La crisis en el campo también se ha dejado notar en las cuentas anuales del Instituto Català de Finances (ICF). Campesinos y ganaderos catalanes han copado el 77% de los créditos que la financiera pública ha concedido dentro de la línea de créditos en el sector primario, a lo largo de 2023, es decir, 77 millones de euros, de un total de 101,4 millones. Esta suma representa, al mismo tiempo, el 12% del total de 641 millones que la entidad ha otorgado en créditos, durante el último año. Han pedido los préstamos de la línea ICF Agroliquiditat un total de 1.236 empresas del sector primario, que han solicitado microcréditos de entre 10.000 euros y el máximo de 100.000 euros por operación. El plazo está fijado en hasta 6 años, con 2 como máximo de carencia incluida, y a un tipo de interés fijo que se marca en función del nivel que hay al mercado financiero y que tiene una bonificación del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural.
La demanda ha sido tan significativa, por la problemática que vive el campo, que se ha triplicado en un año el peso de este segmento de empresas sobre el total de las que han acudido al ICF. Entre 2022 y 2023, el número de compañías que han recibido financiación ha pasado de las 499 a las 1.657, y un 75% de estas han sido las 1.236 del sector agroalimentario. La consejera delegada de la entidad, Vanessa Servera, ha explicado que ha estado importante el esfuerzo de la entidad por desplegar sus servicios en el conjunto del territorio, en especial en la demarcación de Tarragona, hecho que ha supuesto una importante demanda de empresas de las Tierras del Ebro.
Una situación que parece que no tiene marcha atrás, de momento. En lo que llevamos de 2024, la línea de financiación ICF Agroliquiditat, impulsada por el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) y por el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural que bonifica el 50% del tipo de interés fijo que se aplica -actualmente en torno al 4%-, ya se ha renovado con una partida de 20 millones de euros, que ya está agotada. Al mismo tiempo, el departamento ha comunicado que habrá, muy pronto, una segunda línea de 35 millones más. "Seguiremos dando apoyo a las necesidades financieras del sector primario, bien seguro, a lo largo de este año, porque en agroinversión no tenemos un límite establecido", ha concretado este miércoles Vanessa Servera, consejera delegada del ICF, en rueda de prensa.
El ICF ha constatado que si bien en un inicio la línea se abrió -en diciembre de 2022- porque el sector primario estaba soportando un importante incremento de los costes, a raíz de la guerra de Ucrania, actualmente son los problemas vinculados al impacto del cambio climático, especialmente la sequía, los que generan tensiones financieras en las empresas del sector primario, en general.
La entidad pública también tiene abiertas otras líneas de financiación para proyectos transformadores dentro del sector primario que tienen un retorno de hasta 20 años y que se centran en mejoras para el aprovechamiento del agua o cambios en el cultivo de variedades de fruta, para citar algunos.
De hecho, el apoyo al sector primario y el impulso de la sostenibilidad han sido los puntales del incremento de la actividad financiera del ICF, en el 2023, con una subida del 17% hasta los 641 millones concedidos cerca de 1.700 empresas, con respecto a 2022. Del total, uno de cada dos euros otorgados -préstamos y avales- se ha destinado a los proyectos con criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Según los datos proporcionados, mientras el sector primario ha sido el responsable del incremento en el número de las operaciones realizadas, la financiación para temas de sostenibilidad ha sido el responsable del aumento en el valor del dinero otorgado, con un 55% de incremento (109 millones), desde los 199 millones de 2022, a los 308 millones de 2023.