apoyo a los Estados miembro
En la jornada de hoy, la AIE ha puesto fin a un proyecto del Instrumento de Apoyo Técnico (IAT). Se trata del programa de la Unión Europea que proporciona conocimientos técnicos a medida para diseñar y aplicar reformas, el cual ha apoyado a 17 Estados miembro en sus esfuerzos por rebajar la dependencia energética de Rusia.
España figura entre los 17 países a los que se ha prestado asistencia para afrontar el invierno y avanzar hacia las cero emisiones netas junto a Bélgica, Bulgaria, Chequia, Estonia, Irlanda, Grecia, Croacia, Italia, Chipre, Hungría, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia y Finlandia.
El proyecto se puso en marcha en marzo de 2022 a través de una convocatoria específica como parte de la respuesta de la Comisión a la crisis energética desencadenada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.
La comunidad europea, junto a la Agencia Internacional de Energía, proporcionó a los Estados participantes asesoramiento y desarrollo de capacidades para identificar y emprender reformas e inversiones específicas en varias áreas, como la de las renovables, la eficiencia energética, o la producción de hidrógeno verde, entre otras.