La autovía B-40, también conocida como la ronda Vallès, o el cuarto cinturón, es una carretera de circunvalación que rodea Barcelona y que su construcción y planificación se ha visto rezagada por diferentes motivos. La Cambra de Comerç de Sabadell reclama que se revise la red de carreteras vallesanas con la mirada puesta en la entrada en funcionamiento de la prolongación de la B-40 hasta Terrassa y la previsión de alargarla hasta Sabadell. Según un estudio presentado por la cámara vallesana y el Instituto Ostrom, la carretera tendrá un efecto sobre el PIB real de 1,5% a medio plazo, y de 4,2% a largo plazo; el volumen de comercio tendrá un impacto positivo a largo plazo; el desempleo se reducirá entre un 2,8% y un 4,4% a medio y largo plazo, respectivamente, una vez esté terminada.

De hecho, el documento analiza los efectos producidos en otros países con autovías y vías orbitales similares y señala que, por término medio, entre 1960 y 2011 en España, cada nueva vía que parte de las ciudades centrales causó una disminución del 8% al 9% a la población de las mismas a la vez que fomentó un crecimiento de la población suburbana del 20%, en particular a los municipios donde se ubicaron vías de acceso. "Este fenómeno podría tener repercusiones en forma de facilitación de acceso a vivienda suburbana de menor coste en contraposición al parque residencial del centro urbano, con unos precios medios más elevados por su mayor tensión", señalan.

Con respecto a la congestión vial de las áreas urbanas, la B-40 permitiría retirar un mínimo de 13.000 vehículos diarios del núcleo urbano de Sabadell, que actualmente cruzan la ciudad para dirigirse a la autopista.

Presentación del estudio del Instituto Ostrom y la Cambra de Comerç

Congestión e impacto ambiental

Si bien el estudio detecta el potencial de que esta infraestructura pueda generar externalidades negativas en términos de contaminación y ruido a medio y largo plazo, se identifican elementos de compensación de los mismos como una "correcta planificación del uso del suelo" (por ejemplo, espacios verdes mayores), "infraestructuras de mitigación" (como pantallas acústicas) o "regulación de velocidad" (con velocidades inferiores a horarios nocturnos). Asimismo, la eliminación del tráfico urbano permitiría mejorar la calidad del aire en zonas de alta densidad poblacional.

El estudio pone de manifiesto que la construcción de la B-40 y de las rondas también tendría que ir acompañado de un programa integral que minore los efectos sobre la congestión y el impacto ambiental de los cambios en la movilidad que se producirían, "cambios en los cuales hay que integrar el impacto positivo de la electrificación progresiva e irreversible del parque de vehículos", argumentan los autores del informe. De la misma manera, instan a las administraciones a llegar a un consenso, ya no en el tramo de la ronda Nord entre Terrassa y Sabadell, sino también en el trazado definitivo de la B-40 hasta Granollers, apuntando que en ningún caso tendría que cruzar el interior de los tramos urbanos ya existentes.

Corredor mediterráneo

Esta vía se empezó a planificar en la década de los sesenta, pero su construcción y planificación se ha visto retrasada por múltiples motivos. Actualmente, la circunvalación planea conectar diferentes tramos que derivan por el sur con las autopistas AP-7 y AP-2, y por el norte con las carreteras C-60 y N-2, de manera que el tráfico procedente de la frontera francesa no tenga que pasar por el centro de la capital catalana para poder seguir el trayecto por el corredor mediterráneo.