El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado 25 puntos básicos los tipos de interés, hasta el 4,25%. La entidad que preside Christine Lagarde ha comenzado este jueves la nueva etapa de la política monetaria europea tras un largo periodo de subidas de tipos para tratar de contener la inflación. Casi dos años después del primer incremento del precio del dinero que afecta a cosas tan cotidianas como el precio de las hipotecas, el banco cumple con el plan estratégico que lleva anunciando meses y empieza a aflojar la presión.
Tras este recorte, la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación se quedará en el 4,25%, la tasa de depósito bajará al 3,75% y la de facilidad de préstamo al 4,50%, con efectos a partir del 12 de junio de 2024.
Hasta ahora, los tipos se situaban en el 4,5%, máximos de 2001. Llevan en este nivel desde septiembre del año pasado, habiendo optado por mantenerlos así en las últimas reuniones. Con este recorte, el BCE cree que ha llegado el momento de rebajarlos en lo que ya es el primer recorte en ocho años, cuando en marzo de 2016 el precio del dinero bajó del 0,05% al 0% y años después pasarían a estar incluso en niveles negativos. Si bien es un cambio en la dirección estratégica del organismo central, la expectativa está en los movimientos que ejecute en los próximos meses.
La entidad se ha ido guiando principalmente por los precios de las economías europeas para llevar a cabo su política monetaria restrictiva. El objetivo, repetido en numerosas ocasiones, es hacer bajar la inflación de la eurozona hasta el 2% y mantenerla en ese nivel de manera estable y uniforme. Por contra, las presiones en los precios energéticos y alimentarios ya han aflojado en los últimos meses, desde que tocarán máximos superiores al 10% a finales de 2022.
El pasado mayo, la tasa se situó en el 2,6% interanual, cerca del objetivo del BCE. Sin embargo, los datos han sido peores de lo previsto, con un avance de dos décimas frente al mes de abril. La resistencia de la inflación es una de las principales preocupaciones en el seno de la entidad que dirige Lagarde y para los analistas que siguen de cerca sus movimientos.
De este modo, se observa que los precios del sector servicios son uno de los focos más inflacionistas, avanzando desde el 3,7% al 4,1% en mayo. Otros indicadores que tiene en cuenta el BCE, como los salarios, han aumentado también en el primer trimestre un 4,7%, dos décimas respecto al trimestre anterior y el PIB superó la recesión técnica, pero solo creció entre enero y marzo un 0,3%. En este contexto, el organismo está siendo muy cauteloso a la hora de tomar decisiones y es por ello que mide cuidadosamente los siguientes pasos.
La inflación seguirá por encima del objetivo "hasta bien avanzado" 2025
"Sobre la base de una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, es apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria tras nueve meses en los que los tipos de interés se han mantenido sin variación", ha señalado el BCE en un comunicado.
En este sentido, el organismo destaca que desde la última reunión de su consejo en septiembre de 2023, la inflación ha descendido en más de 2,5 puntos porcentuales y las perspectivas de inflación "han mejorado notablemente". La inflación subyacente también se ha moderado, "lo que refuerza las señales que indican que las presiones inflacionistas se han debilitado y las expectativas de inflación se han reducido en todos los horizontes", añade.
No obstante, pese a los progresos de los últimos trimestres, el BCE mantiene un mensaje de cautela y destaca que "las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas debido al elevado crecimiento de los salarios", por lo que ve probable que la inflación continúe por encima del objetivo hasta "bien avanzado el próximo año".
En cuanto a las nuevas perspectivas económicas, los expertos del Eurosistema han revisado al alza la inflación, tanto general como subyacente para 2024 y 2025, en comparación con las proyecciones de marzo. Los expertos consideran ahora que la inflación general se situará, en promedio, en el 2,5% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026. También prevén que la inflación, excluidos la energía y los alimentos, se situará, en promedio, en el 2,8% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 2,0% en 2026. En cuanto al crecimiento económico, estiman que avance hasta el 0,9% en 2024, el 1,4% en 2025 y el 1,6% en 2026.
¿Cuáles serán los próximos movimientos?
Cristina Gavín, jefa de renta fija de Ibercaja Gestión, explica que los precios en Europa "continúan mostrando una cierta resistencia a la baja con una inflación subyacente que volvió a sorprender ligeramente al alza, y esto está llevando a los miembros más hawkish del BCE a mostrarse cautos en cuanto al ritmo de bajadas para la segunda parte del año". Asimismo, la experta señala la presión salarial como un factor a tener en cuenta de cara a lo que resta de año.
Por todo ello, desde la firma creen que la autoridad europea "va a ser prudente en cuanto su actuación para la segunda parte del año, y tan solo contemplamos dos bajadas adicionales antes de final de año, que dejaría el tipo de intervención en el 3,75% para cierre de 2024, y la facilidad de depósito en el 3.25%". En este sentido, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya señaló hace unos meses que, tras la primera bajada, no se podrían comprometer de antemano a seguir una senda concreta en este ámbito.
Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, cree que el recorte de 25 puntos básicos de este jueves debería ser el primero de los 200 puntos básicos que relaje el organismo entre junio de 2024 y julio de 2025. El experto espera que este año el ajuste alcance los 75 puntos básicos, más otro recorte de 125 puntos básicos el año que viene. "Esperamos que Lagarde, una vez más, señale que habrá un poco más de información en julio para decidir el próximo movimiento y mucha más en septiembre, una clara señal de que es más probable que el próximo movimiento sea en septiembre que en julio", apunta.
"Por un lado, la inflación ha avanzado en la dirección correcta, la economía sigue débil y algunos datos prospectivos sugieren que el crecimiento salarial debería suavizarse con el tiempo. Por otro lado, el mercado laboral sigue tensionado: el desempleo cayó recientemente a un mínimo histórico y los salarios negociados aumentaron un 4,69% en el primer trimestre, justo por debajo de su ritmo más rápido jamás registrado. Esto, sin duda, acentuará las preocupaciones sobre la inflación", destacan desde la fintech Ebury.
No obstante, los analistas de la firma especializada en pagos internacionales contemplan un escenario base de tres recortes de tipos para este año, “muy probablemente en junio, septiembre y diciembre”. En esta línea también va el análisis de Mauro Valle, responsable de renta fija en Generali AM, quien cree que el BCE tiene margen para volver a bajar tipos en la segunda mitad del año. "Nuestros estudios estiman tres recortes", apunta el experto.