La reunión de urgencia convocada este viernes por el BCE para tratar la situación de la banca europea se ha saldado con una conclusión: el organismo con sede en Frankfurt no ve ningún contagio en el sector bancario del Viejo Continente tras la crisis de Credit Suisse y las recientes quieras en el mercado estadounidense. Pese a que los hechos acontecidos durante la última semana han agitado los mercados financieros, el BCE cree que no hay ningún efecto contagio. Un comentario que va alineando con las palabras que pronunció durante la jornada de ayer la presidenta de la institución, Christine Lagarde. La máxima mandataria del Banco Central Europeo defendió la posición y la solidez de la banca europea en un momento en el que la susceptibilidad y el nerviosismo rebosan.
Los inversores han estado preocupados por el riesgo de una nueva crisis bancaria después del colapso de Silicon Valley Bank, cuya quiebra abrió una lata de nuevas descalabros y desplomes bursátiles a ambos lados del Atlántico. El hundimiento del SVB se extrapoló hasta los mercados de valores del Viejo Continente, los cuales vivieron el pasado lunes la jornada más bajista del año, hasta ese momento. A la quiebra de SVB se unió la de Signature Bank. Pese a que la situación pareció neutralizarse con la intervención de la Reserva Federal, el pasado miércoles, la preocupación y el nerviosismo se volvió a plasmar en los mercados bursátiles, pero esta vez por la crisis de Credit Suisse, que, tras perder el apoyo de su accionista mayoritario, se derrumbó en el mercado de valores, salpicando a toda la banca europea y acrecentando el temor a un efecto contagio que aún se siente.
El BCE cree que la exposición a Credit Suisse es “irrelevante”
Pese a todo, una fuente familiarizada con el contenido de la reunión de urgencia celebrada por el BCE este viernes explicó a Reuters que se les dijo a los supervisores que los depósitos se mantuvieron estables en los bancos de la eurozona y que la exposición a Credit Suisse era “irrelevante”.
Pese a que la crisis del que es el segundo mayor banco de Suiza sacudió de lleno a todos los mercados de valores europeos y, además, arrastró a todas las entidades bancarias del Viejo Continente, el BCE le quita hierro al asunto y remarca la idea de que no hay efecto contagio, ni con los problemas de los prestamistas de Estados Unidos ni tampoco con los problemas financieros de la entidad bancaria helvética.
En la línea de la robustez y la solidez de la que hablan desde el BCE, en la reunión extraordinaria se ha hablado de que los bancos de la eurozona tienen un exceso de liquidez por valor de unos 4.000 millones de dólares, que incluso están ansiosos por devolver al BCE ahora que pedir prestado se ha vuelto más caro. Esta conclusión la remarcó la institución monetaria durante la jornada de ayer, cuando volvió a elevar los tipos de interés un 0,50%, tal y como apuntaron el pasado febrero. El BCE destacó que sí notaban una menor demanda debido a que los costes de financiación se habían encarecido.
El rescate a Credit Suisse alentó al BCE a llevar la subida de tipos del 0,50%
En cuanto al descalabro de Credit Suisse, fue la solicitud de rescate que la compañía hizo al Banco Nacional Suizo, lo que alentó al Banco Central Europeo a elevar las tasas de interés en 50 puntos básicos. Cabe destacar que, como informó ON ECONOMIA, la entidad dirigida por Ulrich Körner informó de que pedirá un préstamo de más de 50.000 millones de euros al BNS para dar entrada de liquidez en el banco.
Por otro lado, y en lo que respecta a Estados Unidos, al término de la tarde de ayer, los principales bancos del país americano se unieron para rescatar a First Republic Bank, una de las entidades más lastradas por la quiebra de Silicon Valley Bank y por Signature Bank. En este caso, algunas compañías como JP Morgan, Goldman Sachs, Bank os America o Wells Fargo, entre muchas otras, salvaron a First Republic con 30.000 millones de dólares.
Pese a que el ambiente sigue cargado de dudas y nerviosismo por lo que pueda suceder en el entorno bancario, el BCE mantiene la calma y asegura que no habrá efecto contagio entre las compañías europeas del sector.