Por cada 10.000 euros que ingresa, un residente de la ciudad de Barcelona debe pagar a Hacienda por IRPF 1.920 euros, mientras que si vive en Madrid, pagará 1.900, 20 euros menos. La diferencia puede parecer pequeña, pero se da la paradoja de que los barceloneses ganan de media 1.069 euros menos que los madrileños, lo que demuestra que a más ingresos, no siempre se debe pagar un tipo impositivo más alto, lo que se conoce como progresividad, o, comúnmente, que “pague más el que más tenga”. Y es que la competencia fiscal que hace el Gobierno de Isabel Ayuso con los impuestos provoca que el resto de los españoles deban tributar más por IRPF, proporcionalmente, que los residentes en la Comunidad de Madrid. Una diferencia que, se hace más sangrante, en el caso de los ricos y muy ricos, pues a más ingresos, más diferencia hay entre los tipos que se aplican en cada territorio.
El salario medio de la ciudad de Madrid fue de 41.042 euros en 2021, últimos datos comparables, frente a 39.973 euros de los residentes del término municipal de Barcelona, según datos de la Agencia Tributaria (AEAT). Aunque esta estadística no aporta el tipo medio efectivo (el que realmente se paga por todos los ingresos), fuentes de la AEAT señalan a ON ECONOMIA cómo se puede calcular por territorios. Aunque matizan dos cosas: la primera, que se trata del tipo medio de los que pagan por la renta y no del conjunto de residentes y, que, por lógica, si el salario es más alto, siempre sale un tipo efectivo mayor. Para poder hacer una comprobación del tipo por el que realmente se tributa, deben ser salarios equivalentes, algo que se aprecia entre las dos ciudades.
De hecho, si el salario fuese idéntico, el tipo efectivo de los barceloneses estaría más alto todavía que el de los madrileños, como mínimo medio punto más. Además, la diferencia se ha agravado en los dos últimos ejercicios fiscales -2022 y 2023- pues el Gobierno madrileño ha deflactado la tarifa los dos años, y ha rebajado el tipo real del 21% al 20,5%. Si ya era el más bajo en 2021, ahora lo es mucho más.
Pero con diferencias salariales más altas, es muy difícil poder determinar el efecto que tiene las decisiones fiscales de cada comunidad autónoma a la hora de hacer la declaración de la renta, aunque sí se puede comparar los tipos reales (que no los efectivos) que aplica cada gobierno autonómico. Sin embargo, sí se puede saber que se paga dependiendo de la residencia: “dime dónde vives y te diré cuánto tienes pagas en tu declaración de la renta”.
Por ciudades
La estadística de la AEAT no permite conocer el tipo efectivo que se paga por municipios, salvo en el caso de las seis grandes ciudades españolas que superan el medio millón de habitantes. Dicho queda que Barcelona tiene el tipo efectivo más alto, a pesar de tener salarios por debajo de Madrid, que ocupa el segundo puesto en el ranking de los mayores tipos efectivos de las seis metrópolis españolas. Los residentes en Valencia capital, con un salario de 32.215 euros en 2021, tienen un tipo efectivo del 16,9%, que proporcionalmente es el más alto, pues la Comunidad Valenciana tiene el tramo autonómico más alto de España.
Tras estas tres ciudades, Sevilla, con 30.060 euros de ingresos medios, tiene un tipo efectivo del 16%, que contrasta con Zaragoza, que con un salario prácticamente idéntico, 30.002 euros, tiene un tipo mucho más bajo, del 15,4%. Efecto de las diferencias en el tratamiento fiscal diferenciado entre Andalucía y Aragón. Málaga, con el nivel de ingresos más bajo de las seis capitales, 27.611 euros, tiene un tipo del 14,3%. O, lo que es lo mismo, por cada 1.000 euros que ganan, pagan 143.
Ahora bien, en términos absolutos, a pesar de que los barceloneses tienen el tipo efectivo más alto de las seis poblaciones, en términos absolutos en Madrid se paga de media 125 euros más que en Barcelona, debido a esos 1.100 euros de mayores ingresos. En concreto, cada madrileño aporta a Hacienda 7.800 euros, el barcelonés, 7.675; el valenciano, 5.455 euros; el sevillano, 4.800 euros; el zaragozano, 4.631 y el malagueño, 3.960 euros.
Por provincias
La dinámica se repite en el caso de la media según provincias. A más renta, mayor tipo efectivo, aunque no las mismas condiciones legales para el tramo autonómico. Comparando las cuatro provincias catalanas con las españolas que superan el medio millón de habitantes -dejando fuera las de Euskadi y la Comunidad Foral de Navarra, de las que la AEAT no tiene datos por su régimen fiscal diferente-, las catalanas están entre las que mayor tipo efectivo pagan, aunque, claro está, también disfrutan de unos salarios medios más altos.
Así, los residentes de la Comunidad de Madrid tienen un tipo medio del 18,1% (arrastrado por las rentas de los residentes de la capital), la provincia de Barcelona es la siguiente, con el 17,2%; en tercer lugar está Girona junto a Baleares, con un tipo efectivo del 15,4%; Lleida, tras ellas, con el 15% y después Zaragoza y Valencia con un 14,8%. Sin embargo, a pesar del mismo tipo efectivo, el levantino gana 620 euros menos que el aragonés. Algo parecido sucede con Tarragona que, con un salario algo superior al de Zaragoza, tiene un tipo inferior, aunque sea una décima.
Las grandes provincias se completan con Asturias, que de media tributa al 14,2%, A Coruña, al 14,5% a pesar de tener una renta inferior al Principado, y la provincia de Sevilla, el 14%. El tipo efectivo de la provincia de Málaga es el 13,6%, la Región de Murcia tiene el 12,8% y, finalmente, Alicante, la provincia con menores ingresos de las analizadas, tributa a un tipo del 13%, 5 puntos menos que Madrid.
Por cerrar, el tipo efectivo medio en España es del 15,1%. Por comunidades autónomas, en la Comunidad de Madrid el IRPF supone el 18,1% de los ingresos brutos, frente al 16,7% en Catalunya y el 15,4% en Baleares. Extremadura cierra el ranking de los tipos efectivos por territorios, con un 11,9% por cada 100 euros que ingresan sus residentes; 12,4% en Castilla-La Mancha y el 12,8% la Región de Murcia.