Siempre se ha dicho que muy enfermo tiene que estar un autónomo para dejar de trabajar. Un reciente informe de CC. OO. sobre la situación de la incapacidad temporal (IT) en España lo confirma, pues mientras 38,7 de cada 1.000 asalariados están de baja por enfermedades comunes cada mes -unos 650.000 sobre un total de 16,73 millones de afiliados-, contabilizando por separado de IT por accidentes o enfermedades profesionales. Sin embargo, en el caso de los autónomos, la relación se reduce casi a una cuarta parte; en concreto 11 de cada 1.000 afiliados al RETA, algo más de 35.300 cada mes. Para ver las diferencias, si los autónomos tuviesen el mismo nivel de incidencias en procesos de incapacidad temporal (IT) que los asalariados (38,7 por cada 1.000), en vez de 35.300 trabajadores de baja cada mes, serían 123.150 los autónomos que dejarían de trabajar. Casi 3,5 veces más o, visto desde el otro lado, los autónomos se dan de baja 3,5 veces menos que los asalariados.
Una gravedad que queda patente en el periodo de baja de ambos colectivos de trabajadores: mientras el periodo medio de incapacidad temporal de los empleados por cuenta ajena es de 38,8 días, el de los empleados por cuenta propia se eleva a 103, casi tres veces más.
Crecimiento muy inferior
Pero, al margen del que las bajas son porcentualmente claramente inferiores entre los autónomos que entre los asalariados, la tendencia ha sido pareja con una aceleración desconocida desde la pandemia. En ambos tipos de trabajadores, en 2024 se ha marcado un récord, pues en el caso de los autónomos los ratios han estado por debajo del 11 x 1.000, al menos desde 2007 al que se remonta el estudio del sindicato; y en los asalariados, nunca se ha superado el ritmo actual del 38,7 x 1.000.
Sin embargo, el crecimiento ha sido mucho más moderado en los ocupados por cuenta propia. Así, en 2007, la baja por enfermedad era de 9,84 trabajadores por cada millar, frente al 11 de 2024, lo que implica un incremento de 1,16 puntos que en porcentaje implica algo menos del 12%. Un crecimiento que se ha duplicado entre lo asalariados, pues en 2007 partían del 29,9 y han tocado el 38,74 -8,8 puntos más-, que porcentualmente roza el 30%.
Además de una cadencia más pausada, el aumento de la incapacidad temporal es un fenómeno más reciente entre los autónomos que entre los trabajadores con nómina. Los primeros han mantenido los mismos niveles de 2007 y 2019, entre el 9 y el 9,5 por 1.000, con un periodo por encima del 10 x 1.000 de 2008 a 2011, en plena crisis financiero. En 2012, bajó nuevamente del 10, colocándose en ritmos similares a 2007 y así se ha mantenido, con ligeras fluctuaciones hasta 2020 y 2021, cuando la covid redujo mucho las bajas, por el alto volumen de trabajadores en Erte y autónomos en cese de actividad. En el caso de los autónomos, estos dos años estuvieron por debajo del 9 x 1.000 y los asalariados descendieron al 20,88 (2022) y 24,97 (2021).
Alarmas en 2022
Y, a partir del 2022, se ha iniciado un ascenso en ambos colectivos laborales, aunque con más intensidad en los asalariados que entre los autónomos, lo que ha hecho saltar las alarmas entre los empresarios y ha llevado al Ministerio de Inclusión y Seguridad Social a revisar las condiciones laborales en los puestos de trabajo. La ministra Elma Saiz ha propuesto modular las incorporaciones al empleo, tras enfermedades, que precisen un periodo de adaptación.
El salto de 2022 ha sido el mayor de la serie analizada por CC. OO. Pero, mientras la tasa creció en un solo año más de siete puntos y medio -24,97 en 2021 al 32,6 en 2022-, en el empleo por cuenta propia el crecimiento no llegó a los dos puntos -8,71 en 2021 al 10,55 por cada 1.000 autónomos -. Una brecha que se ha incrementado en los tres últimos años, pues los asalariados han incrementado su nivel de bajas en algo más de seis puntos -32,58 de 2022 al 38,74 del primer semestre de este año- y los autónomos no llegan al medio punto -10,55 en 2022 y 11 x 1.000 en 2024-.
Accidentes laborales
Desde ATA, señalan que hasta agosto se ha producido un descenso de los accidentes laborales en relación con el año anterior. “Si nos centramos en los accidentes registrados en el colectivo de trabajadores por cuenta propia, observamos que 20.254 se produjeron en jornada de trabajo y 1.405 fueron in itinere (al ir o al volver del lugar de trabajo)”. Según la gravedad de los accidentes, 19.745 fueron leves, 472 fueron graves y 37 fueron mortales. Cabe destacar que respecto al mismo periodo de 2023, se ha registrado un descenso de 1.025 accidentes leves, de 8 graves y de 10 mortales.
Upta ha desarrollado un estudio sobre una de las causas de baja que más preocupan: la salud mental. Así, la asociación de autónomos que dirige Eduardo Abad, considera que “las patologías de salud mental en entornos laborales son una problemática que está en auge, según los datos recogidos de estudios en los últimos años. Más de 5.100 trabajadores por cuenta propia han sufrido este tipo de dolencias el año pasado”.
Salud mental
Las causas frecuentes de las bajas por patologías derivadas de la salud mental en el colectivo están sujetas al estrés por las largas jornadas de trabajo, acumulación de deudas, inseguridad y frustración ante la posibilidad del cierre del negocio, condiciones de las empresas contratadoras de los servicios que desarrollan los profesionales, entre otras. Las consecuencias más comunes de este desequilibrio del bienestar mental son los trastornos del sueño, ansiedad, la depresión en todos sus grados, pensamientos rumiantes y en los casos más graves, comportamientos suicidas.