El Banco Central Europeo ha roto con la opinión del 75% de los líderes empresariales que consideran que la economía entrará en una fase recesiva en 2023. Una de las noticias que nos dejó en la jornada de ayer el Foro Económico Mundial celebrado en Davos es que la mayoría de los ejecutivos de las grandes empresas ve un empeoramiento de la coyuntura económica durante 2023. Se trata de un pensamiento que se viene gestando desde mediados del anterior curso, cuando comenzaron a verse decrecimientos en las economías de varias naciones.
No hay duda de que el pesimismo sigue copando la economía global. Y es que, el mercado sigue inmerso en una etapa de endurecimiento monetario debido a una inflación que, en varias regiones de transcendencia económica, sigue siendo incesante. Pese a esto, esta mañana, Mario Centeno, gobernador del Banco de Portugal y miembro de Consejo del Banco Central Europeo, ve probable que el crecimiento económico del cuarto trimestre de 2023 sea positivo.
Todos los empresarios ven un “crecimiento débil” de la economía
De esta forma, la opinión del miembro del consejo del organismo bancario europeo dista de las previsiones que daban en la jornada de ayer la mayoría de los líderes empresariales. Un informe del propio Foro revelaba que, en Europa, la totalidad de los ejecutivos encuestados atisbaba un crecimiento económico “débil o muy débil” de la eurozona a lo largo de 2023. Y es que, pese al pensamiento de Centeno, las empresas europeas se siguen moviendo en un escenario pesimista, marcado por las continuas alzas de tipos, las cuales el BCE ha asegurado que seguirán llevándose a cabo en los primeros compases del curso.
En la misma línea, la eurozona aún mantiene unos niveles de inflación superiores al 9%. Todo ello habiéndose llevado a cabo cuatro subidas de tipos de interés en 2022, las cuales han dejado las tasas sobre el 2,50%, el nivel más elevado desde diciembre de 2008.
Pese a la coyuntura económica de la zona euro, y a las opiniones de los ejecutivos de las empresas, el gobernador del Banco de Portugal ha expresado esta mañana en un coloquio del Foro que “las empresas están ahora mucho mejor preparadas que en 2019 para hacer frente a la crisis; el endeudamiento es menor, y la zona euro no está tan fragmentada como en anteriores crisis”.
El BCE mira de cerca a la crisis energética
Tras ello, el miembro del Consejo del Banco Central Europeo ha comentado que tras superar con relativo éxito la crisis de la Covid-19, “Europa está ahora mucho más expuesta que otras regiones del mundo a la crisis energética”. Este viene siendo uno de los principales problemas del Viejo Continente. De hecho, con el origen de la guerra entre Rusia y Ucrania, los precios energéticos comenzaron a crecer, al mismo tiempo que lo hicieron los de las materias primas. Entre ellas, el valor del gas ha afectado al alza de los precios de la luz en Europa.
Del mismo modo, los cortes de suministro de gas llevados a cabo por Rusia han puesto en un brete a varias naciones europeas dependientes (energéticamente) del país presidido por Vladimir Putin. Todo ello ha inflado el precio de la energía, aunque la situación actual está más controlada que la que los expertos atisbaban el pasado septiembre.
Como fuere, la crisis energética aún sigue pesando sobre las economías europeas. Además de ello, el momento actual, marcado por la incesante inflación y las continuas subidas de tipos, no ayudan a ver un crecimiento económico en Europa.
La importancia del mercado laboral
Para Centeno, el mercado del trabajo es clave, y “no es solo una cuestión de emigración”, sino de empezar “desde el parvulario” a preparar a los jóvenes para un mercado laboral que no se parecerá en nada al actual. Al hilo de la empleabilidad, el presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, ha señalado que los empleos del futuro inmediato serán para el que tenga “mucha población joven muy preparada”, previsiblemente procedente de Asia, pero también de África.
La opinión de Centeno (BCE) sobre la economía europea dista de la que los empresarios de las grandes compañías mostraron ayer a través de las encuestas del Foro Económico Mundial de Davos y de las realizadas por empresas como PwC. En ellas se pudo ver el pesimismo que los líderes empresariales ven sobre la coyuntura económica europea. De hecho, la encuesta realizada por PwC tiene los peores resultados de los últimos doce años, y contrasta con el optimismo mostrado en 2021 y 2022.
Está por ver cómo evoluciona la economía europea. A priori, todo apunta a que el escenario económico será más restrictivo que el del pasado ejercicio. El Banco Central Europeo ha dejado claro que seguirán elevando los tipos de interés hasta alcanzar el objetivo del IPC al 2%. Hoy por hoy, y a la espera de los datos de la inflación de la eurozona, los cuales conoceremos mañana, 18 de enero, Europa está lejos del equilibrio de los precios. Veremos si en el cuarto trimestre hay un “crecimiento positivo”, tal y como opina Centeno o, al contrario, la economía va por el camino que creen los líderes empresariales.