De las 30 principales ciudades europeas, los grandes inversores en inmuebles sitúan Barcelona en undécima posición para invertir el próximo año, lo que supone haber perdido una posición y salir del top-10, según el informe “Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2025”, elaborado por PwC y Urban Land Institute. Los autores del estudio achacan la pérdida del atractivo inversor de Barcelona a la regulación de los alquileres. Un descenso que suma ya dos años consecutivos.
“Barcelona ha salido de los 10 primeros puestos, afectada por la inestabilidad política y los desafío regulatorios del alquiler”, señala el informe de periodicidad anual. En este sentido, señala que una de las preocupaciones que señalan los inversores son los “controles al alquiler” en el caso de las viviendas residenciales, especialmente si se tiene en cuenta que este tipo de activos están despertando el interés de los inversores. Al respecto, el informe europeo explicita que “Barcelona es frecuentemente comparada, desafortunadamente, con Madrid, en este aspecto”. Pero no es la única ciudad europea que despierta preocupación, pues el mercado residencial de Ámsterdam -en general en los Países Bajos- está sufriendo un incremento en los impuestos y los controles al alquiler.
Otro favor que juega a la contra de Barcelona es su reducido término municipal. “La disponibilidad de suelo en ciudades como Barcelona y Oslo se considera especialmente restringida, lo que socava otros factores que pueden jugar a su favor”.
La regulación es el sexto factor que más pesa en la elección de los inversores para elegir una ciudad a la que destinar sus fondos. Así, el 24% de los encuestados para el informe señalan entre los tres aspectos más relevantes el entorno normativo por detrás del tamaño y liquidez del mercado (54% de los expertos inmobiliarios lo eligen con uno de los tres factores principales); la pujanza económica de la ciudad (48%); la disponibilidad de inmuebles para nuevos desarrollos (37%); la conectividad del transporte internacional, nacional y local (28%) y en quinta posición la habitabilidad, vitalidad y calidad de vida (27%).
Y sobre el medio y largo plazo, los encuestados, preguntados por sus perspectivas de los próximos 3 a 5 años, creen que la recuperación puede llevar más tiempo de lo esperado. Y señalan como principal “amenaza” par el inmobiliario, el aumento de la regulación (74%) y el incremento de los costes de construcción (70%).
Perdida paulatina
Barcelona ha obtenido una puntuación global (perspectiva general de la ciudad) de 1,41 puntos (entre un máximo de 2,72 obtenido por Londres y un mínimo de 0,33 puntos de Estambul). En el caso de las perspectivas de crecimiento urbano, se calcula un crecimiento del PIB de Barcelona del 1,5% (máximo 3,9% y mínimo 0,3%) y un incremento de población del 0,3% (entre +1,3% y -1,2%) y en referencia a la liquidez del mercado, con datos del tercer trimestre de 2024, Barcelona arroja 1.500 millones de libras (máximo 12.900 millones y mínimo cero).
Lo que ha colocado a Barcelona en el puesto 11 en el interés de los inversores sobre el total de las 30 grandes urbes europeas, con un descenso de dos puestos en dos años. En el anterior informe de perspectivas para 2024, cerró el top-10 y perdió el noveno puesto en referencia a 2023, la mejor posición obtenida por la ciudad que ya obtuvo en 2022 y 2022. El año entre medias, perdió 4 puestos, hasta del décimo tercero. No obstante, supone un gran avance si se tiene en cuenta que en 2019, estaba en el puesto 27 sobre un total de 31 ciudades.
Madrid al alza
Pero si Barcelona cae, Madrid -lo otra ciudad española que se analiza en el informe de PwC y ULI- sube un puesto y se coloca como la segunda entre las 30 urbes europeas que mayor interés despierta entre los inversores inmobiliarios. Con una puntuación de 2,12, es la primera vez que obtiene la medalla de plata, tras Londres, y por delante de París, Berlín y Múnich. La urbe española había alcanzado la tercera posición en los años 2024 y 2022; la cuarta en 2023 y 2019; la quinta en 2020 y la 6% en 2021.
En el conjunto europeo, el trabajo concluye que “el sector inmobiliario europeo encara la senda de la recuperación”, después de tres años complejos, gracias a un unos tipos de interés más bajos y al ajuste de las valoraciones, entre otros factores. Así, 8 de cada 10 encuestados confía que el año próximo la confianza empresarial y los beneficios sean iguales o mejores que en 2024, y casi la mitad aspira a superarlos. Un año, como siempre, con claroscuros. Entre ellos, los encuestados señalan la evolución de la economía europea (77%) y el 85% apunta como focos de volatilidad en el mercado inmobiliario la inestabilidad política y en los conflictos bélicos en Europa y Oriente Medio.