La fuerte subida de precios de los alimentos en España en 2022 y 2023 han acumulado un incremento del 30,7% desde diciembre de 2019, situándose casi 13 puntos por encima de la media del IPC. Eso significa que por la misma cesta de productos alimenticios que antes de la pandemia costaba 100 euros, ahora hay que desembolsar 131 euros. De cara a los próximos trimestres, se prevé que el descenso de los precios de las materias primas agrícolas y de la energía en los mercados internacionales ayude a contener los costes de producción agrarios y, con ello, que sigan moderándose las presiones inflacionistas sobre los alimentos, según un informe elaborado por CaixaBank Research.

El trabajo del gabinete de estudios de la entidad financiera, señala que el sector agroalimentario español se recupera de sus problemas de producción de los dos últimos años, y crecen en el primer semestre de este año un 7,6%, más de doble que el conjunto de la economía, según un informe elaborado por CaixaBank Research. En sus conclusiones, señala como la incipiente mejora de la sequía que ha afectado a gran parte del campo español y una cierta moderación de los costes de producción, permiten una estimación más positiva para la campaña 2024-2025.

El Informe Sectorial Agroalimentario, que han coordinado los economistas de CaixaBank Research Judit Montoriol y Pedro Álvarez, realiza un análisis de la producción prevista en esta campaña para los diferentes productos agrarios y constata la recuperación de los cereales de invierno, que se situarán en un nivel algo superior al promedio de las últimas cinco temporadas. También se prevé una mejora en el aceite de oliva, cuya producción descendió un 58,6% en 2023, disparándose el precio.

Cultivos lastrados

A pesar de ello, la producción de algunos cultivos sigue lastrada por unas condiciones hidrológicas adversas, teniendo en cuenta que aun un 12,2% del territorio español se encuentra en situación de sequía prolongada. Más allá de los factores coyunturales, el informe destaca que la evolución del sector sigue estando muy condicionada por importantes retos (falta de mano de obra, impacto del cambio climático, adaptación a nuevas exigencias regulatorias, etc.) que limitan su capacidad de crecimiento de forma más estructural. 

Por su parte, la industria alimentaria también comienza a reactivarse (la producción industrial creció un 1,9% interanual en la primera mitad de 2024), gracias a la moderación en el crecimiento de los costes de producción. Este buen comportamiento también se refleja en las cifras del mercado laboral: la industria alimentaria ha creado cerca de 10.000 empleos en el último año hasta agosto.

Exportación

España sigue siendo una gran potencia exportadora de productos agroalimentarios, y a nivel global, ocupa la octava posición en el ranking de países exportadores de productos agrícolas, con una cuota del 3,2%. La mejora de la producción agraria en el primer semestre de este año ha permitido que las exportaciones agroalimentarias volvieran a crecer en volumen, un 3% interanual, tras dos años consecutivos de retrocesos. En términos de valor, los ritmos de avance son más significativos (5,9% en el primer semestre) gracias al alza en los precios que han venido registrando la mayoría de los productos agroalimentarios en los mercados internacionales. Asimismo, el peso del VAB del sector primario en España se sitúa en el 2,6% del total de la economía, muy superior al 1,7% que registran de media el resto de los países europeos.

El informe publicado por CaixaBank Research sobre el agroalimentario español forma parte de la colección que el servicio de estudios de la entidad dedica al seguimiento periódico de los principales sectores de actividad en España (inmobiliario, turístico, etc.), a partir del análisis de los principales indicadores económicos y del big data.