El Banco de España ha subido dos décimas su previsión de crecimiento de la economía española, hasta el 2,5%, después de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) haya revisado al alza el crecimiento de 2022, al 5,8%, y el de los dos primeros trimestres de 2023, al 0,6% y 0,5%, respectivamente.
Así consta en la presentación que la subgobernadora de la entidad, Margarita Delgado, ha realizado este martes en Gijón, durante el encuentro Análisis y expectativas de la economía, organizado por Llana Consultores y Caja Rural de Asturias.
Tras conocer la actualización del INE se revisa al alza en dos décimas la previsión del PIB de 2023 "de manera mecánica", aunque "más recientemente" se han observado "señales de desaceleración" de la economía, indicó en la presentación. Los motivos de esa ralentización en el corto plazo son la "traslación del tensionamiento de la política monetaria, la debilidad del contexto exterior y la retirada a finales de 2023 de las medidas en respuesta a la crisis energética".
Respecto a la evolución de la economía durante 2024 y el resto del horizonte de proyección, la actividad irá cobrando "más vigor", apoyada en "la disminución de las presiones inflacionistas, la recuperación gradual de la confianza, la resistencia del mercado laboral y la intensificación prevista del despliegue de los fondos europeos", se indica en el documento.
La riqueza financiera de las familias
Por otra parte, el Banco de España facilitó este martes datos sobre la situación financiera. Así, la riqueza financiera de las familias españolas, que se mide por la diferencia entre los ahorros y las deudas que acumulan, aumentó más de un 3% solo en el segundo trimestre del año, a pesar de la inflación, con lo que superó por primera vez los 2 billones de euros a cierre de junio.
Aparentemente, esta cota se había superado desde marzo, pero la revisión de los datos del Banco de España deja claro ahora que no la alcanzó y ha sido en el segundo trimestre cuando ha marcado ese récord histórico por encima de los 2 billones de euros, gracias a que en el acumulado del año la riqueza financiera de las familias ha crecido por encima del 5% y en tasa interanual, más de un 6%.
Según las Cuentas Financieras de la economía española publicadas este martes, los activos financieros de los hogares -dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta- aumentaron un 2,54% en el trimestre, hasta los 2,81 billones de euros. En tasa interanual subieron un 3,9%.
En relación con el PIB, los activos financieros netos representaron un 199,5% en el segundo trimestre de 2023, ratio que es 10,6 puntos porcentuales inferior a la de un año antes, debido principalmente al crecimiento de la economía.
El grueso de los activos financieros de los hogares españoles se mantuvo en efectivo y depósitos, que sumaban el 38% del total, seguido de participaciones en el capital (31%), en fondos de inversión (15%) y seguros y fondos de pensiones (12%).
Las participaciones en el capital fue el componente que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares, 1 punto porcentual respecto a un año antes, mientras que el peso del efectivo y los depósitos fue el que más cayó, 2 puntos porcentuales.¡
Deuda de familias y empresas
La deuda consolidada de las familias y empresas no financieras ascendió a 1,643 billones de euros a finales del segundo trimestre, un 2,3% menos que un año antes. En términos de PIB, la ratio se moderó hasta el 116,5%, frente al 130,4% de un año antes.
Tanto las empresas como los hogares contribuyeron a este descenso. La deuda consolidada de las sociedades no financieras se redujo desde los 963.700 millones del segundo trimestre de 2022 a los 939.400 millones de junio de 2023, lo que supone el 66,6% del PIB, frente al 74,8% de un año antes.
Además, si se incluye la deuda entre empresas, la ratio se eleva al 85%, por debajo del 97,2% de un año antes.
En el caso de los hogares, la deuda pasó de 717.100 millones de junio de 2022 a 703.200 millones a mediados de 2023. Respecto al PIB, la ratio de deuda de los hogares disminuyó hasta el 49,9%, porcentaje inferior al 55,6% de un año antes.
La evolución de la deuda consolidada de las empresas y de los hogares se explica, principalmente, por los valores negativos de las operaciones netas acumuladas, mientras que los otros flujos registraron unos ligeros valores positivos, añade el Banco de España.
El importe de las operaciones netas acumuladas en los últimos cuatro trimestres fue de -32.000 millones de euros, lo que supuso una caída del 2,3% en términos del PIB.
Las empresas disminuyeron su deuda, en términos netos, en 21.400 millones por las operaciones netas (1,5% del PIB), si bien el efecto del alza de los precios de sus valores emitidos de renta fija y de las otras variaciones en volumen, que aportaron 3.000 millones en conjunto, compensaron ligeramente la contracción. Por su parte, los hogares redujeron su deuda por unas operaciones netas de 10.600 millones, un 0,8% del PIB.