El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido las previsiones y rebajado los tipos de interés 0,25 puntos: el tipo de depósito en el 3,75%, el tipo de refinanciación en el 4,25% y el tipo de la facilidad marginal de crédito en el 4,50%. Un movimiento en el precio del dinero que se produce 9 meses después de la última subida de septiembre de 2023, que situó el tipo de intervención en el 4,5%. La caída de hoy pone fin al rally de subida de tipos más acelerado que ha vivido el BCE desde su creación, ya que pasó de la primera subida de medio punto en julio de 2022 (desde el 0% impuesto en 2016) hasta el 4,5% de septiembre del año pasado año.
La política monetaria ha sido la principal arma utilizada para poner fin a una inflación que en la eurozona llegó a superar el 10% y que el pasado mayo arrojó una cifra del 2,6%, más cerca del objetivo del 2% del organismo presidido por Christine Lagarde. La rebaja de hoy del BCE tendrá consecuencias en el conjunto de la economía, en los mercados financieros (bonos y bolsas), en el ahorro seguro, en la financiación de las familias y empresas, y en los movimientos de divisas.
La bajada de tipos abaratará la financiación de los particulares, especialmente de los hipotecados si se traslada al euríbor. Además, también tendrá impacto en la pequeña y la gran empresa. Menores tipos de interés que permitirán a las compañías acceder a créditos más baratos, lo que mejora directamente sus resultados: tienen más dinero para invertir o para retribuir a sus accionistas. Lógicamente, las empresas más endeudadas son las más beneficiadas, aunque sería pronto para echar las campanas al vuelo, dado que el BCE, de momento, solo rebajará un cuarto de punto el precio del dinero y que esa mejoría la deben trasladar luego los bancos a sus clientes. También los mercados de bonos partirán de niveles de tipos inferiores para aquellas empresas, normalmente grandes, que usan esta vía de financiación.
Menos interés en las letras
La rebaja de tipos es, sin duda, una mala noticia para los ahorradores más conservadores que optan por colocar su dinero en letras del Tesoro, depósitos bancarios o fondos de dinero (Fiamm). Las escasas ofertas de retribución del pasivo de las entidades financieras serán ahora más cicateras, apoyándose en el recorte de tipos del BCE. También los fondos de dinero que se nutren de letras y pagarés verán mermada su rentabilidad una vez vayan renovando los activos que tienen en cartera. En las letras, la tendencia a la baja ya se ha visto esta semana, el martes, dos días antes de la decisión del banco emisor. El Tesoro Público español ha pagado un tipo de interés medio del 3,407% por las letras a un año, y del 3,36% por la referencia a seis meses, inferior en ambas referencias al mes anterior y lejos del 4% que se rozaba en octubre del pasado año.
El recorte de tipos tiene un efecto menos directo en los bonos a plazo largo, como el de 10 años. Ahora bien, el convencimiento de que la autoridad monetaria está dando un giro en su política acaba también rebajando las rentabilidades de estos activos. Por ejemplo, el bono español a 10 años cotiza al 3,22%, por debajo del 3,39% con el que cerró el pasado mayo. Una pérdida de ganancia en el mercado secundario que se refleja en una subida del precio del bono.
Aunque todavía hay dudas sobre la evolución de la inflación y amenazan los problemas geopolíticos, los analistas ya están convencidos de que ha llegado el momento de comprar bonos a más largo plazo, convencidos de que vendrán tipos más bajos que permitirán elevar los precios. Franck Dixmier, CIO global de Renta Fija de Allianz Global Investors, lo resume: “La presión sobre las rentabilidades de los bonos ofrece una buena oportunidad para aumentar la duración, favoreciendo las estrategias de pronunciamiento de la curva de rendimiento”, explica.
Ventajas para la bolsa
La Bolsa es la gran beneficiada del recorte de tipos por dos vías: sus empresas ganan más dinero porque reducen sus costes financieros y unos tipos más bajos invitan a los inversores a asumir el riesgo del mercado de acciones, ya que colocar sus ahorros en bonos o letras es menos atractivo. François Raynaud, gestor de carteras de multiactivos en Edmond de Rothschild AM, explica que, “por lo general, las bajadas de tipos suelen ir acompañadas de recesión, lo que no es el caso actual de mejoras en el crecimiento. Los últimos datos muestran, incluso, un ligero repunte en la zona euro, sobre todo en Alemania, que fue el país más afectado económicamente el año pasado”. Y añade: “el inicio de un ciclo de recortes de tipos debería suponer esta vez un nuevo alivio para el mercado de renta variable. El anuncio sostendrá las perspectivas de crecimiento europeo con la perspectiva de disminuir los costes de inversión”, concluye.
Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, comenta que, en otras ocasiones, las bajadas de tipos en la eurozona venían acompañadas de caídas en la bolsa europea (el EuroStoxx 50 retrocedió hasta un 60% con los recortes de 2001 y con el ajuste de 2008). Sin embargo, en esta ocasión el entorno es muy diferente. En 2008, la crisis financiera mundial obligó a todos los bancos centrales a recortar los tipos de forma agresiva. En 2001, el estallido de la burbuja de las puntocom lastró los precios mundiales de las acciones, contribuyó a empujar a Estados Unidos a la recesión, lo que a su vez lastró la economía mundial. “Podría decirse que esta vez el BCE empezará a recortar los tipos, ya que la actividad económica está empezando a recuperarse tras casi dos años de estancamiento. En realidad, la combinación de la mejora de los datos macroeconómicos y unas valoraciones relativamente atractivas es un buen augurio para la renta variable de la zona del euro. En todo caso, en nuestra opinión, las valoraciones de la renta variable estadounidense parecen algo exageradas”, indica. Y, por último, Michele Morganti, estratega de renta variable en Generali AM, apunta que “como la inflación parece que va a bajar, aunque por un camino lleno de baches, el BCE va a recortar en los próximos meses. En estas condiciones, el mercado de acciones debería responder relativamente bien”, concluye.
La duda de las divisas
Un tema interesante de este primer recorte de tipos del BCE es si podrá continuar con estas caídas si en el camino no le acompaña Estados Unidos. La economía estadounidense tiene una inflación más elevada (3,4% dato de abril), un PIB más fuerte, y el mercado ya aplazado la primera rebaja de tipos por parte de la Reserva Federal como muy pronto para septiembre (no faltan informes que auguran que este año no habrá recortes en el precio del dinero en la principal economía mundial).
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, querrá alardear de independencia de la Fed estadounidense, pero, en general, los analistas no lo ven tan posible. En gran medida, políticas contrarias en tipos o descensos demasiado descoordinados provocan tensiones en las monedas. El dinero podría dirigirse a los tipos más altos del dólar y provocar la debilidad del euro.
La gestora de Natixis IM, Loomis Sayles, considera que EE. UU. sigue siendo percibido como el “refugio seguro” por excelencia. “Para salir del estancamiento, creemos que los mercados necesitan más claridad sobre la trayectoria de la Fed y el crecimiento en Europa y China”, explican. Variables que serán clave para ver cómo se mueven las fuerzas entre el euro y el dólar en los próximos meses. Además, está la gran incógnita electoral de las elecciones presidenciales de Estados Unidos para el mes de noviembre.