Este 9 de mayo se celebra el Día de Europa y, en los últimos años, las grandes capitales europeas lo vinculan al comercio de proximidad. Desde Catalunya, también se fomenta con acciones como la que impulsa el Govern bajo el lema 'Hacemos comercio, Hacemos ciudad, Hacemos Europa'. A las puertas que el próximo mes de octubre, el Parlamento Europeo nombre cuál es la ciudad escogida para representar la Capitalidad Europea del Comercio de Proximidad, hay que subrayar cómo este sector en Barcelona es una anomalía que sigue viviendo y generando ocupación, si lo comparamos con la puesta en escena de otras grandes capitales.

Barcelona, ¿capital europea del comercio de proximidad?

Cabe recordar que el Parlamento Europeo aprobó el pasado mes de enero la propuesta presentada por Barcelona Comerç i Vitrines d'Europa de crear este reconocimiento. La votación, que tuvo lugar en Estrasburgo, ayudará a asegurar la supervivencia de un modelo de ciudad europea con barrios revitalizados capaces de preservar una manera de vivir más sostenible, y alejarse de la desertización comercial que amenaza no solo la identidad de las ciudades de Europa, sino la cohesión social entre los vecinos y vecinas del territorio. La candidatura barcelonesa, a diferencia de otros, cuenta con el apoyo de todas las administraciones: desde el Ajuntament de Barcelona, la Diputació de Barcelona, el Govern de la Generalitat de Catalunya y el Gobierno de España.

El empleo en cifras

Este clamor unánime a favor de Barcelona no es casual. Si entramos en la comparativa directa con Madrid, la capital catalana genera hasta 492.600 puestos de trabajo en comercio de proximidad, una cifra que duplica la madrileña. Este dato se divide en 306.500 lugares de comercio al detalle y 186.100 de comercio al por mayor. Además, los puestos de trabajo también son seguros con un 87% de indefinidos y un 17% de temporales. Estos datos dan un 14% de la aportación del sector comercio al total del ocupación.

Más centros comerciales en Madrid

La cifra todavía es más flagrante, nuevamente en la comparativa madrileña, si miramos la antítesis en el comercio de proximidad. En este caso, gana por goleada Madrid con 482 metros cuadrados por cada 1.000 habitantes, mientras que en Barcelona tan solo representa 208 metros cuadrados por cada 1.000 habitantes. En total, en la capital catalana, hay 58 centros comerciales. Si nos fijamos en la media española, también es muy superior a la barcelonesa: 341 metros cuadrados por cada 1.000 habitantes.

Jordi Torrades, Director general de Comerç, para ON ECONOMIA, concluye: "Estamos hablando de más del 100% de diferencia, es una brutalidad. Y se tiene que tener en cuenta que los datos salen de un total de 90.000 establecimientos comerciales donde no se incluyen bares ni restaurantes. Si no, la cifra todavía sería más elevada". Así pues, la densidad es bastante superior a la de medias europeas. "A pesar de los problemas latentes como el cierre de tiendas, especialmente después de la covid, o el ecommerce, tenemos muchos más establecimientos gracias a una tradición centenaria de este comercio muy potente", subraya Torrades. Y si entramos en la comparativa con otros países, también destaca: "A modo de ejemplo, en Francia se inventaron eso de coger el coche para ir a comprar y en los países nórdicos, quizás también por climatología, no conciben ir a comprar sin el automóvil".

Jordi Torrades, Director General de Comerç

También presentes los hipermercados

En este retrato, es importante destacar que comercio de proximidad incluye pequeño y grande comercio. En Barcelona hay hasta 62 hipermercados donde se puede ir a comprar andando y 9 grandes almacenes que también compiten, en esta condición, con 167 mercados municipales. Los sectores con más impacto en la distribución de establecimientos por sector, según el último censo de establecimientos comerciales de Catalunya (2021) elaborado por Idescat son: la alimentación (32,63%); equipamiento del hogar (17,41%); equipamiento de la persona (16,62%); ocio y cultura (7,62%); otros (7,48%); automoción y carburantes (6,83%); cotidiano no alimentario (6,77%); comercio mixto (4,65%).

El impacto económico también va acompañado de otros beneficios, según explicita Jordi Torrades: "Con los datos, ponemos de relieve la generación de empleo, la riqueza local, mantenemos las calles vivas, aseguramos un urbanismo compacto, se aumenta la sostenibilidad con la reducción de desplazamientos y ofrecemos un espacio público más amable". Desde la Direcció General de Comerç añaden que "no se trata de ir contra nadie, sino de regular y establecer una buena convivencia entre grandes y pequeños dentro de la proximidad". Y citan de ejemplo El Corte Inglés a Portal del Ángel: Hay grandes locomotoras comerciales y en este caso, también se puede llegar en transporte público. La concentración de los pequeños también pasa por la presencia de mayores".