La inflación de los alimentos se mantendrá más elevada de lo esperado durante este año. El Banco de España ha revisado al alza su previsión de inflación promedio de los alimentos para 2023, desde el 7,8% pronosticado el pasado mes de diciembre al 12,2% estimado ahora, según ha explicado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán. En febrero, el precio de los alimentos subió un 16,6% en términos anuales.
Con motivo de la publicación de su último informe trimestral de la economía española, la institución ha destacado que el comportamiento de la inflación a comienzos de 2023 ha estado marcado por las medidas puestas en marcha por el Gobierno para contener el alza de precios, como la reducción del IVA para determinados alimentos.
El organismo calcula que en enero esta rebaja del IVA restó dos décimas a la inflación general. "Esto es coherente con una traslación del 90% aproximadamente de la rebaja impositiva a los precios de consumo, que se mantiene en febrero", ha explicado Gavilán. Hay que tener en cuenta que la contribución de los alimentos a la tasa de inflación general en España es algo mayor que en la UEM, por su mayor peso en la cesta de consumo de los hogares españoles --25,1% en 2022 frente al 20,9%--.
Además, según el organismo, el encarecimiento reciente de los alimentos refleja la traslación gradual a los precios de los aumentos de costes que los productores han experimentado en los últimos trimestres. "El precio de los alimentos no ha hecho pico", ha asegurado el director de Economía y Estadística del Banco de España. De cara a 2024, el Banco de España calcula que el promedio para la inflación de los alimentos se situaría en el 4,6%, frente al 2,6% estimado en el pasado informe, mientras que en 2025 alcanzaría el 2,9% --frente al 3,3% previsto anteriormente--.
La eliminación del descuento a combustibles elevó 7 décimas la inflación
Sin embargo, si la rebaja del IVA de algunos alimentos restó dos décimas al IPC general de enero, la supresión de la bonificación universal a los carburantes sumó unas siete décimas a la inflación, según la institución. Al mismo tiempo, el Banco de España calcula que la incorporación de la parte relativa al mercado libre en la medición de los precios del gas y la electricidad llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE) añadió unas cuatro décimas al IPC de enero.
Mientras que la revisión anual de las ponderaciones en los bienes y servicios que componen la cesta de la compra sumó en torno a tres décimas. Sin el cambio metodológico aplicado por el INE, "que ha condicionado el comportamiento de los precios del vestido y el calzado", la inflación subyacente "se habría mantenido relativamente estable" desde mediados de 2022, según afirma la institución.
Por otro lado, desde el Banco de España perciben una traslación un poco más lenta que en el pasado de los tipos de interés de mercado al coste de las nuevas operaciones bancarias en España. No obstante, prevé que el impacto del repunte de tipos de interés sobre el coste medio de la deuda del sector privado --que ha sido limitado hasta ahora-- se acentuará en los próximos meses. Además, advierte de que el repunte de los tipos incidirá sobre el consumo de los hogares, con una intensidad heterogénea en función del ahorro disponible y del régimen de tenencia de vivienda.