El Banco Central Europeo (BCE), que trabaja en la implantación del euro digital acuciado por los planes monetarios del presidente estadounidense Donald Trump con criptoactivos, cree que la implantación de esta divisa digital conllevará la retirada de 5 de cada 10 euros físicos en circulación. Esta es la principal conclusión del último informe del organismo, que, al contrario que otros bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense (Fed), trabaja desde hace años para poner en marcha este medio de pago.
La Fed se ha comprometido ya a no desarrollar un dólar digital después de que el presidente Trump firmara una orden ejecutiva que promueve las criptomonedas y con la que busca convertir al país en el líder mundial en lo que concierne a activos digitales, al tiempo que prohíbe el establecimiento de una moneda digital del banco central (CBDC, en inglés).
El BCE va por otro camino, como ha destacado esta semana el miembro del comité ejecutivo Piero Cipollone, que defiende el proyecto como una cuestión de soberanía estratégica y plantea el euro digital como un nuevo pasivo monetario, además de los billetes y las reservas de los bancos comerciales, que no tendría por qué aumentar el balance de los bancos centrales.
Los efectos de la emisión de divisas digitales dependerán no solo de cómo estén diseñados, sino de que sean atractivos para los consumidores, para lo cual los bancos centrales deben trabajar en la remuneración, los límites de tenencia o los criterios de acceso.
¿Cuál será el impacto del euro digital?
El impacto neto de la digitalización en el tamaño de los balances, indica el informe, también podría ser negativo, ya que el número de billetes en circulación podría disminuir y las características de diseño de las CBDC (son las siglas en inglés de Central Bank Digital Currency, que se traduce como Moneda Digital de Banco Central, el euro digital en el caso de la zona euro), podrían limitar su adopción como reserva de valor.
Ello implica que el balance no se modificaría, sino que sería más bien una "sustitución" de unos activos por otros, ya que la demanda de euro digital conllevará la caída de billetes en circulación y de los depósitos bancarios, junto con un incremento en los activos del balance del BCE por otras vías.
La cantidad real de CBDC en circulación en la zona del euro estará determinada por la demanda de los hogares, al igual que esta determina la cantidad de billetes en circulación. Con esta premisa, el BCE calcula que de cada 10 euros digitales que se emitan, se retirarán de la circulación 5 euros físicos y los depósitos bancarios perderían 3.
El BCE ha tenido en cuenta tres escenarios posibles, en función de si la demanda es baja, media o alta: en el primer caso, la caída de billetes sería de 15.000 millones; en el segundo, de 125.000 millones; y en el tercero, de 256.000 millones. El cálculo del BCE también incluye las monedas, que cuantitativamente son mucho menos relevantes que los billetes. En diciembre de 2023, había 1.567.200 millones de euros en billetes y 33.500 millones de euros en monedas denominadas en euros en circulación, según las estadísticas del propio organismo.