Foment del Treball tiró la primera piedra este lunes con sus propuestas para ampliar el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, que ha hecho llegar a todas las administraciones, y ahora la pelota está en el tejado de los políticos y de Aena. Pero a pesar de la presión de la patronal y el empresariado catalán, la ampliación tiene sus límites y no arrancaría en ningún caso antes de 2027. Además, depende primero de una comisión técnica que tiene que abrir el Govern y de que haya consenso local.
El aeropuerto es una infraestructura propiedad del Estado y gestionada por Aena, empresa que tiene como accionista de control al propio Estado, pero que cotiza en la bolsa española. Por eso, tiene miles de accionistas, entre los que hay muchos fondos de inversión, a los cuales se debe. Las cotizadas marcan su hoja de ruta en el plan estratégico, que tienen que seguir rigurosamente, ya que es lo que han prometido a sus accionistas que harán y es lo que hace que un inversor decida poner su dinero en la compañía.
Aena cerró el año pasado su plan estratégico 2022-2026, en el que incluyó la ampliación de Barajas, pero no la de El Prat, después de que las negociaciones para conseguir sumar las administraciones catalana y barcelonesa a la propuesta de la empresa que preside Maurici Lucena fracasaran. Este plan es intocable, según han confirmado en ON ECONOMÍA fuentes del sector, por lo cual está vetada hasta 2027. Eso no quiere decir que no se haga realidad hasta ese año sino que ni siquiera se incluirá en los planes de Aena, que es, al fin y al cabo, quien lo tiene que incorporar en su futura hoja de ruta.
El Dora II de Aena está cerrado y no se prevé que se reabra, mientras el III verá la luz de cara a 2027
Por lo tanto, la ampliación del Aeropuerto de Barcelona tiene que esperar al Dora III, el próximo plan de Aena, pero antes, el gestor aeroportuario español espera que haya consenso político en Catalunya, precisamente lo que fue imposible hace dos años. Ahora el guion dice que tiene que ser el Govern de Pere Aragonès quien abra una mesa técnica para evaluar las opciones y buscar una que satisfaga todas las administraciones implicadas, desde el Gobierno a la Generalitat, pasando para los ayuntamientos de Barcelona y El Prat de Llobregat. De hecho, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ya apuntó este lunes al Govern e instó a Aragonès a "mover ficha en este sentido".
Los tempos de la operación, pues, no hacen prever una ampliación en el medio plazo. Desde Foment, hablaron de diez años para que la ampliación, con la nueva pista y una posible terminal auxiliar, esté operativa, pero el plazo podría ser incluso superior. La parte positiva es que el Govern --que puede cambiar de color de aquí a 2027--, las administraciones y el empresariado tienen casi tres años para pactar una propuesta que cuente con el máximo consenso.
De momento, las propuestas de Foment han levantado opiniones diversas. Mientras desde las filas socialistas, ya sea en el Gobierno, el Ayuntamiento de Barcelona o el propio PSC, han sido bien recibidas y confían en poder recuperar el debate y acabar encontrando una solución, en ERC hay división de opiniones. En el partido han asegurado que analizarán las propuestas, pero desde el Port de Barcelona, presidido por el destacado dirigente republicano Lluís Salvadó, se mostraron muy críticos con la propuesta predilecta de Foment, pues ampliar la pista corta hacia el norte en 850 metros limitaría la operativa de la infraestructura portuaria.
Las propuestas de Foment
Josep Sánchez Llibre y Lluís Moreno, presidente de la Comisión para la Ampliación del Aeropuerto de Foment del Treball, presentaron este lunes las once soluciones que estudiaron, a pesar de qué Moreno fue desmontando la mayoría de ellas, como la de la pista sobre el mar o no ampliar el Prat y derivar vuelos en Girona y Reus, por criterios económicos o medioambientales.
La conclusión principal de la cincuentena de expertos de Sánchez Llibre es que no hay ninguna opción perfecta, pero que las más realistas por cuestiones operativas, medioambientales y sonoras pasan por ampliar la pista corta, como quería hacer Aena. Por eso, las que tenían mejor valoración eran la del gestor aeroportuario, que implicaba ampliar la pista 500 metros hacia el norte, dos más que querían ampliarla en 300 metros entre norte y sur y la de los 850 metros hacia el norte, surgida del propio grupo de expertos. Las propuestas ya están encima de la mesa de Aragonès y Sánchez.