Las dos candidaturas que rivalizan en las elecciones a la presidencia de la Cambra de Comerç de Barcelona hace tres meses y medio que hacen campaña —especialmente contrapuesta en intereses, objetivos y forma de actuar— para conseguir entre este viernes, que se inician los comicios en formato online, y el próximo miércoles, que se cerrarán los comicios con las votaciones presenciales, conseguir el poder de una de las principales instituciones empresariales y económicas de Catalunya. Así pues, en los próximos cinco días naturales, la candidatura independentista de Eines de País-Un pas més y la que lidera el empresario y ejecutivo Josep Santacreu tienen que conseguir el máximo de apoyos para obtener el número mayor de las 52 vocalías que van a sufragio sobre las 60 que forman el pleno de la Cambra, el órgano que elegirá al futuro presidente de la institución para los cuatro próximos años. En este sufragio, al cual están convocados 430.000 electores —entre empresarios y autónomos—, está en juego el papel institucional de la Cambra de Barcelona dado el diferente talante de los candidatos que configuran las respectivas listas.
Por una parte, la candidatura Eines de País-Un pas més nunca ha rehuido de sus raíces independentistas, ya que hace cuatro años —cuándo se presentó por primera vez a las elecciones— fue impulsada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) —un apoyo que mantiene y del que presume. También cuenta con el respaldo de Junts per Catalunya y el expresidente Carles Puigdemont. Esta circunstancia, que determinó en buena parte que se proclamara vencedora de los anteriores comicios, con una importante diferencia respecto de las cuatro candidaturas alternativas que concurrían en aquel 8 de mayo de 2019, le ha permitido controlar la institución en los últimos cuatro años e intentar impregnarla de lo que sus dirigentes denominan "la mejor política económica para Catalunya", con la transversalidad desde los autónomos a la micro, pequeña, media y gran empresa y con territorialidad. Pero lo cierto es que la gran empresa se ha desentendido bastante de la Cambra, en línea con su interés de zafarse también de los llamamientos políticos independentistas, y entre otras cosas porque el equipo de gobierno de Eines de País ha tomado decisiones que la han invitado a marcharse, como la eliminación de 12 de las 14 vocalías del pleno cameral que ocupaban grandes corporaciones empresariales a cambio de una aportación económica anual. Aunque han reducido el número, han subido sustancialmente la contribución: en el nuevo mandato habrá que pagar 150.000 euros anuales o más, durante los cuatro años.
Por eso, Eines de País-Un pas més se presenta a los comicios que arrancan este viernes con una candidatura formada mayoritariamente por varios representantes del proyecto de hace cuatro años y que ahora ya tienen voz y voto en el plenario y con algún miembro de las listas que les plantaron cara en 2019. Pero no hay grandes corporaciones empresariales detrás, quizás más interesadas a estas alturas en tener un cierto protagonismo en patronales como Foment del Treball o grandes agrupaciones empresariales como FemCat. Especialmente, mantienen la sintonía con Foment del Treball que, bajo la presidencia de Josep Sánchez Llibre, está ganando terreno en el ámbito institucional y ejerciendo un papel de lobby empresarial, dentro y fuera de Catalunya, para dar voz a las reivindicaciones de la industria ante las administraciones catalana y española.
Tampoco se las ha visto demasiado implicadas -cuando menos públicamente- con la propuesta del exconsejero delegado de DKV, Josep Santacreu, que ha diseñado una candidatura alternativa que pretende arrebatar la presidencia de la Cambra a los independentistas. Lo quiere hacer ganando adeptos entre aquellos que han dejado de sentirse la institución como suya: las medianas y grandes empresas. Pero, sin embargo, en la lista de Santacreu las grandes empresas se pueden contar con los dedos de las manos, mientras que el resto son gremios y entidades corporativas, además de algunas pymes consolidadas. Detrás de la idiosincrasia de esta candidatura se encuentra el apoyo explícito de la patronal Pimec, que está interesada en ampliar su presencia en el pleno de la Cambra porque ha sido uno de los actores más críticos con la política que han llevado a cabo los responsables de Eines de País, primero representados por el ahora diputado de Junts, Joan Canadell, y después por la empresaria Mònica Roca. Hasta el punto que Pimec se ha desmarcado del consenso entre los agentes sociales, la Cambra y el Govern catalán por una nueva y necesaria Ley de Cámaras, al considerar que la entidad que ahora preside Roca quiere tener protagonismo en el diálogo social y hacer más un papel patronal que institucional, un extremo este último que la presidenta de la Cambra desmiente.
Cabe decir que ni Josep Santacreu ni ninguno de los miembros de su candidatura han rehusado públicamente el apoyo implícito de Pimec, sino al contrario, consideran que contar con el reconocimiento de Pimec y de Foment del Treball es algo natural por tratarse de unas elecciones a una institución que representa y vela por los intereses empresariales, de aquí su eslogan: Va de empresa. Como tampoco se han expresado respecto de otras cuestiones, ya que su campaña ha sido la de un soterrado silencio, que no ha ido más allá de la difusión de sus contenidos electorales en las redes sociales y se ha negado a hacer un debate abierto con la candidatura de Eines de País para confrontar públicamente sus programas. Siempre han defendido que los apoyos se ganaban con el compromiso de presidir la Cambra para devolverla al tejido económico y empresarial de Barcelona y Catalunya. Tal es el interés de conseguirlo que, por primera vez, Foment del Treball y Pimec han consensuado qué industrias y empresarios ocuparán las seis sillas del pleno que tienen reservadas por ley. Y aquí sí que figuran firmas destacadas —de hecho, Eines de País da por hecho que son declaradamente partidarias de Santacreu.
La rivalidad, pues, es manifiesta. En la Cambra de Barcelona, pero no en las 12 restantes que hay en Catalunya y que también están convocadas a la celebración de elecciones. En algunas de ellas, al concurrir solo un candidato para presidirlas, no se celebran los comicios y se aprueba por votación del pleno cameral, cómo es el caso de Lleida, donde ya ha sido reelegido el empresario Jaume Saltó. En cambio, Eines de País presenta batalla en Terrassa y Manresa.