Pese a que la coyuntura económica actual se antoja compleja para la hostelería, los bares y restaurantes facturan un 20% más en enero, tal y como certifican los datos del INE publicados este jueves. Aunque la presión inflacionaria y las subidas de tipos de interés son los mayores lastres para todos los sectores, la realidad es que tanto los bares como los restaurantes españoles venden un 20% más con respecto al pasado diciembre. Todo ello en un contexto marcado por una elevada inflación, que en enero superaba el 6%, y unos tipos de interés crecientes, los cuales siguen apretando el poder adquisitivo de los consumidores.
Tal y como indican los datos del INE publicados este jueves, la estadística evidencia que la hostelería (que incluye servicios de comidas y bebidas, como también de alojamiento) registró un alza de facturación mensual del 26,8% en su serie original, y un incremento del 27% en la serie corregida de efectos estacionales y calendario. Pese a que el marco económico sigue sin ser positivo para ninguno de los sectores que componen el espectro empresarial español, la realidad es que los bares y los restaurantes venden un 20% más con relación al pasado diciembre.
La ocupación en bares y restaurantes baja a nivel mensual, pero es un 2% mayor que hace un año
En cuanto a la ocupación, en el segmento de los bares y restaurantes cedió un 2% frente a diciembre, pero emergió un 2,1% con respecto al mismo mes en el año anterior. El hecho de que la ocupación haya cedido en enero responde a un parámetro que se ve en todos los sectores. Y es que las compañías, indistintamente de su tamaño, recurren a la contratación de mayor personal debido a la temporada navideña. Al finalizar esta, acaban los contratos, los cuales muchos de ellos suelen ser temporales.
En un sector como el de la hostelería, el cual evidencia un crecimiento positivo en dichos meses, se hace más evidente la salida del personal cuando acaba la temporada de Navidad. Pese a ello, la muestra de que estos negocios funcionan a buen ritmo es que la ocupación es un 2% superior al pasado enero de 2022. Esto responde a que el flujo de negocio de estos establecimientos sigue siendo positivo tras la temporada de pandemia, algo que también puede responder al hecho de que, tanto los bares como los restaurantes tengan llenos sus locales aun estando en un momento económico complejo.
El consumo sigue creciendo
Tal y como informó ON ECONOMIA, el poder adquisitivo de la población española en 2022 cedió un 5,6%, descontando el aumento salarial del 2,8% al 8,4% de la inflación. Pese a esto, y como ha ocurrido a comienzos del presente curso, la facturación de la hostelería creció un 4% en 2022. Pese a que la relación entre el aumento de la inflación y la mayor facturación es evidente (a mayores precios, más ingresos), la importancia reside en que el consumo sigue estando en unos niveles óptimos, lo que también contribuye a la buena estadística de los bares y de los restaurantes.
Pese a que el contexto económico sigue sin ser favorable, la realidad es que los establecimientos de hostelería siguen registrando un buen ritmo de ventas. El consumo crece, algo que responde al debilitamiento del sector en la época de pandemia y, sobre todo, a que la gente tiene vocación por consumir después de haber estado bastante tiempo sin frecuentar con normalidad estos establecimientos. En la misma línea, la reactivación económica (con el turismo de por medio) es otro de los apartados que también afectan positivamente a que los bares y los restaurantes tengan mayores ingresos a comienzos de 2023, pese a que la economía sigue estando apretada.
Cabe destacar que en lo que va de año, los principales bancos centrales han elevado los tipos de interés hasta en dos ocasiones y han afirmado que la política monetaria seguirá endureciéndose debido a que la inflación sigue en cotas elevadas. Está por ver si estos factores merman el bolsillo de los clientes y, por ende, se reduce el consumo. Aun esto, las alzas de tipos de interés y la presión inflacionaria son dos hechos conocidos por la ciudadanía española y, al menos en 2022, no han sido suficientes para condicionar a los españoles a que no frecuenten los establecimientos del sector hostelero.