El Ayuntamiento de Barcelona ha planteado a la Generalitat poder extinguir las licencias de pisos turísticos a raíz del caso de los 120 pisos turísticos de un solo edificio de la calle Tarragona, que la justicia ha autorizado. La teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, ha admitido este jueves en RAC1 que no saben "si puede haber más casos" como el de la calle Tarragona y que "tengo a todo el equipo buscando" otros posibles casos, para conocer la magnitud de la situación.
El Tribunal Supremo ha dado la razón a la Inmobiliaria Gallardo SL en este conflicto y el edificio de la calle Tarragona se convertirá en un bloque con 120 licencias para apartamentos turísticos. A raíz de este caso, el consistorio de la capital catalana ha pedido una reunión urgente con la Generalitat para que se reforme la ley y poder retirar licencias de pisos turísticos.
"Las licencias no se extinguen por arte de magia"
"Desde el derecho administrativo se puede plantear la expropiación, pero nos han de habilitar para hacerlo, y hemos de hablar de cuánto cuestan las licencias para poderlas revocar", ha dicho hoy la teniente de alcalde. Sanz ha indicado que las licencias "no se extinguen por arte de magia" y que hay que garantizar cómo extinguirlas sin que cueste dinero al erario público. "Hemos de buscar una articulación jurídica, y la tenemos, para poder extinguir las licencias, porque hay muchas, porque es incompatible con los vecinos, porque hay molestias. Hoy la ley deja demasiado margen a la interpretación".
120 nuevos pisos turísticos en Barcelona
Cabe recordar que un único propietario ha desafiado al Ayuntamiento de la capital catalana y se ha hecho con todo el bloque de edificios en la ciudad. Concretamente, con 120 viviendas, a pesar de que en 2014 el consistorio dejó de otorgar este tipo de licencias en Barcelona.
Según han comprobado algunos vecinos de la finca, algunos de los alojamientos ya se anuncian por internet a un precio de 200 euros por noche, aproximadamente, y ya hay pisos dotados con teclados para poner los códigos de acceso y preparados para empezar a recibir turistas. El resto, están totalmente blindados con puertas antiokupas para que nadie se meta en ellos. Además, a pesar de que todavía no han llegado los turistas, en la página web de los apartamentos ya hay reseñas falsas elogiando la comodidad de los alojamientos.
La empresa propietaria de la finca, Inmobiliaria Gallardo SL, tramitó la conversión en pisos turísticos cuando el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya anuló la primera versión del plan que limita el crecimiento de pisos turísticos en Barcelona (PEUAT). El consistorio no admitió aquellas nuevas licencias con el argumento de que había recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo y que la norma seguía en pie. Sin embargo, un juez ha acabado dándolas por válidas. La adquisición de este edificio supone la expulsión inminente de los inquilinos que hay en los pisos y, entre ellos, hay un vecino que tiene 80 años, familias con menores que deberán cambiar de escuela in extremis y otros vecinos que deberán buscarse la vida a contrarreloj. Desde la inmobiliaria alegan que “todo es legal” y que el negocio arrancará el mes que viene. Si el gran tenedor llena el bloque de turistas cada día, sacará seis veces más beneficio que con el alquiler de una familia.
De protección oficial a piso turístico
Durante dos décadas, este bloque del número 84 de la calle de Tarragona fue de protección oficial. Fue en 1972 cuando se levantó el edificio de doce plantas repartidas en tres escaleras con el objetivo de salir al mercado como vivienda promovida por la administración pública.
Por lo tanto, hace poco más de 50 años esa vivienda se comercializaba por unos 230 euros anuales y ahora vuelven a salir al mercado con la misma tarifa, pero diaria.