Los autónomos podrán elegir entre dejar de cobrar el IVA a sus clientes y terminar con el engorroso trámite de presentar trimestralmente las autoliquidaciones de este impuesto o continuar como hasta ahora. Ahora bien, aquellos profesionales que decidan terminar con el IVA ya no podrán desgravarse el impuesto que hayan pagado por los gastos derivados de su profesión. Las tres asociaciones que defienden a estos trabajadores -Uatae, Upta y ATA- junto con los sindicatos y las patronales llevan todo el año debatiendo con Hacienda el fin del IVA para los trabajadores por cuenta ajena, previsiblemente a partir de 2025. Fuentes conocedoras de la negociación señalan a ON ECONOMIA que, si bien hay una sintonía total en la necesidad de terminar con el IVA -incluida Hacienda-, existen diferencias en los criterios que deben regir el nuevo modelo fiscal. La medida se sumaría a otros cambios fiscales como la reducción de la retención del 15% del IRPF.
El cambio de la fiscalidad de los autónomos viene motivado por la Directiva de la UE 2020/285, que establece un régimen de franquicia a partir de la cual los autónomos no tendrán que aplicar el IVA a sus clientes. La directiva permite a aquellos autónomos comunitarios cuyos ingresos anuales no superen los 85.000 euros la posibilidad voluntaria de acabar con las autoliquidaciones trimestrales y no cargar a sus clientes con el coste fiscal de abonar el IVA. Sin embargo, la directiva, que no es de obligado cumplimiento, deja mucho margen de maniobra a los Gobiernos. Una buena parte de los países comunitarios ya han traspuesto la directiva a su normativa nacional y el Gobierno saliente ha mostrado su voluntad de aplicar el régimen de franquicia del IVA a los autónomos. Pero dada la discrecionalidad que permite la directiva, el Gobierno socialista abrió un canal para conocer las diversas posiciones. Lorenzo Amor, presidente de ATA, declaró a ON ECONOMIA en una entrevista reciente que la aplicación de la franquicia del IVA está asegurada, sin importar que partido sea finalmente el encargado de formar Gobierno.
No antes de 2025
Amor señala que tanto el Partido Popular, como el PSOE, tienen la voluntad de aprobar el sistema de franquicia del IVA para los autónomos, recogida en sus programas electorales para las elecciones del 23-J. No obstante, la medida no aparece específicamente en ninguno de los dos programas, sino expuesta de forma genérica. El partido socialista habla de mejorar la flexibilidad de los autónomos y un programa de simplificación burocrática y el popular, una mayor flexibilidad y un ahorro fiscal para los autónomos. No obstante, en el caso del PSOE, su determinación ha quedado patente con la negociación abierta con las asociaciones de autónomos. En cualquier caso, Amor señala que, a pesar del evidente retraso que lleva España en la trasposición de la directiva, va a ser difícil que entre en vigor antes de 2025. Aunque los plazos no están claros, en lo que queda de año Hacienda debería presentar un borrador de ley que apruebe la franquicia del impuesto que, deberá ser aprobada por el Parlamento. Una tramitación que se demoraría al año próximo, aunque tampoco se descarta que en 2024 se aplique un periodo transitorio para ir introduciendo la medida de forma pautada.
No obstante, el proceso abierto desde Hacienda no ha sido exactamente una mesa de negociación al uso, sino más bien un canal para que las asociaciones de autónomos y los agentes sociales opinen sobre el futuro modelo fiscal. Ha consistido en un foro en el que no ha participado directamente Hacienda, ni siquiera la Agencia Tributaria (AEAT), sino el Instituto de Estudios Fiscales (dependiente de la AEAT). Al inicio de verano concluyeron las reuniones y los agentes participantes en el foro están a la espera de que el Instituto presente un documento, aunque no se tratará de una propuesta de reforma, sino un texto recopilatorio de las distintas posiciones expuestas durante los meses que han durado los contactos. El borrador del texto articulado lo tendrá que elaborar la propia Hacienda, y habrá que ver si lo somete a la negociación formal de las asociaciones de autónomos. Y varias son las opciones que baraja Hacienda a tenor de las posiciones expresadas en el foro del Instituto de Estudios Fiscales.
Ingresos o rendimientos
En principio, Hacienda parte de dos posibilidades: que la franquicia se aplique sobre los ingresos o sobre los rendimientos netos anuales, según fuentes conocedoras de las negociaciones, que explican que ATA y Upta son partidarias de que se aplique la directiva tal cual y se mantenga la franquicia en el máximo de 85.000 euros de la facturación. Uatae, no obstante, considera que en vez de la facturación, la franquicia se debe determinar por los rendimientos y que se gradúen los límites dependiendo de los sectores. Su voluntad es favorecer a los autónomos con menores rendimientos. Si se usa la facturación, el nuevo modelo fiscal impide que los autónomos se desgraven el IVA que han tenido que abonar para adquirir productos y servicios necesarios para su actividad. Pero si se usa el rendimiento, los autónomos ya habrán descontado de sus ingresos los gastos en los que hayan incurrido, incluido el IVA, que han tenido que desembolsar. Además, Uatae considera que la franquicia debe modularse en función de los distintos sectores, pues los rendimientos pueden ser muy variables.
En cualquier caso, el cambio de modelo se basa en la voluntariedad de cada autónomo para acogerse al nuevo o mantenerse como está y seguir aplicando el IVA a sus clientes a cambio de poder desgravarse el IVA en el que haya incurrido en la adquisición de bienes y servicios. Queda claro que cada autónomo tendrá que echar sus cuentas, aunque en principio, a aquellos profesionales que tengan muchos gastos, quizá no les convenga el sistema de franquicia, pero en actividades liberales o artísticas, con pocos costes, salvo su trabajo, la franquicia es la mejor opción. Pero al margen de las sumas y las restas, desde Uatae señalan que el sistema de franquicia supone que, al no tener que imputar a sus clientes el IVA, podrán rebajar el precio de sus productos y servicios, ganando competitividad frente a competidores mayores que al superar los 85.000 euros, tendrán que seguir exigiendo el IVA.
Además, ante la falta de control que supondrá para Hacienda el fin de las autoliquidaciones trimestrales del IVA, se debate la obligatoriedad de que los autónomos lleven un libro contable digital que, aunque ya existe, pocos autónomos usan al no reportar ningún beneficio. La polémica se abre a la hora de fijar la periodicidad de la presentación del libro digital, bien anual -menos burocracia para el autónomo, pero menos control para la AEAT-, bien trimestral.