Se trata de uno de los productos más cotizados durante el año, pero cuando llegan las fiestas de Navidad, no falta en prácticamente ningún hogar. Podría ser el marisco, alguna fruta exótica o algún alcohol especial, pero en este caso hablamos del jamón. Según datos recopilados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, una persona consume, de media, 1,5 kilogramos de jamón cada año en España y, con respecto a las comunidades autónomas, Andalucía encabeza la lista de territorios que más consume este producto, seguido de Catalunya, Madrid y la Comunidad Valenciana. Dentro de la categoría de jamones existe el jamón ibérico, el serrano, el de bellota o el de Jabugo, entre otros, y, según el primer barómetro sobre hábitos de consumo y conocimiento del jamón ibérico en España, el 32% de los españoles consume jamón ibérico al menos una vez a la semana.
Ventajas de comprar el jamón entero o cortado
Comprar una pata entera de jamón implica tener las herramientas adecuadas y bastantes conocimientos para saberlo cortar, además de tener la paciencia y la traza para hacerlo y, evidentemente, el espacio adecuado para almacenarlo. Hay que recordar que los jamones enteros tienen que conservarse en un lugar fresco y seco, como una bodega o una despensa bien ventilada. La principal ventaja a la hora de comprar la pata entera de jamón es que la persona que lo corta puede decidir el grosor de cada trozo y, además, su conservación suele ser bastante larga, más que un jamón fileteado.
En caso de comprarlo cortado, la principal ventaja es que no hay que estar todo el rato haciendo esfuerzos, sino que los cortes los hará un profesional y se mantendrán en perfecto estado en todo momento y durante meses, ya que se suelen vender cerrados en paquetes individuales y envasados al vacío. Además, guardarlo es mucho más sencillo que una pata entera de jamón porque con la pata hay que tener en cuenta una serie de criterios como la luz, la temperatura y la humedad o los puntos mencionados más arriba.
¿Qué es más barato?
Más allá de su conservación, almacenaje y beneficios de comprar la pata entera o cortada, también hay que tener en cuenta su precio. ¿Es mejor cortado? ¿O comprar la pata entera? Aquí entran diferentes factores, ya que no es lo mismo un jamón de 500 euros que uno de 70 euros. Con respecto a la calidad, hay que tener en cuenta las diferentes tipologías de jamón. Por jamón serrano se entiende el jamón de cerdo blanco, aquel que procede de cualquier raza del cerdo. El jamón ibérico, por su parte, se elabora a partir de cerdos de raza ibérica. Aun así, la mayor calidad la ofrece el jamón de bellota, ya que proviene de cerdos ibéricos criados en las Dehesas y que han sido alimentados en el periodo de montanera (la fase de engordar los animales que va de noviembre a marzo) exclusivamente de bellotas y pastos.
Por lo tanto, aunque comprar el jamón cortado puede tener más ventajas, sobre todo si el consumidor tiene muchas ganas de comer jamón ibérico, al momento, sin hacer grandes esfuerzos y guardado en la nevera, su precio suele ser más elevado. Comprando un lote de jamón ya cortado el desembolso siempre será mayor, porque los esfuerzos para consumirlo serán menores que si se compra una pata entera, aparte que la cantidad de carne siempre será inferior que con una pata entera. De esta manera, comprar un jamón entero siempre será más barato que comprarlo cortado, pero para darse un capricho, se puede comprar jamón cortado y combinarlo con otros ibéricos como el lomo o el chorizo.