El Banco de España ha rebajado las perspectivas recaudatorias del Gobierno de España en la última reforma de pensiones elaborada por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Según los cálculos de la entidad, la subida de cotizaciones sociales a través de diferentes vías elevará los ingresos de la Seguridad Social un 0,6% del PIB en 2030 y un 0,9% en 2050, por debajo del 1,1% estimado por el Ejecutivo para ese último ejercicio.
De este modo, las proyecciones de la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos, coincidentes con las de la AIReF y Fedea, no tienen en cuenta el efecto que el aumento de los costes laborales podría tener sobre el empleo y los salarios, por lo que el organismo advierte de que la capacidad recaudatoria de la reforma podría ser incluso menor. La última reforma de pensiones persigue incrementar los ingresos de la Seguridad Social para afrontar las tensiones de gasto derivadas de la jubilación de los baby boomers en las décadas de los 30 y los 40.
A tal fin, la reforma contempla un aumento de las cotizaciones, de implantación progresiva, por tres vías: subida de las bases máximas de cotización por encima del repunte de los precios entre 2024 y 2050; una cuota de solidaridad para la parte de los salarios más altos que no cotiza a la Seguridad Social, que entrará en vigor en 2050, y la sobrecotización que establece el llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) entre 2023 y 2050.
Impacto asimétrico en la distribución de ingresos
Según un artículo del Banco de España sobre el impacto de la subida de cotizaciones contemplada en la última reforma de pensiones, estas medidas tendrán un impacto "asimétrico" en la distribución de ingresos, pues los salarios por debajo de la base de cotización máxima se verán afectados únicamente por el MEI, mientras que los ingresos más altos deberán afrontar el aumento de cotizaciones derivado de las tres vías mencionadas.
Empezando por el MEI, la institución calcula que el incremento de los recursos de la Seguridad Social derivado de esta medida ascenderá a algo menos del 0,5% del PIB a partir del año 2029, momento en el que el tipo de cotización alcanzará una cuantía constante del 1,2%.
Por su parte, la cotización adicional fijada en la reforma para los salarios que excedan de la base máxima arrojará un incremento gradual de los recursos de la Seguridad Social a lo largo del horizonte de proyección hasta situarse en el entorno de una décima del PIB, según el Banco de España.
Por último, estima que la subida de las bases máximas de cotización a un ritmo superior al IPC tendría un impacto recaudatorio del 0,1% del PIB en 2030, que iría creciendo hasta alcanzar el 0,3% del PIB en el año 2050. De este modo, el Banco de España señala que la suma de estas tres medidas elevará los ingresos de la Seguridad Social un 0,6% del PIB en 2030 y un 0,9% del PIB en 2050.
En todo caso, el organismo reconoce que existe una "gran incertidumbre" sobre el efecto preciso de estas medidas, dado que "el horizonte de cuantificación es muy amplio". "La materialización de cambios en el mercado de trabajo y la propia reacción de los agentes obligarán a reevaluar su alcance en el futuro", apunta la institución.
Aumento de los tipos efectivos de cotización
En su artículo, la institución realiza una simulación para calcular el aumento de los tipos efectivos de cotización en 2025 y 2050 con respecto a 2022 para distintos niveles de salario bruto. Los resultados de este ejercicio reflejan que el aumento del tipo efectivo de las cotizaciones sociales variará entre 0,8 puntos y 1,6 puntos en 2025 y entre 1,2 puntos y 11,3 puntos en 2050.
Los aumentos más elevados se concentrarían en la parte alta de la distribución de la renta, de forma que los salarios brutos en torno a 60.000 euros aumentarían sus cuotas sociales en una proporción mayor bajo el esquema de cotizaciones establecido en 2025, mientras que las remuneraciones en torno a 80.000 euros incrementarían en mayor medida sus cuotas con el diseño fijado en el año 2050.
En los casos en que el salario permanezca por debajo de la base de cotización máxima, el tipo efectivo se terminaría estabilizando. De acuerdo con la evolución proyectada, la base de cotización máxima, que asciende a 53.946 euros en 2023, superaría en 2033 los 60.000 euros en términos reales. De este modo, a partir de ese año, los salarios de 60.000 euros, que hasta entonces habrían experimentado subidas en el tipo efectivo por el aumento paulatino de la base máxima, verían interrumpirse dichas subidas al caer por debajo de esta, apunta la institución.
El 6,8% de los ocupados cotiza por la base máxima
El organismo advierte de que la subida de la base máxima tendrá un impacto "desigual" entre trabajadores y empresas, ya que los trabajadores en edades medianas y con mayor cualificación y las grandes empresas tienen de manera más frecuente bases de cotización topadas por el máximo legal. Utilizando la Muestra Continua de Vidas Laborales, el Banco de España señala que el número de personas cuya base de cotización se situó en 2021 en el máximo legal era de cerca de 1,3 millones, el 6,8% del total de afiliados a la Seguridad Social.
Por características, la base de cotización máxima es más predominante en los hombres que en las mujeres (8,2% frente a 5,1%) y en las personas en edades medianas en relación con los jóvenes. Así, el porcentaje de afiliados cotizantes por la base máxima superará el 8% en los trabajadores de entre 44 y 63 años, frente a menos del 3% entre los menores de 30 años.
Por nivel educativo, el porcentaje de trabajadores cuya base de cotización está topada llega al 19,3% entre aquellos con una titulación superior, frente al 7,5% y al 1,3% entre los que tienen una titulación media o con una titulación inferior o equivalente al graduado escolar, respectivamente.
Por otro lado, los cotizantes por la base máxima son relativamente más numerosos en las empresas grandes. En particular, suponen el 2,4% en empresas de entre 1 y 9 trabajadores, mientras que alcanzan el 9,7% y el 13,8% en empresas con entre 50 y 499 trabajadores y con al menos 500 empleados, respectivamente.
Por sectores, la proporción de trabajadores cotizantes por la base máxima más elevada se encuentra en las industrias de servicios financieros; actividades de consultoría de gestión empresarial; actividades relacionadas con servicios informáticos, y actividades sanitarias. En estos cuatro sectores, las ratios de trabajadores sujetos a la base máxima son del 54,4%, 20,2%, 19,3% y 17%, respectivamente.
Las grandes empresas se enfrentarían a las mayores subidas de costes laborales
En la mayoría de las empresas, especialmente en las de menor dimensión, los afiliados vinculados a la base máxima de cotización representan una proporción pequeña del total de los trabajadores. De este modo, apunta la institución, un 95% de las empresas con entre 1 y 9 trabajadores carece de empleados sujetos al tope de cotización, mientras que la proporción de este grupo de trabajadores es también nula en el 75% de las empresas con entre 10 y 49 empleados.
No obstante, en un grupo reducido de compañías, los cotizantes por la base máxima suponen una proporción notable de la plantilla. Así, en un 5% de las empresas de entre 50 y 499 empleados este grupo de cotizantes representa en torno al 40% de los empleados, mientras que en un 5% de las empresas de al menos 500 trabajadores supone casi el 75% del total.
El peso de las bases de cotización de este colectivo sobre el total de las bases de cotización de la empresa es más elevado. En concreto, en un 5% de las empresas con entre 50 y 499 empleados y de aquellas con al menos 500 trabajadores, dicho peso alcanza casi el 50% y el 80%, respectivamente.
De esta forma, algunas sociedades de gran tamaño se enfrentarían a los mayores incrementos en sus costes laborales como consecuencia del aumento de la base de cotización máxima y del recargo establecido sobre la parte salarial por encima de ella, avisa el Banco de España.