El año arranca con una de las reformas de las de mayor calado realizadas este año: el cambio del modelo de cotización a la Seguridad Social de los trabajadores autónomos. Su esencia es que los autónomos coticen por sus ingresos reales y no como hasta ahora que podían elegir las cuotas al margen de sus rendimientos. Lo que ha hecho que el 85% haya optado por lo cuota mínima, actualmente en 294 euros. Aunque estas menores cotización han llevado a pensiones muy bajas para este colectivo que de media cobran 753 euros al mes frente a los 1.198 euros de los asalariados.
No obstante, el acercamiento entre las bases de cotización y los ingresos reales se hará de forma paulatina en los próximos diez años. Hasta entonces se establecen unos tramos de ingresos que marcarán, ahora sí de forma obligatoria, qué cuotas deberán ingresar a la Seguridad Social. Este sistema, fruto del acuerdo entre el Gobierno español y las organizaciones de autónomos ATA, Upta y Uatae, cuenta con 15 tramos para los años 2023, 2024 y 2025 y luego se revisará. Para facilitar la implantación del nuevo sistema, la Seguridad Social ha habilitado una web para que cada autónomo simule sus nuevas cuotas para 2023.
Bajará la cuota al 60%
En función de los tramos de ingresos habrá algunos autónomos a los que se les reducirá la cuota y a otros, los de mayores ingresos, les aumentará respecto a lo que abonan. Desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (Upta) señalan que a partir del 1 de enero el 60% de los autónomos, aproximadamente 1,8 millones, pagarán 760 euros menos al año que lo que abonaron en 2022, en el caso de los autónomos con menos ingresos, o 960 euros que ahorrarán los autónomos societarios cuyos ingresos mensuales no lleguen a los 1.000 euros mensuales del salario mínimo interprofesional (SMI). Unos cálculos ligeramente más optimistas que los de la Seguridad Social que se espera que uno de cada dos autónomos tenga una cuota más baja que la actual, un 25% cotizará más y un 25% mantendrá las cuotas actuales.
A aquellos que calculen unos ingresos inferiores a los 1.300 euros al mes se le reducirá la cuota sobre la actual, con un mínimo de 230 euros al mes el año próximo con bajadas a 200 en 2025 para los autónomos que menos ganan (menos de 670 euros netos al mes). Quienes ingresen entre 1.300 y 1.700 euros netos pagarán lo mismo que en 2022 (294 euros al mes) y los que superen esa cifra, les aumentará la cuota a partir de 2023. Así, para el próximo año los quince tramos establecen unas cuotas que van desde los 230 euros al mes (ingresos inferiores a 670 euros) hasta los 500 euros (más de 6.000 euros al mes) y variarán hasta 2025, en función de los rendimientos netos de los trabajadores por cuenta propia.
Cambiar cada dos meses
Los autónomos tendrán la posibilidad de cambiar de tramo cada dos meses, con un total de seis cambios al año, para adaptar su cotización a las previsiones de ingresos en cada época del año y de su actividad profesional. El nuevo sistema define el concepto de rendimientos netos, que se calcularán deduciendo de los ingresos todos los gastos producidos en ejercicio de la actividad y necesarios para la obtención de ingresos del autónomo.
Sobre esa cantidad, se aplicará adicionalmente una deducción por gastos genéricos del 7% (3% para los autónomos societarios). El resultado será la cifra que determinará la base de cotización y la cuota correspondiente. Al final del ejercicio fiscal y una vez conocidos los rendimientos netos anuales, se regularizarán las cotizaciones, devolviéndose o reclamándose cuotas en caso de que el tramo de rendimientos netos definitivos esté por debajo o por encima del indicado por las previsiones durante el año.
Las claves del sistema
Cotizar por los ingresos reales. Los autónomos estarán obligados a cotizar en función de una tabla con 15 tramos según sus ingresos. En los cuatro primeros, que según los cálculos de la Seguridad Social agrupan al 50% de los autónomos, cotizarán por debajo de los actuales 294 euros; los dos siguientes tramos, un 25% de autónomos, mantendrán los 294 euros y los nueve últimos, el 25% restante, superarán los 294 euros.
Un sistema transitorio. Se aplicará de forma progresiva, y establece las cuotas de 2023 a 2025. Además, fija 2032 como el año en que todos los autónomos tendrán que cotizar por lo que realmente ingresen.
Fórmula para saber en qué tramo se debe cotizar. Para saber en qué tramo se debe cotizar, cada autónomo deberá determinar mediante una fórmula sus rendimientos netos del siguiente año. Una vez conocidos, tendrá que pagar la cuota que se establezca en su tramo de rendimiento.
Control de Hacienda. En octubre del año siguiente, tras la declaración de la Renta, Hacienda remitirá los ingresos netos de cada autónomo a la Seguridad Social que los cotejará para confirmar si se ha tributado en el tramo correcto. Si el tramo elegido es inferior el autónomo deberá abonar la diferencia y si ha sido superior la Seguridad Social le devolverá la diferencia de oficio.
Deducción de gastos genéricos. Cada autónomo se deducirá un 7% de sus ingresos como gastos genéricos, un 3% si es autónomo societario, sin necesidad de justificación. Esta deducción se debe aplicar en la fórmula para determinar los ingresos netos.
Tarifa plana. La cuota sube a 80 euros al mes para el primer año que se podrá ampliar otros doce meses si los ingresos son inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Se reduce, pues, respecto a la actual.
Colectivos especiales. Los autónomos societarios, los familiares y con ingresos cero, unos 630.000, tendrán una base mínima de 1.000 euros con una cotización mayor.
Sobre cotización. Los autónomos que estaban cotizando por encima del mínimo de 294 euros en busca de una mejor pensión, podrán seguir sobre cotizando tras demostrar que venían haciéndolo ya.
Prestación por cese de actividad. Quizá una de las partes más desconocidas de la reforma, se ha realizado un cambio profundo de las prestaciones por cese de actividad, prácticamente inutilizado hasta ahora.