La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha reiterado este lunes el mensaje duro del organismo en política monetaria, ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara. En su discurso, la mandataria ha insistido en que llevarán los tipos de interés en la eurozona a "niveles suficientemente restrictivos" para lograr que la inflación baje. Una estrategia que pasa por mantener las tasas altas "tanto tiempo como sea necesario" para alcanzar la estabilización de precios deseada.
En este sentido, Lagarde ha vuelto a asegurar que las próximas alzas se determinarán en función de las perspectivas de inflación, las dinámicas de la inflación subyacente y la fortaleza con que se transmite su política monetaria a la economía real. "Los últimos datos disponibles sugieren que los indicadores de las presiones de inflación subyacente siguen siendo altos y, aunque algunos muestran signos de moderación, no hay pruebas claras de que la inflación subyacente haya tocado un pico", ha asegurado.
En mayo, la tasa de inflación general de la eurozona bajó en nueve décimas, hasta el 6,1% interanual, mientras que la subyacente -que excluye el efecto de energía, alimentos frescos, alcohol y tabaco- se redujo en tres décimas, hasta el 5,3 %, según recordó Lagarde. El objetivo del BCE con su política monetaria es reducir la inflación hasta el nivel del 2%.
Sin embargo, señaló, sigue habiendo presiones al alza derivadas de los pasados costes de la energía y cuellos de botella en los suministros, al tiempo que ha aumentado la presión de los salarios y en algunos sectores las empresas han logrado aumentar sus márgenes de beneficios. "Estamos totalmente comprometidos a luchar contra la inflación y determinados a lograr su retorno a tiempo a nuestro objetivo a medio plazo del 2%", dijo Lagarde.
Insta a los gobiernos a retirar las medidas de apoyo en materia energética
La presidenta del BCE defendió que las subidas de tipos de interés que ha aplicado la institución desde julio pasado se están trasladando "con fuerza" a las condiciones de financiación de hogares y empresas, como muestran las subidas de los tipos de interés de los préstamos y la caída del volumen de crédito, y que los "efectos totales" de la política monetaria "están empezando a materializarse".
El BCE comenzó a subir los tipos de interés en julio de 2022 y desde entonces los ha incrementado en siete ocasiones consecutivas, hasta el 3,75 %. En su última reunión, el 4 de mayo, redujo el ritmo de las subidas, al aplicar un incremento de 25 puntos básicos, frente a los 50 puntos de las ocasiones anteriores.
Asimismo, ante la Eurocámara, Lagarde llamó a los gobiernos europeos a retirar las medidas de apoyo que adoptaron para hacer frente a la crisis energética, ahora que se está disipando, de manera "rápida" y "concertada" para evitar impulsar las presiones inflacionarias a medio plazo, que requerirían "una respuesta más fuerte de política monetaria".