El sector del automóvil español aplaude la decisión de la Comisión Europea de aprobar un plan integral en defensa del sector que incluye la flexibilización de los objetivos de reducción de CO₂, adelantada el pasado lunes por la presidenta del Ejecutivo, Ursula von der Leyen. Eso significa que quedan en suspenso las multas que atenazaban a los fabricantes y que la patronal europea cifró en 15.000 millones de euros. Sin embargo, la industria española ha dejado claro que la flexibilidad aprobada por Bruselas no significa que se vayan a “dormir en los laureles”, ni mucho menos que ponen en cuestión los objetivos medioambientales de 2035 como fecha final: ese año, se dejarán de vender coches de combustión, aunque podrán seguir circulando hasta 2050.
Así lo han reseñado tres grandes grupos del motor Toyota -Toyota y Lexus-, Renault -Renault y Dacia- y el grupo Volkswagen -Volkswagen turismos y comerciales, Skoda, Porsche y el grupo Seat con sus marcas Seat y Cupra- que representan casi el 50% de las ventas en España. La Unión Europea estableció en 2021 el plan CAFE (Clean Air For Europa, en sus siglas en inglés) que, a partir del 1 de enero de este año, las emisiones tenían que bajar a 93,6 gramos de CO₂ por kilómetro como media de los vehículos vendidos en toda Europa por cada marca. Y el incumplidor se debía someter a fuertes sanciones económicas. La nueva normativa aprobada este miércoles -que tendrán que aprobar el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo- exime de las multas a aquellos fabricantes que no reduzcan las emisiones de sus flotas un 15% en 2025 respecto a 2021, aunque sí deberán pagar multas si no compensen el exceso hasta 2027.
Por la mañana, el presidente de Anfac y presidente de Renault España, Josep María Recasens, ha hablado de un objetivo imposible: “La previsión era que para este año, el 22% de los turismos vendidos en Europa fueren eléctricos puros y estamos en el 14%; en España mucho peor, entre el 5-6%”. Pero eso ha sido antes de que la Comisión Europea haya dado luz verde al plan estratégico para el automóvil.
En una mesa redonda mantenida este miércoles en el Congreso de Faconauto, Miguel Carsi, presidente y CEO de Toyota España, ha señalado que desde Toyota siempre se han esforzado en cumplir la regulación y ha comunicado que la marca japonesa había alcanzado ya los límites establecidos por Bruselas, lo que permite al fabricante crecer en determinados coches de cierta gama. “La flexibilización aprobada en Bruselas nos permitirá hacer un ajuste fino en el mix de motorizaciones que vamos a vender este año, quizá en algún modelo concreto, pero no cambiaremos la estrategia comercial por los nuevos plazos”.
Sébastien Guigues, director general de Renault España, uno de los grupos europeos más combativos contra la normativa CAFE con su presidente Luca de Meo a la cabeza, ha señalado, al confirmarse la flexibilización aprobada por Bruselas que “desde Renault nos sentimos escuchados” y ha declarado que las medidas aprobadas allanan el camino, aunque recuerda que no se han cambiado los objetivos. “El objetivo no se discute, se cumple”, ha dicho.
Respecto a posibles cambios después de la decisión de la Comisión Europea, Guigues ha señalado que catalogan su oferta por modelos good actor (bajas emisiones que contribuyen a reducir sus emisiones medias); neutral actor (ni restan ni suman) y bad actor (contribuyen a elevar la media de emisiones) y ha aclarado que el alargamiento de plazos no les hará cambiar los planes previos de sus mix comercial, pues su intención es reducir al máximo la emisión de CO₂.
En idénticos términos se ha expresado Francisco Pérez Botello, presidente de Volkswagen Group España Distribución. “Toda flexibilización es positiva”, ha dicho, pero aclara que el aplazamiento de las multas tres años, “no supone un cambio de estrategia, vamos a seguir empujando. No nos podemos relajar porque nos flexibilicen y no podemos poner en duda el coche eléctrico”. En definitiva, en 2027 deberán tener los deberes hechos o se arriesga a pagar entonces las multas.
Apoyo al coche eléctrico
Los tres han coincidido que nadie en el sector debe hablar mal del coche eléctrico, todo lo contrario: “en Francia decimos que sería como mear en nuestra sopa”, ha resumido Guigues. En este sentido, defienden la necesidad de trasladar al cliente que el hándicap de esta motorización es menos de lo que la gente piensa. Como ejemplo, Pérez Botello ha dicho que actualmente hay 1 manguera de combustible en España por cada 250 coches y, sin embargo, hay un cargador de alta capacidad por cada 50 coches eléctricos, pues ya hay instalados más de 40.000 puntos. “Pero no están señalizados y los conductores no son conscientes de la red existente ya”. En este sentido, el ministro de Industria, Jordi Hereu, ha declarado también en el Congreso de Faconauto un plan de señalización de los puntos de recarga en las carreteras españolas para cambiar esta falsa creencia.