El consumo sigue de capa caída. En las puertas del final del ejercicio e inmersos en la temporada navideña, el Banco de España no espera que el ahorro acumulado en pandemia por las familias españolas vaya a proporcionar un impuesto “muy significativo” al consumo. La incesante inflación, que pese a haber reducido en noviembre respecto a octubre, sigue siendo elevada, es el principal enemigo del consumo en España. La última fecha del IPC en el país ibérico es de 6,8%.

La institución monetaria asegura que tan sólo el 15% de las familias han tenido que recurrir a los ahorros generados en la época de pandemia para financiar sus gastos. Lejos de lo que cabría esperar hace menos de un año, lo ahorrado en las casas españolas en el peor momento de la crisis sanitaria, no tendrá 'fuerza' sobre el consumo. La cabalgante inflación ha deslucido los ahorros de las familias españolas. A su vez, la tasa elevada de IPC es el principal motivo que frena los gastos de los ciudadanos.

Los ahorros “se habrían reducido de forma apreciable”

El Banco de España ha recordado esta misma mañana en el recuadro “El impacto de la bolsa de ahorro acumulada por las casas durante la pandemia sobre la evolución reciente del consumo y sobre sus perspectivas en el futuro” que, en términos reales, el ahorro generado en las hogares españoles “ya se habría reducido de forma apreciable” debido a la inflación .

El informe lanzado por la institución central añade que la mayor parte del exceso de ahorro se concentra en las familias de renta alta, las cuales presentan una menor propensión marginal a consumir. En el mismo documento, el Banco de España detalla que sólo el 15% de las casas españolas que ahorraron declaran haber recurrido a ese dinero para financiar sus gastos recientemente. La institución central etiqueta como un colectivo “relativamente reducido” a aquellas personas que han recurrido a lo ahorrado en pandemia para paliar gastos actualmente.

Esta situación, según el BdE, "no habría redundado en un impulso muy significativo para los niveles de gasto agregados" teniendo en cuenta el "reducido tamaño de este colectivo de hogares", y tampoco se espera que vaya a hacerlo en los próximos meses.

La incertidumbre y el coste de la deuda obligan al ahorro

Uno de los motivos que ha impulsado el ahorro de las familias es "la considerable incertidumbre que caracteriza la coyuntura geopolítica y microfinanciera actual". El escenario actual desprende un aroma de preocupación que ha llevado a la mayoría de los ciudadanos a frenar el consumo. La volatilidad del mercado, unido a la tendencia que ha mostrado la inflación a lo largo del ejercicio, ha llevado a las hogares a reducir gastos, lo que a su vez se ha reflejado en el ahorro de las familias.

Otro motivo que explica el menor consumo de los españoles es el repunte en el coste de la deuda, que podría incentivar a los hogares a destinar parte del ahorro a la amortización de préstamos. La coyuntura actual no invita al gasto desproporcionado. El coste de los alimentos, al igual que el de los productos financieros, ha crecido a lo largo del año. De ahí que las casas españolas se muestren más reacias a acometer fuertes compras y, por otro lado, que las familias destinen su dinero a pagar préstamos, entre otras cosas.

Pese a que la inflación viene reduciendo en los últimos dos meses, la realidad es que la situación sigue siendo compleja. El mercado preveía una crisis del consumo desde el estallido del conflicto armado en Ucrania, cuando el precio de las materias primas creció de forma desproporcionada. Ahora, el efecto de esa retrotracción del consumo está dejando secuelas, y los organismos centrales avisan de que los ahorros generados en pandemia incitarán al gasto a los españoles.