Las autoridades de Estados Unidos ha comenzado la investigación acerca de la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB). El Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) están investigando el colapso del banco californiano, según han indicado al diario 'The Wall Street Journal' personas familiarizadas con el asunto, después de que los reguladores financieros interviniesen el viernes la entidad, afectada por una fuga masiva de depósitos. Del mismo modo, las autoridades investigan la venta de acciones por parte de los directivos de la entidad antes del colapso
La información llega el día en el que la agencia de calificación crediticia Moody's ha empeorado su perspectiva sobre el sistema bancario de Estados Unidos, bajando su calificación a "negativa" desde "estable". Una decisión que el organismo ha tomado al considerar que la rápida y sustancial disminución de la confianza de los depositantes e inversores bancarios destaca claramente los riesgos en la gestión de activos y pasivos de los bancos estadounidenses.
Las investigaciones, que se estarían desarrollando de manera separada, se encuentran en su fase preliminar y es posible que no conduzcan a cargos o acusaciones de irregularidades, ya que suele ser habitual que las autoridades abran investigaciones después de que entidades financieras o empresas públicas sufran grandes pérdidas inesperadas.
Investigan la venta de acciones antes del colapso
Asimismo, las fuentes consultadas indicaron que las pesquisas también buscarían examinar las ventas de acciones realizadas por personal de SVB Financial antes de la quiebra del banco. Según los registros de la SEC, el consejero delegado de SVB, Greg Becker, y el director financiero, Daniel Beck, vendieron acciones de la entidad semanas antes del colapso del banco.
En concreto, Becker ejerció opciones sobre 12.451 acciones el 27 de febrero y las vendió el mismo día, obteniendo unos 2,3 millones de dólares, mientras que Beck vendió acciones por un valor de poco más de 575.000 dólares el 27 de febrero, aproximadamente un tercio de sus participaciones en la compañía.
Ambas ventas se realizaron bajo los llamados planes 10b5-1, que permiten programar las ventas de acciones con anticipación para disipar las sospechas de negociación con información privilegiada y sobre los que la SEC recientemente endureció las reglas, que incluyen un período de espera de 90 días antes de que se puedan ejecutar las ventas y que entraban en vigor el 27 de febrero, el mismo día que los ejecutivos vendieron.