La sorpresa que supuso el dato del crecimiento del producto interior bruto (PIB) del primer trimestre está llenando de optimismo a los analistas económicos. El Banco de España (BdE) ha revisado al alza su previsión de la economía para este año: si en marzo -antes de conocerse los datos de Contabilidad Nacional del primer trimestre- apostaba por un incremento del 1,9% del PIB, ahora prevé un 2,3% para el conjunto del año, según el informe de Proyecciones macroeconómicas e informe trimestral de la economía española. Junio de 2024 dado a conocer este martes. Un día relevante para la institución financiera, pues tras la salida del gobernador Pablo Hernández de Cos, hoy se hace cargo interinamente -hasta septiembre- la vicegobernadora, Margarita Delgado.
Aunque no todo son buenas noticias en el informe del BdE, que advierte al gobierno de Pedro Sánchez que, de momento, tiene difícil cumplir con el déficit público del 3% comprometido con Bruselas. Así, el banco central español estima que el déficit de las Administraciones Públicas, en términos acumulados de 12 meses, se habría situado en un 3,8% del PIB en marzo, frente al 3,6% registrado al cierre de 2023. Un incremento que se deriva de un aumento del 6,2% de los ingresos, apoyado en los impuestos directos (Renta e impuesto sobre sociedades) y las cotizaciones sociales, por debajo de los gastos. Las previsiones que manejan es que el año cierre en el 3,3%, por encima de lo que exige la Comisión Europea.
En los tres primeros meses del año, el gasto público en prestaciones sociales y en consumo aumentó un 6,5% y un 6%, respectivamente, según los cálculos del regulador financiero. Ante los riesgos asociados a la reactivación de las reglas fiscales a escala europea, el BdE considera que “el cumplimiento de dichas reglas requerirá, en nuestro país, del diseño y la ejecución de un plan de consolidación fiscal a medio plazo que permita una corrección del déficit público estructural más acusada”.
Crecimiento del PIB
El informe reitera que el crecimiento de un 0,7% intertrimestral en marzo, especialmente por el dinamismo del turismo, ha supuesto una sorpresa y ha obligado a revisar las previsiones para el conjunto del año. Así, de cumplirse los pronósticos del Banco de España, el PIB crecerá este año un 2,3% (por debajo del 2,5% de 2023), con una tendencia descendente a la baja en 2025 (1,9%) y en 2026 (1,7%), idénticas previsiones que hace tres meses. Respecto al empleo, se mantendrá el tono positivo mantenido hasta ahora, lo que permitirá una reducción de la tasa de desempleo que en 2023 se situó en el 12,2%. En la proyección del BdE de este segundo trimestre, el paro, mantendrá una senda descendente en los próximos años, aunque permanecerá por encima del 11% en 2026. El efecto del primer trimestre no solo ha llevado a los economistas del organismo financiero a elevar sus previsiones para la economía de este año; hace unos días el Colegio de Economista también subió al 2,2% y este viernes, BBVA Research dará a conocer las suyas.
Una evolución producto del dinamismo que va a mantener la economía gracias a un aumento de la demanda interna -tanto en el consumo como en la inversión, que ha mostrado una fuerte atonía en los últimos trimestres-, pero también la externa, en especial el turismo. Aunque el BdE también advierte de que no es previsible que mantengan los fuertes incrementos registrados en lo que va de año, del 19%. De momento, calcula que la economía crecerá este segundo trimestre un 0,5% en relación con el primero, que ya de por sí registró un aumento del 0,7%. Los resultados de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE) apuntan también en esta dirección y sugieren que la facturación de las empresas españolas se habría incrementado de forma notable entre marzo y junio.
Nubarrones
Entre los nubarrones que se ciernen sobre la economía española y europea, dos pesan especialmente en el análisis del Banco de España. Por el lado de los precios, la inflación general -que en el promedio de 2023 fue del 3,4%- disminuirá a lo largo del próximo trienio para situarse en el 3% en 2024, el 2% en 2025 y el 1,8% en 2026. La inflación subyacente también se desacelerará gradualmente en este período y pasará del 4,1% en 2023 al 2,6%, 2% y 1,9% en 2024, 2025 y 2026, respectivamente. Ahora bien, aunque no se duda de que los precios continuarán a la baja, lo harán a menor ritmo del esperado a principios de año. El propio BdE considera en marzo que el año terminaría con un 2,7% de subida, tres décimas menos que ahora. Una subida que de debe al encarecimiento de la energía, especialmente la electricidad, y a las tensiones producidas por la fuerte demanda del turismo, cuyos precios están subiendo en consonancia.
Un repunte que se está produciendo en todo el entorno de la eurozona, lo que hace que el Banco Central Europeo se vuelva más cauteloso en las futuras bajadas de los tipos de interés tras el reciente recorte del 0,25%.
Déficit
Sobre el déficit presupuestario, el BdE reseña alguna novedad en estos tres meses con impacto en las cuentas públicas que alteran las previsiones de marzo. Del lado de los ingresos, la extensión de las medidas transitorias de ingresos relacionadas con los gravámenes temporales a las empresas energéticas y entidades financieras hasta 2026, que, junto con otros cambios de menor magnitud, supone una reducción del déficit de 0,1 puntos porcentuales (pp) de PIB en 2025 y un aumento de 0,1 pp en 2026.
Del lado del gasto, las recientes sentencias sobre el derecho a deducción por parte de algunos mutualistas en el IRPF y sobre la inconstitucionalidad de varios preceptos del Impuesto de Sociedades que, de forma conjunta, se estima que implicarán un incremento del déficit en torno a 0,2 pp de PIB en 2024.