El sector inmobiliario advierte de que el precio de la vivienda seguirá alto. No hay oferta suficiente para cubrir toda la demanda y esto mantendrá tensionado el mercado. Los datos facilitados este miércoles por Sociedad de Tasación ponen de relieve que, actualmente, se construyen seis veces menos que hace quince años. En concreto, durante 2008 (el año del boom inmobiliario) el número de visados de obra nueva se situó en 865.561, una cifra muy lejana a los 108.985 de cierre de 2022.

En una presentación, Consuelo Villanueva, directora de instituciones y grandes cuentas de Sociedad de Tasación, alertaba también de que solo el 16% de la nueva producción de viviendas se concentra en las ciudades de mayor actividad económica, como Madrid o Barcelona. Por lo que la oferta existente "no es suficiente para dar respuesta a los flujos de población hacia las grandes ciudades y a la creación de nuevos hogares".

A su juicio, el sector no ha conseguido después de la crisis financiera de 2008 unos niveles de producción de vivienda razonable. "Estamos en torno a las 100.000 viviendas nuevas al año, una cifra que ni de lejos cubre a la demanda, la cual se acerca a los 200.000 hogares nuevos al año". En este sentido, también alertaba de la falta de vivienda protegida.

En las últimas tres décadas hemos pasado de una producción de vivienda protegida de más de 300.000 unidades a apenas 40.000 viviendas, dificultando más el acceso a la vivienda de los hogares. Sociedad de Tasación no ha calculado cuánta vivienda protegida se tendría que construir para cubrir la demanda, pero aseguran que los datos reflejan que existe esta necesidad en los hogares y que en España hay déficit. "Lo que está claro es que falta. Ha habido momentos donde suponía el 80% de toda la vivienda nueva construida y se vendía, formaba parte del mercado. Ahora apenas supone un 10% de todo lo que se produce". 

Los precios siguen tensionados

La compraventa de viviendas ha caído este año, pero no tanto por los precios, sino por la comparación con el excelente 2022, según Sociedad de Tasación. El primer semestre del año pasado fue "inesperadamente bueno, se produjeron muchas compraventas. Había expectativas de subidas de tipos y hubo decisiones adelantadas". Lo que hizo que, a pesar de que en el segundo semestre se ralentizaran las compraventas, fuera "un año magnífico", según explicaba Villanueva.

Esto hace que este 2023, cuando las compraventas han empezado a frenarse, las cifras comparen mucho peor con los datos del 2022, que fueron "excelentes". Sin embargo, no todos los elementos se comportan de forma homogénea, la vivienda nueva presenta una característica fundamental: es deseada y hay escasez de producción, lo que hace que se tensione el precio, que continúe al alza a pesar de todos los inconvenientes. Mientras que la usada funciona de forma distinta, es más elástica, aunque también existe un problema de oferta. 

Así, el precio de la vivienda nueva en España ha alcanzado en junio los 2.809 €/m2, según Sociedad de Tasación. Esta cifra supone un incremento interanual del 6,4%, y un incremento semestral del 2,8%, aunque refleja una desaceleración en el incremento de precio respecto al dato de diciembre de 2022. Mientras que el precio de la vivienda usada alcanzó en marzo los 1.801 €/m2. Lo que supone un incremento del 4,1% frente al año anterior y del 2,1% semestral. Y al igual que en el caso de la vivienda nueva, el último dato registra menores presiones al alza.

Es decir, la vivienda usada, que representa la mayoría de las compraventas y también de la oferta disponible, presenta una menor presión en los precios, determinados por mayores negociaciones entre comprador y vendedor y un incremento de los tiempos de venta.